REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

Somos creación de Díos

Analizando los bienes del cuerpo no sólo los externos, sino los que conforman el interior de él y que todos llevamos, mueven nuestros órganos para mantenernos con vida, sus funciones son extraordinarias e inimitables, no son valoradas por el ser humano, solo cuando esos órganos por los excesos, abuso y libertinaje que se les ha dado llegan a causar males al cuerpo, es cuando llama la atención, pero antes de ello no hay el interés que debiera ser de conocer la razón de los bienes corporales, pero el incrédulo obrando como Luzbel, el ángel rebelde que retó a Dios muestra su incredulidad, pero también lo desafía y en su osadía, lo lleva atreverse a crear seres humanos uniendo en una probeta el óvulo y el espermatozoide, ¡Hasta donde llega la miseria incrédula! ¡Provocar a Dios! Ensoberbecido afirma ¡Puedo crear la vida! Inteligencia trastornada por su soberbia maligna, pero habrá de llegar el momento de dar cuentas de esa osadía y respuesta a la exaltación de su “Yo” en donde sólo Dios es el dador de la vida, es Él quien la toma porque de Él viene al cuerpo humano, si el incrédulo intenta con su experimento dar vida ¿También dará alma? San Juan evangelista, revela en los Santos Evangelios al pueblo de Israel y a la posteridad de los siglos conocen pocos los que guardan en su corazón la promesa consoladora de Cristo Nuestro Señor y que se han esforzado por llevarla a la práctica que dice el evangelista;…"Quien cree en Él, no es juzgado, mas quien no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios”…Jesús entregó su vida no a sus verdugos ni a sus acusadores, ellos fueron instrumentos de Dios para su obra redentora y la salvación de las almas, por lo que somos creación de Dios fruto de su pródiga caridad divina que no cesa de guiar el alma en su camino a la eternidad.

La misericordia de Dios no abandona al pecador ni lo deja a la deriva tempestuosa del mundo tentador, su palabra es sentencia contra las flaquezas, debilidades y miserias toleradas o consentidas y ante estas bajeas, está la excelencia de su infinita generosidad comprensiva y bondadosa, que el pecador ignora y sumergido en la vida en que esta envuelto prefiere mantenerse donde está, negando con sus actos los bienes gratuitos que podría recibir si se decidiera ir a su Creador, pero prefiere desoír los bienes, gracias y dones que juzga con mentira;…Estoy abandonado de Dios…La soberbia maligna no deja ver y menos oír la voz de su conciencia, ya que dominadas las facultades de su alma, no le permite acercarse y mucho menos confiar en Dios porque ha dejado que se fije en su mente la duda, temor y rechazo a lo que el Señor dispone en su corazón como única condición: creer en Jesús de palabra, obra y pensamiento.

Pero la malicia dice; … ¡Aceptaré creer, si me conviene! Seguiré adelante con esta prueba o me quedo donde estoy, no pierdo nada…El incauto no sabe lo que está diciendo, con esa duda temeraria, que sino se arrepiente a tiempo perderá su existencia eterna.

¡Increíble qué un incrédulo condicione su obediencia al Señor! Al rechazar a Dios se niega a sí el bien de salvación y al no recapacitar en su error toma el camino a la condenación y todo; …"Porqué no ha creído”…Nadie tiene en este mundo derecho de poner a prueba a Dios, es Él quien tiene esa autoridad, es su derecho probar la fidelidad de las almas, el obrar con esas asperezas del corazón es obedecer a la soberbia maligna a la rebeldía, desobediencia y desacato, quebrantando la Ley de Dios, su doctrina y mandamiento, esos actos insensatos y prepotentes muestran el vacío del alma que no cree en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo, como es solo Dios al que se le ame y sirva con fidelidad, ello es de fe.
Jesús, en su peregrinar por el mundo, mostró que el requisito de salvación es tener fe en Él, quien la cultiva fortalece su alma, cultivo que puede convertirse en fugaz cuando se cae en la tentación se convierte en pecado, lo mejor es recapacitar y arrepentirse y disponerse a retomar el camino, pero cuando el cristiano católico convertido en pecador se deja arrastrar pierde lo que ha ganado por la gracia; la tentación, no es una exageración ni razón de crítica que disminuya su realidad, es aceptar que el pecado es incidía satánica, que al cometerse no hay freno que detenga, esto no es invento todos lo sabemos y conocemos porque así nos ha pasado sabemos que la conciencia reacciona, lucha, sacude y revive en el pecador a no ofender a Dios, pero la perversión del diablo induce al alma más limpia, incita de súbito su soberbia maligna que socava los cimientos de la fe se dice así mismo el pecador; … ¿Qué vivir en gracia! ¡Así estoy bien!, claro para Satanás mejor; ¿Qué hacer penitencia? ¡yo no!, Aplaude el demonio; ¿Qué tengo que rezar? ¡No tengo tiempo! el demonio agitado aplaude; ¿Por qué es mejor esto para el demonio? Porque entre más espiritualidad exista en el alma, más es su tesón en pervertirla atrayéndola vencerla, pero aquella que ya está perdida no le preocupa, porque enganchada a su malignidad será su repudio contra Dios ¡No te serviré! …Y referirá al Señor; … ¡Ese que se decía ser tuyo, ahora es mío, ¿Dónde esta el amor que te prometió? ¡Lo cambio por mí! … El demonio está vencido por Cristo en la Cruz del Calvario, lo derrota cuando el pecador escucha de Jesús la necesidad del arrepentimiento de corazón, del cumplimiento de su mandamiento y doctrina, recibiendo los medios que vencen la tentación aumentará su fe inspirado en nuestra Madre, la Santísima Virgen María, puerta de salvación.

Cristo toma esa alma como la gallina protege a sus pollitos extendiendo sus alas paternales.
Dos profetas revelan y proclaman la venida del Redentor: Isaías y Juan el Bautista.

Es evidente, que al dar a conocer la predicción divina de salvación y convencidos de ello viven en su interior la seducción al recibir el mensaje divino, persuadidos por ello lo dan a conocer, es el Espíritu Santo que ilumina su alma y le inspira al corazón los razonamientos para darlo a conocer a las muchedumbres que los escucha.

La venida al mundo del Salvador, fue tarea ardua para que el entendimiento del pueblo comprendiera e hiciera suya por su voluntad, la Ley mandamiento y doctrina que el Señor se empeñó en taladrar sobre la indiferencia en los asuntos de salvación del alma, y que bondadoso se acerca a sus sentidos cerrados por sus ideas; los pocos que se conmovieron por su fe, hicieron suyos los bienes del alma.

De momento la mayoría del pueblo lo seguían -como muchos hoy lo hacen- pero en el fondo de su alma no desean ser atraídos a una esperanza que consideran una carga muy pesada para alcanzar la salvación, eso les incomoda porque veían amenazados sus intereses, por esta causa persiguieron a los profetas hasta darles muerte; como siempre los pocos convencidos por la fe guardaron en su interior el mensaje, así la actitud de ese tiempo en contra de Cristo Nuestro Señor es la misma que existe en el mundo de hoy.

Se suscitaron controversias en los discípulos de Juan Bautista, lo que denota una falta fe en Jesús, diferente en ello al Precursor, dice el evangelista; …"Entonces se acercaron a Él (Jesús) los discípulos de Juan (Bautista) y le dijeron; ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos mucho, y tus discípulos no ayunan? Responde Jesús; ¿Pueden los hijos del esposo afligirse mientras el esposo está con ellos? Vendrán días en que el esposo les será quitado y entonces ayunarán” …El esposo es Jesús, los discípulos no podían ayunar como si estuvieran sufriendo la pena por la ausencia de su Maestro, cuando que Él está a su lado todos los días, eso será cuando ya no esté con ellos, como hoy lo hace el cristiano católico, es como si los hijos lloran la próxima muerte de su padre estando con ellos en vida.

La fe de Juan Bautista es superior a la de los hombres, no tiene duda de Cristo es el Hijo de Dios, dice San Juan Crisóstomo; …"Como los ángeles ven siempre el rostro de Dios, así Juan ve el rostro de Cristo en el cual resplandece la eterna divinidad, y por eso Cristo hablando en Malaquías dijo: Ángel mío, y añade: yo envío a mi mensajero delante de ti” …Conmovedora palabra del Señor.

De la fe de Juan Bautista, Dios no tiene duda, porque dio a conocer que Jesús es grande, firme y eminente.
Juan Bautista, tomado preso por orden de Herodes, causa, haber recriminado al rey, abandonar a su esposa y casarse con la hermana de ella, ésta celosa de que Juan convenciera del error a Herodes, intrigo con él para encerrarlo en la fortaleza de Maqueronte.

Ahí lo visitan sus discípulos, y le ponen al tanto de las obras de Jesús, hablarían de si era o no Jesús el Mesías esperado, a pesar de que Juan los había adoctrinado en ello, el evangelista expone; …"Juan, al oír en su prisión las obras de Cristo, envió a preguntar por medio de sus discípulos; ¿Eres Tú Él que viene o debemos esperar a otro?”…No consideremos que Juan Bautista manda preguntar por el agobio de estar en prisión o el presentimiento de morir o dude de que Jesús sea el Mesías o lo ayude a salir de prisión, Jesús conoce su situación.

Ahondando la pregunta que Juan hacía, no veamos existe en él duda. Su pregunta la desliza a los siglos para él incrédulo, al escuchar la respuesta de Jesús, se cumpla su voluntad; recordemos las palabras de Juan frente a Jesús en el Jordán;…”Este es el cordero de Dios, que quita los pecados del mundo”…Y la pregunta;…"Eres Tú el que ha de venir”…Juan envía sus discípulos en misión espiritual, era necesario superar su incredulidad para creer en la divinidad de Jesús, testigos oculares de sus prodigiosos milagros debían confirmar que Jesús el verdadero Mesías.

La pregunta; …"¿Eres Tú el que viene?” …La respuesta del Maestro resolvía su duda; …"Jesús les respondió y dijo: Id y anunciad a Juan lo que oís y veis” …Al momento que llegan los discípulos de Juan, Jesús se encuentra curando muchos de diferentes enfermedades, a pesar de que su vista aprecio los prodigios milagrosos de Jesús, fue como sino los vieran.

¿Por qué esa indiferencia? Su fe era poca, Jesús no les da una explicación complicada, su respuesta es práctica: muestra los prodigios que ha obrado, conociéndolos, den testimonio de haber sido realizadas por Jesús el Mesías; …"Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son curados, los sordos oyen, los muertos resucitan, y los pobres son evangelizados” … La falta de fe no existió para creer en su palabra y obra, ha sido así a través de los siglos el obstáculo por el que muchas almas han caído, no vayamos lejos, cuando el pecador se aleja de Dios, es porque su conducta es contraria a su doctrina y mandamiento, obrando como esos incrédulos, que viendo sus prodigios milagrosos que solo Dios puede hacerlos, todavía preguntan a Cristo Nuestro Señor; …"¿Eres Tú el que viene?” … Nace Jesús en un pesebre donde la pobreza y humildad es un acicate para el mundo, dicen los puritanos; … ¿Cómo es posible que el Hijo de Dios haya nacido en tanta pobreza? … Su doctrina les resulta complicada, ¡Claro! No tienen fe, de querer tenerla podrían apartarse de sus engaños, mentiras y perversidades, pero su soberbia maligna apura su corazón a la maldad; … ¿Cómo en tanta penuria, no creo que sea así? … Cegados por la malignidad se escandalizan aun viendo sus milagros.

Los discípulos de Juan nada los conmovió, no valoraron los portentos que conocieron, dijo Jesús; …"¡Y dichoso el que no se escandaliza de Mí!” … No sea motivo de escándalo la humildad de Jesús, al contrario, sea nuestro acercamiento a Cristo.

Los discípulos de Juan terminan su misión, se retiran sin dar palabra de aceptar la divinidad de Jesús. Dio tiempo Jesús a que se alejaran los discípulos de Juan, para ir a dar referencia de él, y en esplendente elogio, la palabra de Jesús da entendida llamada de atención a los discípulos de Juan; …"Cuando ellos se retiraron, Jesús se puso a decir a las multitudes a propósito de Juan: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Acaso una caña sacudida por el viento?” …Dio Jesús espléndido elogio de Juan, al decir; ¿Ven en él a un hombre veleidoso e indeciso, voluble o cambiante, que pusiera en duda la venida del Mesías? Vino anunciarla en todo su esplendor.

Juan es un ángel que ve la cara de Dios. Así deja Jesús fuera toda duda, uno es Juan Bautista, otra sus discípulos. En la vida, unos son los alumnos, otro el maestro, uno los hijos y otros los padres, así se comprende la razón del Señor; …” Y si no, ¿qué fuisteis a ver? ¿Un hombre ataviado con vestidos lujosos? Pero los que llevan vestidos lujosos están en las casas de los reyes” …Las ropas de Juan son humildes, como su alimento, sencillo y pobre.

Es posible que Jesús se refiera a Herodes, al decir los que viven en los palacios, visten con elegancia y pulcritud. Juan como predicador de la verdad, confirma su santidad en el desierto.

La diferencia del mundo de todos los siglos es la grandeza o la humildad, en su primera venida de Cristo Nuestro Señor al mundo fue en pobreza extrema, muere no como rey que es, sino por la intriga de sus enemigos, que perdieron el gozo de reconocer a Dios; muere como sedicioso, sin serlo, es el deseo de Dios su Padre; hizo suya la redención de la humanidad; su pobreza es el camino que invita a seguir; ¿Que es difícil hacerlo? Sí, pero no imposible, iniciando por cosas pequeñas, depositando primero en la balanza el peso de lo burdo de la vida, luego, el peso de lo bueno que se logró, cuando por la fe se cambiaran de posición los platos por su peso, es lo que Jesús desea: aumentar nuestra fe y se ganará la gloria; …” Entonces ¿Qué salisteis a ver? ¿Un profeta? Sí, os digo, y más que profeta” …Jesús confirma solemne, eleva a Juan por sobre los profetas, fue delante de Jesús preparando los caminos a que toda alma este en condición espiritual de ir al Señor, por la fe, todos somos creación de Dios.
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