REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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La Presentación del niño al templo

…”Ahora Señor, dejas a tu siervo en paz, según tu palabra; porque mis ojos han visto tu salud”… (Lc. 2.29-20)
domingo, 30 de diciembre de 2018
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Cuando los padres de familia anuncian que la madre está en espera de un nuevo ser, vienen una serie de preparativos en la familia, siendo causa de alegría y gozo por el hijo que esperan, en otros tristemente es malestar, preocupación y disgusto porque: …no es el momento para tener un hijo… Un futuro hijo es una gracia que Dios concede a sus padres, y Dios no origina problemas, los del problema son esos padres comodinos, utilitarios e irresponsables que tienen miedo a ser padres que tomen su responsabilidad paterna, además es cierto, un bebe significa un gasto que quizá de momento no se puede solventar, ello no es motivo para librarse o ponerse en malestar que al final de cuentas el menos culpable es ese niño del que se excusa, las cosas no se detienen en la indisposición, sino que se escandaliza creyendo tener la razón lo comentan con sus amistades a los que convierten en jueces de su vida y de sus actos, y estos reclaman: ¿Cómo es que estas embarazada? Se presiona a la madre como si fuera un delito, y al hombre, ¿Para qué te echaste ese compromiso? Y metiéndose en lo que no les corresponde ordenan: ¡Que aborte! No se tiene una idea de este acto criminal que es el aborto, es Cuando por el desprecio a tener el hijo se interrumpe el desarrollo de un feto durante el embarazo de forma provocada, desesperados por lo que no quieren y lo que van hacer, se olvida lo que significa esta mala decisión que al tiempo vendrá a la mente el sobresalto por asesinar a un ser en potencia que no desaparecerá de la mente y menos de la conciencia que siendo Dios Nuestro Señor el dador de la vida de la que nadie tiene derecho arrebatarla, vivirán en su interior toda su vida esos padres el recuerdo de haber perdido consientes a su hijo de esta forma, creyendo salir del problema, cayeron a uno más grave que la conciencia atraerá una y otra vez; …¿Porque hiciste lo que no debiste haber hecho?…Volviéndo escuchar a Eva en el Genesis; …”La serpiente me sedujo y comí “…Dios Nuestro Señor comparte de su realeza el don de la creatividad a la mujer madre gestante y con en el padre el don de la autoridad, así, tener hijos (Los que sean) es cumplir el mandato dispuesto por Dios a la mujer en consecuencia de la desobediencia de Eva en el Paraíso terrenal, reza el Genesis; …”Multiplicaré crecidamente, los sufrimientos de tu gravidez; con sufrimientos parirás hijos, y tu propensión te inclinará a tu marido, el cual te dominará.

Y al hombre dijo: Maldito sea el suelo por tu causa; con fatiga te alimentaras de él todos los días de tu vida[.] Con el sudor de tu rostro comerás pan, hasta que tornes al suelo, pues de él fuisteis tomado, ya que eres polvo y tornaras al polvo “…quede claro en esos padres de familia: llegara el instante de sufrir penas justísimas en la tierra y amarguísimas de dolor en la eternidad, si en vida a tiempo se arrepienten abrigándose a la misericordia de Dios con sinceridad, no de dientes afuera.

Ilustra San Agustín Doctor de la Iglesia; …” En su misericordia, Dios no abandonó al hombre pecador a las penas que son consecuencia del pecado (los dolores del parto y el trabajo con el sudor de la frente) pues constituyen al mismo tiempo, remedios que limitan los daños del pecado, porque ayudan al matrimonio a vencer el egoísmo, la búsqueda del propio placer y obligan a abrirse al otro, a la ayuda mutua, al don de sí “… El ser humano atraído por los caminos de la tentación se deja atar a vivir cómodamente; …Como aquellos jóvenes que cumplieron con el sacramento del matrimonio, a los años se les pregunto; ¿Cuando llegan los hijos? La respuesta fue muy a la moda; …Hay que esperar, todo está programado, todo a su tiempo…Pasados los años de “gozo y disfrute” quisieron tener hijos pero las cosas cambiaron, por más esfuerzos y gastos no llego la concepción que cerro la descendencia en ese matrimonio.
¿Por qué está consideración reflexiva? Ahondando en el motivo del porque hubo de ir la Sagrada Familia al templo de Jerusalén, fue para enseñarnos a cumplir nuestras obligaciones para con Dios, en el cristiano católico cumplir el sacramento del bautizo derivado de la obligación de la doctrina y mandamientos de Nuestro Señor Jesucristo, y que Nuestra Santa Madre Iglesia tiene como obligación para sus fieles.

Jesús, María y José fueron a cumplir lo estipulado en la ley no teniendo obligación, María Virgen no estaba sujeta a esta ley puesto que el Niño Jesús es el Sumo Sacerdote y María su Madre concibió a su hijo primogénito por obra y gracia del Espíritu Santo sin menoscabo de su virginidad, por lo que antes del parto, en el parto y después del parto fue santificada por el nacimiento del Hijo de Dios, no obstante, fueron a Jerusalén para cumplir con la ley.

En el caso de los hijos primogénitos de Israel eran dedicados al servicio de Dios en funciones sacerdotales, pero cuando estas funciones se les atribuyo a la tribu de Leví, los padres para rescatar a sus hijos primogénitos de ese servicio, habrían de pagar cinco ciclos al tesoro sacerdotal.

La madre debía observar cuarenta dias después de dar a luz un varón, y abstenerse de ir al templo hasta no ser purificada, al igual él niño se consideraba contaminado por estar al lado de su madre que lo alimenta y realiza los tratos maternos; en el caso de ser hija, la madre debía esperar ochenta dias para ir al templo a ser purificada.

Al presentar sus padres al hijo primogénito en el templo debía ser ofrecido a Dios, el que tenía poder económico entrega un cordero en las condiciones establecidas para el holocausto o un pichón por el pecado, si los padres eran pobres como la Sagrada Familia entregarían dos tórtolas.

Al llegar al templo es recibido el niño por un sacerdote elegante ataviado de mantos finos ejecuta el acto de purificar a la madre y al hijo desde luego recibiendo “la ofrenda respectiva”, después de cumplir podía la madre pasar al templo a presentar al niño ante el sumo sacerdote en este caso recibió al niño Jesús por rutina sin mayor ánimo no es de dudar que ni siquiera fijo sus ojos en Él, ni en su madre y menos en su padre, no dijo palabra, es de considerar está realidad de acuerdo a la actitud pomposa y presuntuosa que era costumbre le hizo sentir incomodo verlos con ropas pobres que a su interior diría; … ¡pobres! …Siguió sin saber que Dios estuvo en sus manos, no aprecio en Jesús el destello de su divinidad que lo hubiera hecho comprender de estar ante el Mesías esperado por Israel.
Una cosa es lo que el hombre prepara y otra la que Dios dispone, reza el evangelista; …” Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón hombre justo y temeroso de Dios” …Quien será guiado por el Señor; …” Le había sido revelado, por el Espíritu Santo, que el no vería la muerte antes de haber visto al Cristo el Señor” …Después de conocerlo moriría.

El Espíritu Santo lo fue conduciendo a estar ante el Hijo de Dios. San Simeón descubre a sus padres que lo llevan en brazos, al verlo se conmovió profundamente y derramando lágrimas de gozo vive la recompensa anhelada esperada por años en que se mantuvo aguardando con fervor, en el templo elevando sus oraciones, pensamientos, meditaciones y ayunos a la llegada de su Señor.


Ese día al despertar por la mañana debió San Simeón experimentar una inquietud diferente en su corazón, ni dudar que algo en él lo animaba con un gozo distinto al de otros días que lo percibió y dedujo la señal, y sin esperar a más se traslada al templo guiado por el Espíritu Santo.

Este hombre humilde descubre a dos provincianos sencillos que van a comparecer ante el sacerdote, la madre lleva amorosamente al niño en sus brazos refleja timidez; el Espíritu Santo concede a San Simeón ver en ellos su santidad descubriendo las almas favorecidas por Dios, a ellos se dirige.

El anciano Simeón es un hombre prominente del templo, reconocido por su exacto cumplimiento de la ley, dice el evangelista;…”Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que esperaba la consolidación de Israel; Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte (hasta) antes de haber visto al Ungido del Señor”…Dios creador de la tierra y de lo que en ella existe, para la realización de sus obras utilizando los seres humanos como instrumentos suyos nos permite ver como ha movido el alma, corazón y voluntad de San Simeón por intermedio del Espíritu Santo.

Y Dios fue puntual a su cita conduciendo a San Simeón al lugar, hora y momento la gracia de conocer al Niño Jesús llevado por María sobre su regazo.

Es de preguntarnos ¿Cómo viviría en su interior este Santo de Dios lo que el Espíritu Santo le ha revelado al estar frente al Hijo de Dios hecho hombre? No alcanza nuestra pequeña inteligencia a expresar lo que fue en San Simeón el gozo al interior de su alma ver el Niño Jesús, sus ojos derramaron lágrimas al permitir el Señor ver a su Hijo con gozo, ha sido la fe y la gracia santificante venida del Espíritu Santo el don de la preferencia, por eso inmediatamente cumple al pie de la letra sin ir mas haya de lo dispuesto, es un hombre de Dios que ya no volverá aparecer en la vida de Jesús, tan luego cumple la disposición asignada por el Señor a la Sagrada Familia se retira a preparar su alma a Dios.

Las palabras de San Simeón para comprensión nuestra, son creíbles por su edad, virtud y grandeza de alma, coincidencia de tiempo y lugar; no hay duda que esta unión dentro de su persona da credibilidad divina al suceso, que muestra la Omnipotencia de Dios; …” Y, movido por el Espíritu, (San Simeón) vino al templo; y cuando los padres llevaron al Niño Jesús para cumplir con las prescripciones acostumbradas de la Ley” …Sus ojos de vidente confirmo ser el Niño Jesús a quien había esperado ahora ante Él reconoce ser la salud, la consolación añorada de siglos el objeto de sus anhelos y de salvación, con reverencia y recogimiento, alegría y gozo sin límite San Simeón…”Lo tomo en sus brazos, y alabó a Dios”… Extendiendo sus brazos hacia el Niño, María su Madre se lo entrega que animoso lo recibe, movido por la luz del Espíritu Santo cantó con voz temblorosa la oración de San Simeón, el “Nunc dimitiis”; …”Ahora, Señor, ya puedes dejar partir a tu siervo en paz, según tu palabra; Porque han visto mis ojos tu redención, como luz que ha de ser revelada a las gentes, y para gloria de Israel, tu pueblo”…Es el cantó de San Simeón su liberación de este mundo que ha esperado desde tiempo, Dios a cumplido su palabra y San Simeón se dispone prepararse ir a la presencia de Dios.

El Espíritu Santo ha cumplido la promesa que le había hecho saber ¡Ver al Cristo, el Hijo de Dios! Y la bastedad divina le entrega una gracia mayor estrecharlo en sus brazos y acercarlo a su corazón, San Simeòn lo comprende y bendice a Dios por el bien concedido.

El Niño Jesús es la gloria de Israel, pero su pueblo le voltea la cara en señal de rechazo, solo sus discípulos tuvieron fe en él, reconocido como su Señor cuando San Pedro en representación de todos contesta a la pregunta de Jesús; …” Y vosotros, ¿Quién decís que soy? Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo” …El Espíritu Santo asiste a San Pedro para expresar a Jesús lo que su corazón guarda y vive en cada uno de los discípulos, olvidándose San Simeón de si mismo lleva su mirada profética a los tiempos considerando que la universalidad de la redención se aproxima.

Las naciones gentiles de ese momento en el mundo viven en las tinieblas del paganismo carecen de la revelación que se ha dado al pueblo de Israel, al decir San Simeón que traería la salud a todos los pueblos, esto es la luz de la verdad que aclara la oscuridad de la ignorancia, manifiesta la revelación de este Santo Hombre de Dios dirigida a las naciones del mundo y a los siglos, que al paso del tiempo el rechazo de Israel a la doctrina, mandamientos y divinidad de Jesús, pasa la luz de la verdad a los gentiles que también la poseerán, Dios quiso que sus palabras quedaran como prueba de su reconocimiento, de haberlo entendido el pueblo y las autoridades del sanedrín hubiera explotado su soberbia maligna contra San Simeón, llegando al extremo de rasgarse las vestiduras para ellos se había contradecido la exclusividad que decían en Israel; los únicos poseedores de ella, quedan en evidencia los que le aguardaban no como su Salvador que redimirá sus almas por el pecado, al confundirlo como conquistador del mundo con la misión de Dios en someter los pueblos y naciones al yugo de Israel, atrevidos pensaban tener a Dios en su servicio sometido a sus intereses de poder tener en el Mesías un esclavo del sanedrín lo que disponían con su Señor.
Continuando; …”Bendijolos entonces Simeón, y dijo a María, su madre: Este es puesto para ruina y para resurrección de muchos en Israel, y para ser una señal de contradicción”…San Gregorio nos dice:…”La ruina significa aquí la caída hasta lo profundo; porque no deben ser castigados en la misma forma aquellos que no conocieron al Mesías, que los que habiéndole visto lleno de verdad y santidad, con todas las garantías externas de su misión divina lo han repudiado.

En cambio, el levantamiento significa un encumbramiento en que jamás ha podido soñar hombre alguno fuera de nuestra religión: es el encumbramiento por medio de la santidad” … El anciano San Simeón lleva cargada su espalda de años su frente es iluminada por la luz del Espíritu Santo, dirigiendo su mirada a María, Madre de Jesús exclama;…”A tu misma alma, una espada, la traspasará, a fin de que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones”… Introduce una espada en la vida de María significa los que rechazaran al Mesías en Israel y al paso de los siglos a los que vino a dar la salvación espiritual, tragedia que conocerá María al pie de la Cruz.

La profecía de San Simeón despierta en el alma de María el presentimiento de un misterio infinitamente doloroso en la vida de su Hijo.

Hasta entonces había escuchado las palabras del Arcángel San Gabriel cuando le anunciaba para Jesús el trono de su padre David; ahora San Simeón, anuncia que el Niño Jesús, habrá de traer la división sobre la humanidad en dos bandos que continuará hasta el fin de los tiempos la lucha entre el bien y el mal.

Cristo al predicar la doctrina del Reino de los Cielos conmoverá a multitudes, reyes y gobernantes de los pueblos en todos los siglos, infinidad de ellos lucharan contra él con furia de exterminio, pero también infinidad de ellos lucharán porque predomine su reino en este mundo: La Santa Iglesia Católica.

Dice San Beda; …” Ni es el alma, sino el cuerpo el que puede ser traspasado por la daga. Es la espada del dolor de la Pasión del Señor” ... Todo ello vivió María y José en la presentación del Niño en el templo.
hefelira@yahoo.com

 

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