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Se estrena con gritos Congreso en España

Pese a las protestas, la nueva presidenta del Congreso, la socialista catalana Meritxell Batet, respondió que no iba a interrumpir la sesión plenaria del Congreso. Foto: EFE
La bronca marcó este martes la primera sesión del nuevo Parlamento español, lo que augura una legislatura tensa
martes, 21 de mayo de 2019
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MADRID, ES

AGENCIA / EFE

La bronca marcó este martes la primera sesión del nuevo Parlamento español, lo que augura una legislatura tensa, pues los diputados de Vox (extrema derecha) intentaron acallar con golpes en las mesas del Congreso a los secesionistas catalanes, que acataron la Constitución y pidieron la libertad de los presos políticos.

Esos presos son cinco parlamentarios -cuatro diputados y un senador- que están encarcelados provisionalmente y son juzgados por el Tribunal Supremo español (TS) acusados de varios delitos -entre ellos rebelión- por el proceso independentista inconstitucional de 2017 en la región de Cataluña.



Los legisladores presos pudieron presentarse a las elecciones generales del 28 de abril pasado, recogieron el lunes las credenciales parlamentarias y asistieron este martes a las sesiones constitutivas del Congreso y del Senado con permiso del TS, pues no están condenados judicialmente, pero luego tuvieron que regresar a prisión.



Pertenecen a los partidos independentistas JxCat (conservador) y ERC (izquierda) y, como todos los parlamentarios, tuvieron que acatar la Constitución española como requisito imprescindible para adquirir la condición plena de diputados y senador.



Los diputados Oriol Junqueras, Jordi Turull, Josep Rull y Jordi Sánchez y el senador Raül Romeva no se limitaron a prometer que aceptaban la Constitución española, sino que añadieron fórmulas como "por imperativo legal", "por la libertad de los presos y exiliados políticos" (en alusión a los independentistas huidos de la Justicia española) o por la "república catalana"·

Como respuesta, los diputados de Vox, que juraron "por España", y otros diputados abuchearon o patearon, lo que generó una crispación creciente entre los grupos parlamentarios.



El líder de Ciudadanos (liberales) Albert Rivera, un catalán totalmente contrario a la independencia de Cataluña, denunció que las fórmulas utilizadas por los soberanistas suponían una violación del reglamento del Congreso y con ellas querían "humillar a las instituciones" españolas.



Pese a las protestas, la nueva presidenta del Congreso, la socialista catalana Meritxell Batet, respondió que no iba a interrumpir la sesión plenaria del Congreso.



"No se ha mermado la esencia del acatamiento, que es el compromiso de respeto a la Constitución, y esta presidencia será ejercida para que en todo momento haya respeto a la Constitución", replicó Batet, que consideró que todas esas fórmulas son respetuosas con el ordenamiento jurídico y las sentencias del Tribunal Constitucional españoles.



Sin embargo, el líder del PP (conservador), Pablo Casado, puso en duda la capacidad de Batet para hacer cumplir el reglamento del Congreso.

En rueda de prensa, la consideró "cómplice" con los diputados independentistas y añadió que la sesión parlamentaria había sido "bochornosa" y una "vergüenza nacional".



Así, la nueva legislatura se presenta complicada por la gran fragmentación del Parlamento y la presencia de grupos tan contrapuestos ideológicamente.



Tras la constitución del Congreso, la Mesa de la cámara (órgano rector representativo) se reunirá este mismo martes para deliberar sobre la suspensión de funciones de los diputados presos, como han pedido PP y Ciudadanos.



La vicepresidenta del Gobierno en funciones, la socialista Carmen Calvo, recordó que el reglamento del Congreso establece "claramente" que la situación de prisión preventiva es una "causa de suspensión" de las funciones parlamentarias.



Esta mañana también se produjo una foto esperada: el saludo en el Congreso entre el Presidente del Gobierno en funciones y líder socialista, Pedro Sánchez, a Junqueras -líder de ERC-, con quien tuvo una breve conversación.

El parlamentario catalán terminó con la frase: "Tenemos que hablar".

El Partido Socialista (PSOE) ganó las últimas elecciones, pero sin mayoría suficiente, así que necesitaría apoyos parlamentarios para poder gobernar, entre ellos, probablemente, el de los diputados de ERC.

Éstos no renuncian a un referéndum de autodeterminación en Cataluña, aunque la Constitución española lo impide.

Batet y el también catalán Manuel Cruz son desde hoy los nuevos presidentes del Congreso y del Senado, respectivamente, a propuesta del PSOE.



"Son catalanes al servicio de España y españoles al servicio de Cataluña", dijo el líder socialista Sánchez a su grupo parlamentario antes de constituirse el Congreso.



Aclaró que no los propuso por su lugar de nacimiento, sino porque son un ejemplo de lo que siempre ha representado el PSOE: "El respeto al Estado y a las instituciones y la voluntad inquebrantable de diálogo y de tender puentes".



Pero algunos analistas lo interpretan como un gesto en un momento de fuerte tensión política con el independentismo catalán.



En su primer discurso, Batet advirtió a los diputados que ninguno individualmente ni cada uno de sus partidos por sí solos representan en exclusiva a España, ni a ninguno de sus territorios ni a la voluntad de toda la ciudadanía.

 

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