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SAN SEBASTIAN, ESP.-
/REFORMA
El mexicano Diego San Román cortó las primeras dos orejas de la famosa feria de San Fermín en Pamplona, tras una faena muy firme, templada y variada a su primer novillo que tuvo calidad.
Y así, desde el inicio, tenía ya asegurada la Puerta Grande en su debut en la plaza pamplonica. El joven queretano lanceó bien a la verónica al tercero de la ganadería de Pincha, que además tuvo bravura y buen estilo.
San Román ejecutó muletazos de temple, sobre todo por el lado izquierdo, hubo naturales de muy buen trazo, largos y templados que emocionaron al público de Pamplona que en varias ocasiones tributó un reconocimiento al novillero mexicano.
San Román, quien en esta temporada ha conseguido tardes en las que ha mostrado su valor y decisión, pudo hoy disfrutar del toreo que también sabe hacer.
La estocada fue, además de completa, efectiva y el público de manera unánime solicitó al presidente de plaza, las dos orejas que le fueron concedidas, así como la vuelta al ruedo en reconocimiento, al buen astado.
Su segundo se lo brindó Diego a todo el público. Desafortunadamente el astado resultó muy difícil, se quedaba corto, buscaba en todo momento prender al torero.
El mexicano estuvo firme, valiente y aunque pinchó, el público le ovacionó fuertemente al salir en hombros. "Un triunfo soñado, estoy feliz", dijo San Román a los micrófonos de la televisión.
El primer espada, Francisco de Manuel, no tuvo suerte en su lote, dos novillos que se defendieron y además duraron poco. Hubo voluntad de parte del joven torero que oyó silencio tras sus dos faenas.
Antonio Grande fue el segundo espada. La pasó mal con su primero que siempre le embestía descompuesto. Con el quinto parecía que el astado permitiría más opciones, pero no fue así.
Buena estocada y fue ovacionado cuando salió al tercio. Los novillos de Pincha, bien presentados, bravos a los caballos y salvo el de San Román, que se jugó en tercero, los demás fueron deslucidos, complicados y nada colaboradores.
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