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• Presión familiar: No te cases para darle gusto a alguien más que no seas tú.
Lo que tus padres y abuelos a veces tienden a olvidar es que las cosas han cambiado y no necesitas casarte para ser feliz ni tener una vida estable. La decisión la debes tomar tú y tu pareja, no escuches a los demás.
• Por conformarse: No dés el ‘sí’ porque sientes que ya estás muy vieja o cansada de pensar que mereces algo mejor.
Muchas relaciones duran años y años porque simplemente ya no tienen ganas de terminar para empezar de nuevo. Antes de comprometerte a una nueva etapa tan importante pregúntate si en realidad es lo que quieres o solamente ya te conformaste con lo que ya tienes.
• Soledad: Aceptar la propuesta simplemente por el hecho de que resolverá tus problemas de soledad de forma permanente no es justo ni para ti ni para tu pareja.
Le estarás negando a ti y a tu galán la oportunidad de casarse por las razones correctas.
• Hijos: No es necesario casarse para tener hijos; de hecho, si te comprometes con alguien y logran reproducirse, ¿no crees que tus hijos se den cuenta que sólo están juntos por ellos? No es la mejor situación para formar una familia y mucho menos si ambos no están en la misma página en este tema.
• Resolver problemas: Te sorprenderá conocer la cantidad de parejas que piensan que podrán resolver todos sus problemas al casarse.
Sus problemas solamente resurgirán en el matrimonio y seguramente la tensión se vuelva tan insoportable que ambos terminen sintiéndose atrapados.