REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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La promesa consoladora de Jesús

…"Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo"… (Mt. 28,19)
domingo, 16 de junio de 2019
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La Santa Iglesia Católica y Apostólica como todo cristiano católico celebra con júbilo, gozo y alegría el misterio de la Santísima Trinidad, esto es, la existencia de un solo Dios en tres personas distintas manifestado por Cristo Nuestro Señor a sus Apóstoles; …"Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo"… Nuestro Señor ha entregado la revelación divina convirtiendo en depositarios a sus Apóstoles y a la posteridad de los siglos el Sacramento del Bautismo, donde toda persona que viene al mundo creada por Dios al ser bautizado en la Iglesia Católica (Universal) queda obligado a vivir según la Ley de Dios y de Nuestra Santa Madrea Iglesia, imitando y aprendiendo de Cristo Nuestro Señor sus enseñanzas.

Ahora bien, vamos al tema central: la Santísima Trinidad definida por Jesucristo Nuestro Señor: El Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios.

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son un solo y Único Dios, iguales en todo, tienen una sola y misma divinidad, reza San Juan; …"Yo y Mi Padre somos uno"…El Hijo no está solo para amparar y proteger, resguardar y justificar el tesoro de las almas que va a redimir por su preciosísima sangre, está preservada y conservada por el Padre, con quien el Hijo vive en Unidad de un mismo Espíritu siempre rogará por nosotros sin cesar.

San Agustín especifica con claridad las dificultades que se presenta en la comprensión y entendimiento del misterio de la Trinidad e ilustra; …"Algunos se turban cuando oyen decir que el Padre es Dios, que el Hijo es Dios y que el Espíritu Santo es Dios, y, sin embargo, no hay tres dioses en la Trinidad, sino un solo Dios; y tratando de entender cómo puede ser esto, especialmente cuando se dice que la Trinidad actúa inseparablemente en todas las operaciones de Dios; con todo, no fue la voz del Hijo, sino la voz del Padre, la que resonó (En el Jordán y en la Transfiguración); sólo el Hijo se apareció en carne mortal padece, resucita y subió al cielo; y el Espíritu Santo vino en figura de paloma.

Y entender como aquella voz del Padre es obra de la Trinidad, y cómo aquella carne en la que sólo el Hijo nació de una Virgen es obra de la misma Trinidad, y cómo la Trinidad se presenta en la figura de paloma en ella se apareció el Espíritu Santo [.] Y ésta es mi fe, pues es la fe católica"...
En cierta ocasión asistí a la primera clase de Catecismo para niños de primer grado, el Profesor de religión, después de dar la bienvenida inició la clase, y preguntó:… ¡Niños! ¿Quién sabe cómo hacer con sus dedos una cruz, entusiasmados y contentos, levantaron la mano con sus dedos en cruz, comenta el Profesor, bien por sus padres que se los han enseñado…Continúa la instrucción sobre cómo hacer la cruz con sus dedos para santiguarse, él lo hizo pronunciando la oración, luego pidió a los niños hacerlo e ir repitiendo sus palabras, soy sincero, oír a esos niños pequeños cuya inocencia se aprecia en sus rostros y en sus vocecitas el deseo de aprender me conmovió y pronuncia el profesor; …"Por la señal de la Santa Cruz"…Haciendo una cruz en su frente, los niños también; luego hizo una pequeña cruz sobre su boca, y los niños también, y dijo; …"De nuestros enemigos"…Y haciendo una cruz entre el pecho, baja su mano al corazón, llevando su mano al hombro izquierdo, luego lo pasa al hombro derecho diciendo; …"Líbranos Señor Dios Nuestro"…Y por último hizo una cruz mayor, llevando su mano extendida a la frente, bajándola al pecho y luego la pasa al hombro izquierdo y la lleva al derecho, invoca al Espíritu Santo; …"En nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, Amén"… Y me pregunté: ¿Cuántos cristianos católicos se santiguan o persignan o signan con fe y devoción cada mañana al levantarse y al final del día? Cada quien en su intimidad sabe si lo hace o no, de preguntar al incrédulo, molesto contestará: … ¡Yo para que quiero esas cosas! … Esta realidad trasciende en la persona al santiguarse, porque de esta forma invoca a la Santísima Trinidad, expulsa al demonio y las obras en su persona, sea tentación, engaño, rencor y toda ofensa, se evita por su asistencia el impulso de caer en situaciones pecaminosas de ira, cólera, o conspirar contra el prójimo, actos de avaricia o perjudicar al hermano ya que al hacerlo malogra su buena intención desde el principio del día y continuará el resto del mismo; por eso cuando se quiere se hace, sabemos las cosas que se hicieron y las que no se quiere hacer, simplemente se hace o no se hacen, pero al persignarse se ruega a la Santísima Trinidad por la necesidad espiritual y temporal, nos recuerda que estamos en una lucha diaria por la salvación del alma, y puede excluirse de sí mismo eso de que no quiero o no puedo inclinaciones que se deben echarse al cesto de la basura, el que se dice fiel a que este evite agradar a Dios Nuestro Señor, se empeña que las obras del bien para él alma carezcan de valor manteniéndole alejado del Señor, la lucha es para el cristiano católico esforzarse en no ceder a ello, conservando el alma en estado de gracia depositando su fe y confianza en Dios, por la oración estar presente en el Señor, hacerlo es fácil cuando se hace un saludable habito.


Se invoca a la Santísima Trinidad al persignarnos por la mañana como en todas las cosas que hacemos, es depositar en Él la esperanza que le encomendamos, poniéndonos bajo la custodia de la divina providencia de Dios, pero cuando existe el desinterés por este bien, en automático volvemos a la cizaña que aparece en el corazón, de donde surge la duda y el recelo; en el cristiano católico a conciencia se está negando obtener las obras que le benefician, los bienes a nuestro alcance se rechacen con ligereza argumentando mil pretextos se afirma llevar prisa, se hizo tarde, ante el reclamo de la madre o esposa se libra la presión prometiendo hacerlo para salir del paso dice en la calle rezo, en el autobús rezo, pero saliendo de casa todo se olvida, aquel propósito efímero de que lo haré en el autobús, o en un rato que tenga libre en mis actividades o en el auto se desvanece perdido en el bullicio del traslado y absorbido en las cosas de sus actividades no se vuelve acordar que "iba a rezar en el camino" menos recordará santiguarse al empezar cada actividad, esta actitud de pensamiento, de obra y palabra es ser preso de pecado porque se va a obedecer a la tentación maligna que envuelve el pensamiento en las cosas del mundo, lo grave es que se toleran haciendo de lado a Cristo Nuestro Señor quien espera paciente atraer ese pecador a su redil, por ello, sea la gracia que motive acudir a Cristo Nuestro Señor suplicando, jamás separarse de Él.
La presencia de la Santísima Trinidad en el cumplimiento del Sacramento del bautizo es el reconocimiento solemnísimo donde la majestad divina baja del cielo a recibir al nuevo cristiano católico en el seno de la Iglesia, pero no queda ahí su presencia, es posible que no observemos la necesidad de su asistencia que tiene en la vida diaria de cada persona, creyendo infinidad de veces que eso de persignarse es cosa de niños o de ancianos o de la gente que está en la Iglesia, como de los Sacerdotes, es cierto lo que se dice, y se cree, ¡porque así es! Esa crítica crea desconcierto y recelo al cristiano católico aunque el desconcertado incrédulo hostigoso murmura mordaz por lo que dice, la necesidad es mayor cuando sabiendo que es bueno no se hace por vergüenza de que otros lo vean persignarse, y dirá en sus adentros me veo mal y el qué dirán, pero que bien se anda con el celular a todas partes con el amuleto de comunicación, bien que va escuchando con jactancia música estridente; bien que no deja de hacer lo que no debe hacer sabiendo que está actuando mal, todo eso y más ¿por qué no dejarlo? Muchos cristianos católicos para los asuntos espirituales y de su relación con Dios, encuentran justificación en las cosas del mundo, es curioso en estas cosas de los celulares nada hay de acusación, todo es permitido y hasta se demuestra: … ¿Por qué he de justificarme, puedo hacer lo que quiero y me siento bien? ¿Dónde está el problema?… Es cierto, en lo mundano no hay justificación, hay gusto, ostentación y vanidad, gozo y perversidad complicado dejar fuera "el qué dirán" y no hacer lo que debe hacerse, pues santiguarse es hacer oración, cumplir el mandamiento y doctrina de Jesús, es glorificar a Dios, de nada sirve hacerlo si se aceptan las vanaglorias que se vive en estos tiempos modernos donde todo mundo va de prisa, pero si se detienen a ver los aparadores de lo que se quiere obtener.

Bueno será ahondar la enseñanza en la excelencia en la oración dice Santa Bernadette, la vidente de Lourdes; …"que no podía hacer la Señal de la Cruz cuando empezaba a rezar el Rosario ante la Santísima Virgen María hasta que ella comenzara a hacerlo de una forma muy devota y muy despacio"... Es importante en los actos de nuestra vida invocar la Santísima Trinidad, desde el inicio de la Santa Misa el Sacerdote y fieles se persignan y a través de la Santa Misa en varias ocasiones se repiten las oraciones donde se invoca a la Santísima Trinidad; …"Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo"…
En las oraciones personales al iniciar y terminar de rezar el Santo Rosario, al final de cada misterio se invoca a la Santísima Trinidad igual en los Sacramentos, al tomar y terminar los alimentos, el estudio, el trabajo, salir de viaje eso de hacerlo en público es reafirmar la fe, no es ostentación de catolicismo, sino respeto y reconocimiento a la Santísima Trinidad.

¿Por qué nos da vergüenza hacerlo cuando tenemos el gozo al hacerlo? Recordemos, se glorifica sin ostentación a Dios, y Él estará en los actos de nuestra existencia.

…Un sacerdote se confesó con S. Pío de Pietrelcina por curiosidad, (ya enfermo) habiendo oído que ese Santo franciscano podía leer corazones, volvió a su parroquia desilusionado, diciendo que aparte de la absolución, el santo no le había dicho nada.

Pero, cuando le preguntaron si el santo hizo algo fuera de lo normal, se dio cuenta de que, al absolverle, había tardado mucho tiempo en hacer la Señal de la Cruz, indicándole así que dejara de hacerlo muy de prisa y sin prestar atención, como solía bendecir a la gente al final de la Misa… ¿Cuánto hay que aprender! Y poca la disposición para hacerlo.


Ha pasado el momento de la resurrección de Cristo Nuestro Señor, el sanedrín soborna a los soldados, a los que dijeron; …"Habéis de decir: sus discípulos vinieron de noche y lo robaron mientras dormíamos"…Y vino su aparición en Galilea, reza el Evangelista;…"llegándose Jesús les habló, diciendo: Todo poder me ha sido dado en el cielo y sobre la tierra"…Las palabras de Cristo Nuestro Señor son afirmativas, definitivas y precisas, nada hay en ellas que la seguridad de su resurrección, palabra de quien tiene toda la autoridad, dominio y poder como Dios.

Revela investido como hombre, antes haber consumado su obra de redención ha vencido al enemigo del género humano: el demonio. El poder de Cristo Nuestro Señor extendido a los cielos y tierra es el poder mesiánico que tiene aquí sus comienzos para lograr su consumación en la gloria la conquista y Poder universal absoluto y único.

Por ello dijo el Apóstol; …"Al nombre de Jesús todo dobla la rodilla: en los cielos, la tierra y los abismos"… Valoramos en esta vida, que, así como se admira y se goza el poder glorioso y triunfante de Cristo Nuestro Señor, es también de temer su poder, que puede echar cuerpo y alma al infierno, dijo Jesús; …"más temed a aquel que puede perder alma y cuerpo en la gehenna"…
…" Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo"…El dogma (Doctrina revelada por Dios y propuesta como tal por el magisterio infalible de la Iglesia) fundamento al que se reduce la religión cristiana católica, es la Santísima Trinidad, en cuyo nombre los fieles son bautizados.

Por el bautismo y la redención de Cristo Nuestro Señor accedimos a la expresión sublime de nuestra fe: la vida trinitaria de las tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Ahora bien, es preguntarnos ¿Y que irán a enseñar los Apóstoles a toda la gente? Sencillamente lo que durante el tiempo que estuvieron al lado de Cristo Nuestro Señor escucharon, la enseñanza recibida después de su resurrección, los instruyo y catequizo, en lo mismo que le fue confiado por Dios su padre, en las mismas enseñanzas que recibió de Él., dijo el Divino Maestro; …"Cuando hayáis alzado al Hijo del hombre, entonces conoceréis que soy Yo, (el Cristo) y que de Mí mismo no hago nada, sino que hablo como mi Padre me enseño"… ¿Qué debemos hacer? Como lo han hecho las almas de santidad, guardar el mejor tesoro: la fe en nuestras almas; la fe pura, como es y será siempre la palabra de Dios; la fe recta da solidez y firmeza, fortaleza y vigor a nuestra existencia hasta el momento en que el Señor nos llame a su divina presencia, por lo pronto en vida es acrecentar la fe hasta convertirla en clara y luminosa habremos de manifestarlo en nuestras obras y estas fructifiquen en las virtudes cardinales, donde la fe ilumine la fidelidad y confianza; la esperanza aliente a conservar la promesa de su palabra y la caridad inflame el corazón de amor al prójimo; la fe expansiva, y expresiva conquiste de la mente y pensamientos para gloria de Dios.


…"Ensenándolos a conservar todo cuanto os he mandado. Y mirad que Yo con vosotros estoy todos los días, hasta la consumación de los siglos"…Atrayendo a la mente, la palabra de Cristo Nuestro Señor verdad eterna, viene de Dios Padre, lo que es motivo de confianza en Él aceptar y luchar por ganar y conquistar la promesa consoladora de Jesús.

Pasarán los siglos, y las generaciones humanas, pero la palabra de Jesús permanecerá, no cambiará, ni sufrirá modificación, la enseñanza de hoy es la hace siglos y siglos atrás, es la misma que ha permanecido en su Iglesia y con su Iglesia.

¿Cuántas catástrofes naturales provocadas por el ser humano se han sucedido cada siglo? ¿Cuántas, han cambiado los pueblos, desaparecido naciones? Infinidad, mas Jesús la verdad eterna no pasará, por el contrario, cada vez es más firme, y para tocar nuestra conciencia, los cambios en las naciones que son en su contra, perjudican su continuidad, Jesús los preside, escucha las plegarias de sus habitantes, ve su arrepentimiento, y su misericordia será de acuerdo a la fe en Él.

Y lo que no sea de Él o le sea contrario, se vendrá abajo, y lo que sea y se diga de Él, lleva el sello de la Santísima Trinidad.
hefelira@yahoo.com

 

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