Mientras que es un sentimiento natural, es importante que busques la manera de verte y tu vida desde una diferente perspectiva. A veces ignoramos las ‘pequeñas cosas’ y sólo porque no seas millonaria y no vivas en una mansión, no quiere decir que estés fracasando en la vida.

De hecho, podríamos decir todo lo contrario.

Tus relaciones son menos dramáticas: El drama no es madurez. Mientras crecemos, deberíamos irnos desarrollando, tanto físicamente, como mentalmente.

Así que, si tus relaciones no son tan dramáticas como antes, has podido seguir adelante con los detalles insignificantes.


No te da miedo pedir ayuda: Pedir ayuda no es sinónimo de debilidad; de hecho, es una gran fortaleza.

Ninguna persona ha llegado al éxito por su cuenta; se requiere apoyo, ayuda y trabajo en equipo para llegar a la meta. Si eres capaz de pedir ayuda sin ningún problema, has crecido mucho como persona.


Has levantado tus estándares: Ya no toleras una mala conducta, ni de otros, ni de ti misma.

Si hay acciones, hay consecuencias, y nadie se salva de ellas.


Dejas ir a la cosas que no te benefician: Esta no es una cualidad narcisista, aunque lo parezca.

El amor propio es un éxito. Ámate lo suficiente como para decirle ‘no’ a las cosas y personas que no te hacen feliz.


A veces te gusta lo que ves en el espejo: Idealmente, deberías apreciar a la persona que ves en el espejo en cualquier momento, pero si eso no sucede en ocasiones, es normal.

Mientras hayan momentos en que sí pienses que eres guapísima, vas por buen camino.


Tienes un sistema de apoyo: Si has descubierto la diferencia entre las personas que sí te apoyan y las que sólo quieren sabotearte, ¡bien! Este es un descubrimiento doloroso, pero así te evitarás muchas incomodidades y traiciones.


Ya no te quejas tanto: Porque sabes que realmente no hay mucho de qué quejarse.

A menos que estés pasando por un muy mal momento o una experiencia traumática, rara vez te quejas sobre tu vida cotidiana. Y las personas exitosas lo saben y viven en un espacio de gratitud.


Celebras el éxito de los demás: Sólo porque los demás tengan éxito, no quiere decir que tu hayas fracasado.

Apláudeles a los que lleguen a la cima; entre más energía transmitas, más crearás por tu cuenta.


Tienes pasiones: Sabes que puedes contribuirle al mundo algo hermoso, si no importante, por lo menos algo que vale la pena.


Has logrado tus metas: No todas tus metas, pero por lo menos una que otra.

Obviamente tienes toda una vida por delante para llegar a las de largo plazo, pero por lo menos le has dado la importancia que se merecen las de corto plazo.