REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

0
Votos
Nota Aburrida
Nota Interesante
A Dios no se tienta, se confía en él

…Y respondió Jesús: “También está escrito: No tentarás al Señor Tú Dios” … (Mt 4, 7)
domingo, 10 de marzo de 2019
Comparte esto en Facebook
Comparte esto en Twitter
Comparte esto en Digg
Enlarge Font
Decrease Font
¿Acaso nos damos por enterados de cuántas veces nos controla con sutileza la tentación en un día? Creo que no nos enteramos, porque a esta tentación del diablo, se le ha permitido que con sutileza introduzca sus intenciones al interior de nuestros sentidos, y como no se le hace frente para rechazarle, sigue adelante sin tener obstáculo, percibe que tampoco se busca la manera de detenerle pareciera fuera parte en la rutina de la vida diaria en la persona, así conviene al tentador, que no se sienta ni se vea el mal que causa su penetración.

Ahora bien, no vayamos a buscar lo que la tentación obra un día en la persona, vamos a pensar en las inclinaciones que esta maneja en los sentidos corporales durante una hora, de donde podremos comprender lo que sucede en el tiempo de un día: la persona despierta, no se levanta luego, se queda acostada, es cuando la tentación aparece en el pensamiento, se sabe lo que sucede, atraído por la pereza que tolera en ese tiempo en cama entre si me levanto o no trabaja la mente no en ideas buenas sino en los malos pensamientos y acciones que ahí ocurren dañinos para el alma y el cuerpo, ya puesto en pie la mente continúa la tentación en todo lo que hace, no saluda a sus padres y hermanos, esposa e hijos lo ven molesto sin entender la causa, nada dulce y confortante sale a la calle dispuesto a gritar, maldecir, blasfemar por cualquier cosa, todo es un pretexto para quedar su “yo” satisfecho, y decimos, la tentación ha obrado en esa persona, pasa la vista por el Crucifijo de casa o imagen de un Santo sintiendo el peso de su mirada en la conciencia, se retrae en hacer la señal de la cruz o dirigir una oración o palabra, la tentación ordena no hacerlo, y no lo hace, entonces no hay oración, no hay gracias, no hay el pedir un buen día, menos ofrecer las actividades a Dios justificándose en; …el se me hace tarde para eso… salió de casa perturbado, así quiere la tentación tenerle para que el diablo le ponga en su camino mayor incitación y oportunidad de hacer lo que en su mente guarda; molesto porque ya es tarde va contra las personas que encuentra, sea porque caminan o despacio estorban su paso las ofende de palabra y pensamiento, si va manejando su auto lanza diatribas, retos y maldiciones contra los demás porque se le atraviesan sin precaución, acelera echando el auto a otros y cuando lo detiene el tráfico por alguna causa toca persistente el claxon no le importa molestar a los demás, gozándose en ello, lo que se da a conocer no es una exageración es la realidad diaria; ¿Cuántas tentaciones se convirtieron en hechos en tan sólo unos minutos de salir de casa, más los que en ella se hicieron? Mejor no pongamos número a las tentaciones de una hora.

De profundizar en lo que hace la tentación con nuestra persona y nuestros actos, reconocemos que toleramos a voluntad sus incitaciones, y esto es todos los días en el alma, corazón y cuerpo manipulados por la tentación del diablo, ordena a la persona sin que ésta escuche la orden, porque su orden es una incitación sutil a la que se obedece, por eso cuando se da tiempo a recapacitar los actos del día, no es para la persona una sorpresa la manipulación que por la tentación inducida del diablo hizo de lado los bienes puestos por Dios en su camino.

Buena la pregunta; ¿Entonces qué es la tentación? Primero, induce ofender a Dios cuando tolerada y aceptada convierte la persona por voluntad en pecado.

Prueba a la persona que derriba por así decir de su corazón las virtudes de la fe, esperanza y caridad, los bienes de bondad y honestidad, honradez, pureza e integridad del alma, al instante olvidan los sentidos que ya no alertan a detenerse, y sin nada que pueda contenerle va atraído al hecho; es la incitación al pecado una acción que procede del diablo, empeñado en socavar los actos de la persona para obrar con engaño y perversión, depravación y libertinaje, caer en el vicio excitado por la disipación, todo penetra en la persona por las aberturas humanas de la debilidad, fragilidad y flaqueza a la inclinación.


Bien es tener presente, Dios permite que todo ser humano sea tentado, pero nunca por encima de su capacidad de resistencia, lo da a conocer San Pablo; …“Dios es fiel y no permitirá que seáis tentados sobre vuestras fuerzas, sino que aun junto a la tentación prepara la salida, para que podáis sobre llevarla” …En ello muchos justificándose de sus actos no admiten la realidad de las palabras del Apóstol de los gentiles y malamente se atreven a decir; …Si Dios nos ama tanto porque permite que seamos tentados, entonces quiere que me pierda …Incrédulos piensan sin conocimiento de la doctrina de Cristo Nuestro Señor y de los Santos Evangelios, se invita a recapacitar de su error valorando el bien que muestra el Apóstol Santiago; …“Nadie cuando es tentado diga: Es Dios quien me tienta.

Porque Dios, no pudiendo ser tentado al mal, no tienta Él tampoco a nadie”… ¿Y por qué lo tienta al mal? Porque Dios tienta el bien del alma, dijo Cristo Nuestro Señor; …“mi yugo es excelente; y mi carga liviana” …El bien positivo que ofrece el Señor, el pecador no quiere recibirlo el mal le atrae más.

Jesucristo Nuestro Señor nunca cesará de buscar con tenacidad divina la salvación de las almas, entre ellas la del incrédulo que expresa sus perversas desviaciones, porque Dios es la fuente infinita de todo bien, San Agustín pide meditar en la misericordia del Señor; …“Por tanto, cuando tú soportas las incomodidades de este mundo, sea por medio de los hombres, o de forma oculta por sí mismo como hizo con Job, sé fuerte y sé sufrido; habitarás bajo el amparo del Altísimo como dice este salmo.

Pues si te apartas de la ayuda del Altísimo, no pudiendo valerte por ti mismo, caerás”…
San Juan Crisóstomo instruye deduciendo que, a grandes males, grandes remedios; …“Es que la tentación hace que saquemos provecho, de manera que podamos sostenernos, Él mismo nos asiste a todos y nos da su mano para que alcancemos las eternas coronas por gracia y benignidad de Nuestro Señor Jesucristo con esplendida aclamación”… De la derrota surge la victoria.

Define la acción tentadora del diablo, hay que señalarlo con el dedo índice como acusador el padre de ella, acomoda la tentación sutilmente aprovecha la flojedad y blandura de la persona distrae su atención la induce a su propósito y el cristiano católico caiga en pecado, no sólo en el venial que para el diablo es buen principio para conducir al pecado mortal, que es condenación eterna al morir en forma imprevista, o por cerrazón del corazón en la agonía no quiera salir de la situación en que lo tiene, la tentación se parece a la araña cuando cae una presa en su telaraña, corre apurada a las partes vulnerables donde la presa no puede defenderse y la ata con sus lasos para no perderla, así obra con el alma el diablo, la alimenta con atractivas tentaciones insiste y persiste en el afán de no perder su presa.


Toda esta constante acción del diablo es porque cada alma que gane, acrecienta su odio contra Dios creyendo que gana, inconcebible entender el compromiso que se ha propuesto el diablo de arrebatar las almas al Señor despojando los bienes de la gracia que hayan logrado en su vida para su beneficio, por eso nos engaña, por eso nos tienta de múltiples maneras a que respondamos a sus malignos deseos de convertir el alma en perversa, y cuando advierte que está intenta volver su corazón a Dios crea en ella obstáculos de toda índole que impiden el acercamiento del alma y cuando está se esfuerza decidida alcanzar a Dios, el diablo la angustia y mortifica, aflige y atormenta con temores, y perverso dice a su corazón; …Hazte a la realidad, Él no te va a perdonar, ¿crees que lo haga? torpe es tu ilusión, si vuelves a Él perderás lo que has ganado sin su ayuda ¡Tú puedes más sin Él! ¡No seas necio! deja eso …Esto no es nada comparado con la acción tentadora que en cada ser humano obra el diablo, no se puede decir que no es cierto, basta repasar lo que haces de maldad y de daño al prójimo en el día y así mismo te demostraras que lo dicho es realidad, el diablo obra la tentación en los gobiernos, en toda institución creada por el hombre, nada escapa a su acción, pero su fin principal está en apoderarse del alma y corazón de todo ser humano anula el propósito de arrepentimiento.


Volviendo al Apóstol Santiago; …“Cada uno es arrastrado por su concupiscencia, es cuando se deja arrastrar y seducir” …La solución que nos da es poner a raya nuestra mente carnal, ya que en ella se concibe o gesta el pecado, la tentación no se anuncia ni avisa, es progresiva, cuando menos se imagina surge veleidosa, a ese momento es cuando se debe frenar y echar fuera recurriendo a la ayuda de Dios con sincero y limpio arrepentimiento, la tentación queda debilitada y sometida por el cristiano católico para con Dios Nuestro Señor, pudiendo el pecador exclamar con gozo; …La derrota tiene una dignidad, la victoria creída por el diablo no la conoce … Volvemos al Obispo de Hipona que exhorta ignorar y excluir esos temores teniendo en la mente que a Dios no se tienta, se confía en Él; …“No tengas miedo cuando imitas a Cristo.

Cuando el Señor fue tentado por el diablo, no estuvo presente ningún hombre en el desierto; lo tentó ocultamente, pero fue vencido claramente cual se ensañó contra Él.

Haz tú también lo mismo si quieres entrar por la puerta, cuando el enemigo te tienta a escondidas, cuando busca al hombre para causarle daños corporales, como perjudicar su salud con fiebres, o con alguna enfermedad u otras molestias corporales, como las tuvo que sufrir Job”... Increíble, pero así debía ser, al tentar el diablo a Nuestro Señor Jesucristo fue vencido tres ocasiones que lo intento, es aprender de su proceder para expulsarlo de nuestra alma, que fácil es decir lo que difícil es hacerlo, solo con la ayuda de Dios se superara la tentación.

Quiso el Señor mostrar a los siglos, que el diablo no es poderoso, lo es como espíritu al que Dios le permite probar la fidelidad de las almas, el diablo promete y ofrece, da la impresión que lo obtuvo fácilmente, pero al tiempo las consecuencias demuestran que de lo ofrecido nada es suyo, la sutileza con que presenta la tentación embala al falto de espiritualidad en un círculo que no le encuentra salida porque sus cosas del mundo son efímeras, solo envuelven.

Esto es lo que se atrevió obligado hacer en las condiciones que el Evangelio expone; …“Por aquel tiempo Jesús fue conducido al desierto por el Espíritu, para que fuese tentado por el diablo, ayunó cuarenta días y cuarenta noches, después de lo cual tuvo hambre”…Se nos da a conocer el propósito y la tentación, el primero es prepararse al ayuno no solo de los alimentos, sino de la concupiscencia, entendiendo estas por la lujuria, deshonestidad, impudicia, voluptuosidad, obscenidades, gula, lascivia y todo apetito desordenado de placeres sensuales o sexuales, esto es lo que pide el Señor para cada alma aprovechar en este tiempo de cuaresma la oportunidad para rehacer su vida espiritual, vivirla en la fidelidad que el Señor pide, que quizá hace tiempo no se hacía reparar por el arrepentimiento las privaciones voluntarias de las negligencias pasadas.


Continuando con el Santo Evangelio; …“Entonces el tentador se aproximó y le dijo: Sí Tú eres el Hijo de Dios, manda que estas piedras se vuelvan panes.

Mas Él replicó y dijo: Está escrito: No de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”…El diablo fue al lugar donde se encuentra Nuestro Señor Jesucristo, en realidad se aprecia que no tiene idea de ante quien está, por lo que cauto obra a despertar la tentación, púes lo ve que no ha tomado alimento en cuarenta días, y para él lo más lógico es que tiene hambre y busca incitarlo a que realice un milagro para satisfacer su deseo de comer, el diablo cae en el engaño, sabe que Dios no necesita de alimentos terrenales.

La respuesta de Nuestro Señor es una lección para el cristiano católico, pues vence la tentación del estómago, y deja claro donde radica el bien de las almas vivir eternamente de la palabra que sale de los labios de Dios.

El mal del pecador es el diablo al que Jesús responde con el Deuteronomio, Jesús la recordó cuando Moisés por su pueblo afligido de hambre Dios alimento con el maná.

Dios conserva al ser humano en la forma en que Él lo dispone.
…“Entonces lo llevó el diablo a la Ciudad Santa y lo puso sobre el pináculo del Templo; Y le dijo: Si Tú eres Hijo de Dios, échate abajo, porque está escrito: Él dará ordenes a sus ángeles acerca de Ti, y te llevarán en palmas, para que no lastimes tu pie contra alguna piedra.

Respondióle Jesús: También está escrito: No tentarás al Señor Tú Dios” …La obstinación del diablo es insistente y tenaz, todavía duda de la divinidad de Jesucristo Nuestro Señor, pero sabe que es Dios y dueño de todo lo creado, mas para salir de la duda lo lleva a mostrar los reinos del mundo del que reina en ellos su majestad y palabra, pero sigiloso el diablo se anima a dar un paso que sabe está mal, como no entiende ofrece quien nada tiene a quien tiene todo hasta su voluntad es de su propiedad, el Señor responde con palabras de su poder infinito, su realeza y majestad, …“No tentarás al Señor Tú Dios”…El diablo sabe que él falseó el salmo, con esta falsedad promete el maligno a las almas justas, a las almas indefensas carentes de espiritualidad, muchos que teniendo brillantes capacidades de inteligencia dirán: conmigo nada de eso es posible, perdón, contestar así, responde a la tentación ególatra, has caído Hijo mío recupérate;…“De nuevo lo llevó el diablo a una montaña muy alta, y mostrándole todos los reinos del mundo y su gloria, Le dijo: Yo te daré todo esto si postrándote me adoras.

Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor tu Dios, y a Él sólo servirás”...Se nos muestra la persistencia diabólica que atrevida busca caminos y medios para engañar, está ve solo las cosas que se le permite ver, no ve el fondo de la razón de ellas, e ahí la grandeza de Dios, pues Él quiere que el Mesías, su amado Hijo, cumpla la misión en medio de dolores y desprecios, Jesucristo Nuestro Señor vence al demonio, viniendo al fracaso el intento de vencer al Hijo de Dios a hacer lo contrario a sus designios, rechaza el Señor las insidias tentadoras de la falseada escritura del diablo.

Y así fue, el demonio responderá adorando al Señor Dios y solo a él, únicamente a Él servirá. Hemos conocido que el Señor permitirá al demonio tentar solo hasta el limite de las capacidades que Él considere, Dios lo permitió al Diablo con Jesucristo Nuestro Señor para que fuera vencido, nosotros miserables pecadores tenemos está promesa, que, para no llegar a ella, es mantenerlo en el corazón, porque a Dios no se tienta, se confía en Él.

…“Déjole entonces el diablo, y he aquí que ángeles se acercaron para servirle” …
hefelira@yahoo.com

 

Opina sobre este artículo

Nombre   Email  
Título
Opinion

Columnas Anteriores