REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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Su misericordia es de y para todos

…“¿No me es permitido, con lo que es mío hacer lo que me place?”… (Mt 20, 15)
domingo, 17 de febrero de 2019
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Los Santos Evangelios enseñan la palabra de Cristo Nuestro Señor; …“Trabajad, no por el manjar que pasa, sino por el manjar que perdura para la vida eterna y que os dará el Hijo del hombre, porque a esté ha marcado con su sello el Padre, Dios” … Así es, la fruta de temporada pasa, los manjares de la estación pasan y vuelven al siguiente año, el manjar que deleita el paladar es pasajero, la bebida que reanima y vigoriza el cuerpo se termina, pero el manjar que viene del cielo al cristiano católico dijo Jesús; …“Yo soy el pan, el vivo, el que bajó del cielo.

Si uno come de esté pan vivirá para siempre, y por lo tanto el pan que Yo daré es la carne mía para la vida del mundo” … Por ello, el gozo de recibirlo permanecerá mientras el alma se conserve en estado de gracia luchará a que sea perdurable, por eso, entre más se frecuenta, más deseará el corazón recibir el sacramento que exalta el amor a Dios, al momento de consumir el cuerpo, sangre, alma y divinidad de Cristo Nuestro Señor, es creer y aceptar: …el Señor viene a mí …Se cree por la fe que la Majestad divina baja al cristiano católico amoroso al entregar el sello prodigioso del milagro exalta la fe su misión redentora por lo que se comprende; …“La obra de Dios es que creáis en Aquél a quien envío”… La obra interior consiste en creer recta y plenamente su promesa de salvación.

La existencia terrenal del ser humano tiene dos opciones; obrar haciendo el bien o hacer el mal, no existe término medio, es si o no, se es o no se es, por eso, repasando está disyuntiva de la vida, se descubre en lo primero un perfecto y claro enlace de la palabra que revive la razón de estar en este mundo a obrar con sencillez y caridad que en pocos o ninguna ocasión se piensa, menos se medita la realidad de lo que debiera ser nuestra conducta para con Dios y en lo que para Él es esencial: servir al prójimo.

En el cristiano católico la doctrina y mandamiento de Cristo Nuestro Señor es obligación entendida hacerlos como regla de vida y salvación para mantenerse en la línea que asciende a la gloria eterna, la otra dará paso a las debilidades humanas al tolerar la tentación en palabra, obra y pensamiento conduciéndose por la línea descendente, dependiendo el interés de querer o no querer salvarse según el dominio que sobre las inclinaciones del cuerpo se tenga.

El ser humano creado por Dios, por lo tanto recibe una porción de su bondad infinita para detener los impulsos al pecado, toda persona tiene una natural inclinación al bien, pero cuando salta el impulso a obrar el acto malo, viene al momento la excitación causante de convertir la tentación en pecado haciendo de lado la bondad, después de la caída emerge la reacción de la bondad detiene al que pecó por un instante, donde interviene la conciencia que forza al pecador a recapacitar en lo que hizo consciente sabe que no debió hacerlo, el remordimiento de haber perdido la gracia le conmueve a ir por lo bueno que ha abandonado por un engaño, dar el impulso, por eso va al arrepentimiento, dejarse seducir dice a su interior; …Volveré a ello en la próxima oportunidad … La tentación nubla los sentidos e impone sobre la mente las imágenes que le perdieron, pero cuando estas vuelven a la mente buscando otra oportunidad y no se frena esa tentación volverá a realizarla y más se perderá e ira atando un nudo en su corazón que la conciencia reclama; …“¡No lo vuelvas hacer! ¿Por qué lo haces? ¡Aléjate!“… El reflexionar ayuda a recapacitar y evitar el error en la continuidad de esos actos que alejan el alma de la divinidad de Cristo Nuestro Señor, al menos por el momento en que el pecador se arrepiente, la bondad del Señor dispuesta a recuperar la oveja perdida y llevarla a su redil, es cuando el impulso interior es mayor en descubrir el bien espiritual de la verdad guardada en la palabra de Cristo Nuestro Señor que despojará el velo erróneo de la vida pasada.


Cristo Nuestro Señor mostrará a los siglos que su misericordia es de y para todo cristiano católico el medio que concede al pecador a reaccionar tomando la dirección de su vida al camino de salvación, por lo que habremos de valorar y asimilar que la misericordia de Jesucristo Nuestro Señor no tiene límite porque viene de Dios su Padre la ayuda espiritual, moral y divina por lo que como hijos de Dios es reconocer y aceptar la esencia de su misericordia que recibe el cristiano católico del Señor, siendo su bondad la motivación sincera para decidirse arrepentido a no volver a caer, viendo el Señor sus intenciones del corazón y ayudará a ser vencedora de esa estira y afloja en el tránsito de esta vida a ganar la eternidad rechazando al mal superado por el amor y deseo de servir en palabra, obra y pensamiento a Cristo Nuestro Señor.

Meditemos alejados del mundo que nos rodea, en la necesidad de encontrar la enseñanza espiritual en el pasaje del Señor con Zaqueo el publicano cuando sube al árbol a ver pasar al Señor, sea de nuestra parte que el valor y mérito de vernos en Cristo Nuestro Señor, será desprendiéndonos del afecto a las riquezas cumpliendo obras de caridad en el prójimo.


Reza el Evangelio; …“Entró (Jesús) en Jericó, e iba pasando” … Para ubicarnos en el conocimiento que el pueblo tiene del Señor, se debía a sus predicaciones, que más perfeccionadas y diferentes, consolaba los corazones al saber que cumpliendo la doctrina y mandamientos, ganarían la gloria eterna, era un cambio espiritual que desconocían, lo valioso era saber que por la oración cada uno podía dirigirse a Dios sin necesidad de intermediarios como lo hacían los escribas, fariseos y sacerdotes del templo que calificaban si era o no bueno lo que solicitaban, a ello agreguemos los prodigiosos milagros que despertaba en las muchedumbres la curiosidad de verlos no para creer en la divinidad del Señor sino para hacer escándalo, su enseñanza llega a todas las regiones de Israel por lo que muchos se conformaban con verlo, los enfermos clamaban a su paso el alivio a sus enfermedades que padecían a consecuencia de sus pecados, todos buscaban de Él recibir el bien a su situación, así cuando llegó a Jericó Jesús conoce la intención y la poca fe de los reunidos.


…“Y he aquí que un hombre rico llamado Zaqueo, que era el jefe de los publicanos, buscaba ver a Jesús para conocerlo, pero no lo lograba a causa de la mucha gente, y porque era de pequeña de estatura.

Entonces corrió hacia adelante, y subió sobre un sicomoro (árbol) para verlo, porqué debía pasar por allí”… Zaqueo era un hombre bajo de estatura que para poder ver al Señor no podía porque la altura de los demás se lo impedía, pero hay algo, era el jefe de los publicanos de la ciudad, un hombre de reconocido prestigio que efectúa la recaudación de tributos para el Imperio Romano, criticado porque exige el pago de los impuestos, si cobraría de más sólo el y el Señor lo sabían más lo que deja ver el texto evangélico es ser un hombre riguroso en las cuentas.

Resuelve subir a la rama de un árbol frondoso para poder ver en toda forma el paso de Jesús ¿Por qué esta apasionada intención de Zaqueo? Es posible que de escuchar conoce su palabra y obra que caló en un corazón duro y tuvo temor de Dios, por eso deseoso de hablar con Él se dispuso resolver lo necesario para encontrarlo; …“Cuando Jesús llegó a ese lugar, levantó los ojos y dijo: Zaqueo, desciende pronto, porque hoy es necesario que Yo me hospede en tu casa”…El corazón de este hombre se conmovió, pudiéramos pensar eso y más cuando escuchamos de Jesús llamando con la delicadeza, suavidad y amor que narra el evangelista; …“Y éste descendió rápidamente y lo recibió con alegría”… A Zaqueo el Señor le concedió su deseo al llamarlo, este hombre no pidió verlo, en su corazón está ese deseo que Jesús ve y por eso lo llama, sería algo tan especial en nuestra alma, que deseamos en medio de nuestra vorágine de cosas diarias en que estamos, escuchar la voz de Nuestro Señor decirnos; …“Hoy es necesario que me hospede en tu casa”…Reconsiderando, ¡Sí, lo escuchamos cuando asistimos a la Santa Misa lo que dijo a Zaqueo! Nos dice al corazón, pero sino tenemos la condición de la gracia para vivirlo, nos quedamos sordos y sentados, ese llamado a Zaqueo es por su sincero arrepentimiento, que es lo mismo que espera del cristiano católico, ¡Claro que el Señor desea venir a todos los corazones! Y desea que todos sean su morada, a cada uno queda ser anfitrión del Señor en su alma.

Aunque como sucedió a Zaqueo, así puede ser en nosotros que al acercarse a recibir al Señor se levante el polvo movido por el viento de remolino la murmuración destructiva; …“Viendo lo cual, todos murmuraban y decían: Se ha ido hospedar en casa de un varón pecador”… Sabe el Señor lo que se piensa y se cree de zaqueo esta en la murmuración, entonces se dispone callarla con la decisión que este ha tomado arrepentido de verdad ante el Señor, diremos fue una confesión pública, que un hombre de su prestigio habrá de cumplir; …“Mas Zaqueo, puesto de pie, dijo al Señor: Señor he aquí que doy a los pobres la mitad de mis bienes; y sí en algo he perjudicado a alguno le devuelvo el cuádruplo.

Jesús le dijo: Hoy se obró la salvación en está casa, porque también él es hijo de Abrahán”… ¡Que hizo Zaqueo? Mostrar la riqueza que posee no es suya, no puede dilapidarla, afirma estar en la disposición de entregar lo que no es suyo, es pensar, sabiendo lo que el Señor ha predicado de la riqueza entendió que nada le era propio y por este medio surge en él la voluntad y de Dios la gracia para salvar su alma.


La riqueza de Dios Nuestro Señor es muy diferente a la humana, la riqueza divina está dispuesta con plena y absoluta justicia, lo que, al ladrón ambicioso o al engañador perverso no le parece, porque siempre quiere que las cosas sean en su beneficio, pero como el Señor es toda justicia no hay en Él ningún deseo de maldad, quiso en la parábola de los obreros de la viña enseñarnos como obra la riqueza de su misericordia en todo tiempo en las almas.

Y dice; …“Porque el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que salió muy de mañana a contratar obreros para su viña”…No hay hora, minuto ni segundo para buscar las almas, el Señor lo hace en todo momento al encontrarlas como Él sabe hacerlo da a conocer su ofrecimiento al que se entrega al trabajo, en este caso: la salvación eterna; …“Habiendo convenido con los obreros en un denario por día, los envío a su viña”… Podía decir el dueño de una hacienda, con los obreros que he contratado me basta para sacar el trabajo, pero el Señor manifiesta su deseo de tener más obreros, pues habiendo contratado a bastantes va por más; o sea que cuando de salvar las almas se trata se enciende aún más su ímpetu y va a la recuperación de más almas perdidas; …“Salió luego hacia la hora tercera, vio a otros que están de pie, en la plaza, sin hacer “nada” y les dijo: Id vosotros también a mi viña, y os daré lo que sea justo” … El Señor atento en todo lugar busca más operarios, no importa el número de ellos, para Él entre más sean, mejor, observemos, ofrece lo “justo” todos sin pedir explicación aceptan animados por la invitación, así es como el Señor obra por la salvación en las diferentes horas del día, no pregunta si su confort es bueno pues no desea que estén pasivos porque tienen trabajo los que creyeron seria día perdido.

Así, los bienes espirituales en las almas buenas que los han ganado después de una vida de cumplimiento en sus obligaciones para con Dios, es que el Señor da a aquellas almas que conforme a los años de su existencia terrena se fueron arrepintiendo, unos en un tiempo y otros en otro, volvieron al redil de Dios Nuestro Señor, y todos, los primeros, segundos y demás, gozan en el Señor al atraer a su campo las ovejas perdidas, donde todos participan la misma gloria sin pensar porque da más a este y menos aquel, en la gloria no habrá eso que se vive en el mundo todos los tiempos, en la gloria eterna no existe la envidia, está vencida.

Así continuo hasta el termino del día; …“Y ellos fueron. Saliendo otra vez a la sexta y a la novena hora, hizo lo mismo. Saliendo todavía a eso de la hora undécima encontró otros que estaban allí, y les dijo: … ¿Por qué estáis allí todo el día sin hacer nada? Dijéronle: Porque nadie nos ha contratado.

Les dijo: Id vosotros también a la viña”…
Llega la hora del premio al esfuerzo y disposición dijo; …“Llegada la tarde, el dueño de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros, y págales el jornal, comenzando por los últimos hasta los primeros”… Inicia el pago convenido con todos los obreros; …“Vinieron, pues, los de la hora undécima, y recibieron cada uno un denario” … Todo va bien, pero surge la ambición envidiosa del que no tiene razón de exigir, porque no pide exige y eso está mal, pues hay muchos que cuando acuden al Señor en su providencia, así actúan, no tienen paz ni tranquilidad, la desesperación de lo que traen entre manos los hace exigirle a Dios, creyendo que no se da cuenta, cuando Él siempre ve en los corazones sus intenciones buenas o malas; …“Cuando llegaron los primeros, pensaron que recibirían más, pero ellos también recibieron cada uno un denario.

Y al tomarlo, murmuraban contra el dueño de casa. Decían: Estos últimos no han trabajado más que una hora, y los tratas como a nosotros, que hemos soportado el peso del día y el calor”… La respuesta no se dejó esperar por parte del dueño de la viña; …“Pero él respondió a uno de ellos: Amigo, yo no te hago injuria.

¿No conviniste conmigo en un denario? Toma, pues, lo que te toca, y vete”…
He aquí la enseñanza para aquellos que quieren corregir la obra de Dios, debieran dominar la soberbia maligna y escucharlo; …“¿No me es permitido con lo que es mío, hacer lo que me place? ¿O has de ser tú envidioso, porque yo soy bueno?”…Recapacitando cada quien en cuidar su viña recibir con agradecimiento nuestro denario, esto es el fruto de nuestras buenas obras que bien sabemos si son muchas o pocas, y hoy que es tiempo trabajar más para mejorar nuestro jornal, no siendo molestos de los dones que Dios nos concede, sino valorar que su misericordia es de y para todos.
hefelira@yahoo.com

 

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