REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

El amor paternal que el Hijo de Dios hecho hombre sembro en el corazón de los seres humanos, es el atributo divino para perdonar los pecados, muestra de su misericordia y caridad, bondad, generosidad y nobleza de espíritu, es la comprensión indulgente de sus virtudes infinitas, para que el cristiano católico conquiste la salvación de su alma.

Nunca imagino Israel que la benevolencia comprensiva del Padre llegará al grado de desprenderse de su Hijo amado, Nuestro Señor Jesucristo, el Mesías prometido a Israel; enviado con la misión de esparcir la semilla de la fe; enviado a cumplir el mandato dispuesto por su amado Padre, enviando a salvar al pueblo del pecado; vino invitando al banquete celestial, queriendo fuera el primer invitado, pero encontró en él pueblo de Israel la recalcitrante oposición cada vez más infamante, el Hijo de Dios jamás cedió, paciente mantiene la forma y manera para ser reconocida su Divinidad, como condición primordial para salvación del pecador, en nada fue reconocida y menos aceptada.

Después de la Ascensión del Señor a los cielos a este siglo, está latente en el cristiano católico la esperanza de ganar el derecho a ser invitado a las Bodas del Hijo que en su momento el pueblo de Israel lo rechazo.

A la venida de Jesús, el pueblo escucha su doctrina, pone atención al mandamiento de amor y el perdonar al prójimo se va extendiendo en el pueblo trastocando los planes de los dirigentes del sanedrín que habían difundido en las demás naciones, tratando de crear temor e incertidumbre en ellos, puesto que eran pueblos supersticiosos haciendo mella en ellos el temor anunciado, pues se afirmaba que el Mesías esperado los sometería, porque dará a Israel el poder sobre el mundo, expulsará a los romanos de la Palestina, pero la predicación de Jesús es haber venido al mundo a salvarlos del pecado, frustrando así sus alardes de poder y grandeza material, cargan contra Jesús al escuchar sus predicaciones, él sanedrín se convence de que Jesús no es el camino esperado, y van contra su mesiánidad, sabiendo que es su verdadero Mesías rechazan su divinidad, lo persiguen engañando al pueblo el sanedrín lo hizo su cómplice contra Él hasta darle muerte ignominiosa.
Toda alma pasa por al mundo a probar su fidelidad para volver al Señor, antes recibe de Él, los medios para hacerse merecedor, gravando en el corazón la necesidad de cumplir su santo y veraz mandamiento como requisito necesario para ser invitado a las Bodas del Señor.

El profeta David, inspirado por el Espíritu Santo, es la voz y la palabra del Padre que busca sea comprendido al decir; …” Escucha pueblo mío, mi enseñanza; presta oído a las palabras de mis labios” … Pide nuestro Creador al cristiano católico la aceptación limpia y generosa.

Jesucristo Nuestro Señor enseño al pueblo de Israel que los bienes de salvación están en la fe, creer en su divinidad, en su promesa y palabras consoladoras que disponen el alma a ser perdonadas, porque la invitación de Jesús a las Bodas celestiales es a todas.

La profecía revela el indulgente perdón que Dios concede por la gracia el paternal llamado de Dios, quien no pide ni ordena cosas arduas o fatigosas, imposibles o penosas, quiere solo la oblación viva y verdadera del cristiano católico, la atención a su Sagrado Corazón es comprender hasta donde Él ha amado.

Su deseo de Padre amoroso, es que, siendo las almas buenas, santas y justas, pecadoras, incrédulas y alejadas, tienen sin excepción el derecho de ser invitadas a las Bodas celestiales, invitación que no tiene exclusiones, el llamado de Dios es gratuito, no hay distingo de posición económica o social, raza o color, queda claro, nadie está excluido asistir al festín nupcial, donde Dios celebrará las Bodas de su Hijo con la humanidad rescatada por su Pasión.
¿Dónde encontrará la felicidad el cristiano católico? El principio de la felicidad y la salvación es la Sagrada Eucaristía, en ella el cristiano católico tiene la anticipación del Banquete celestial, por ser la unión espiritual y sobrenatural con que Cristo mediante la gracia santificante glorifica su caridad, fuente inagotable de compasión, es su deseo participemos, cuando dijo;…”Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna, y Yo le resucitaré en el último día”…
El Padre eterno preparo las bodas antes de todos los siglos.

Su llamado a la humanidad nunca ha cesado a pesar de la situación de pecado, Él acrecienta en las almas de santidad buenas y justas el derecho de la gloria que hoy gozan, extendiendo a todos la invitación; … ¡Venid a las bodas!... El llamado a cada pecador, no es para responder con una simbólica actitud de adhesión, sino entregado buscar y hacer suyo el verdadero camino de todo hijo de Dios: Cristo Nuestro Señor; la invitación para las bodas definitivas en el cielo, catequiza por la Parábola del Banquete celestial; …” Respondiendo Jesús les habló de nuevo en parábolas, y dijo: El reino de los cielos es semejante a un rey que celebró las bodas de su hijo” … El rey es Dios Padre; su Hijo es el Mesías, Jesucristo es el esposo, la esposa es la Iglesia; los convidados, todas las personas que vienen a este mundo reciben el bien espiritual de las bodas divinas que contrajo el Verbo de Dios humanado con la Santa Iglesia.

Al dar a conocer Jesús la parábola del banquete celestial, muestra el camino a seguir del pueblo que vino a salvar del pecado, que esté repudio rehusando confesar su divinidad como Hijo de Dios, que bien conocía.

Haciendo un examen de conciencia, viendo a nuestro interior y mirando el exterior de esos hombres, vemos que en nuestro tiempo la actitud es la misma: se rechaza la palabra de Jesús, se dice de Él cosas dispares, pero el Señor, no olvidemos, mira cada corazón, conoce lo que en su mente conspiran sus enemigos, sabe al detalle su deseo de venganza inútil de conspirar contra Dios, nuestra condición de pecadores obra de igual manera cuando la tentación tolerada la convertimos en pecado ofendiendo gravemente su divinidad, no pasemos por alto este punto, en cada hecho pecaminoso se toma la postura de sus enemigos convirtiéndonos en enemigos de Dios, al no haber arrepentimiento, se tendrá el mortal destino como el que hoy tienen sus enemigos.

Anuncia la profecía el gozo del banquete celestial; …” Se saciarán con la abundancia de tu casa, y la embriaguez en el río de tus delicias” …No veamos esta profecía con sentido humano o caeremos en el error, ahondemos en el verdadero sentido espiritual, las delicias a que se refiere el profeta son las gracias, los sacramentos, los dones de Dios, por sobre todo el don de su sacratísimo cuerpo y sangre, su palabra misericordiosa y la infinita voluntad divina.

El incrédulo dirá: … ¡Qué aburrido! … Claro que lo es para quien no tiene una pizca de fe, ese seguirá igual, no comprende, menos aprecia el bien que el Padre celestial entrega a cada momento, ¡lastima! por ese aburrimiento llegará en la otra vida a una vida no deseable.

…” Y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas, mas ellos no quisieron venir”…Los siervos enviados en primera instancia por el Señor; Juan Bautista, los Apóstoles y discípulos predican el llamado al Reino de los cielos, como lo hicieron en el pasado los profetas en diferentes siglos, o sea que desde tiempos antiguos el pueblo judío recibió el anuncio del Señor, pero fueron sus siervos rechazados y perseguidos hasta darles muerte, reacio el pueblo de Israel niega aceptar su llamado, no nos admiremos de esa infidelidad, porque en ese sentido nuestra mala conducta es la del infiel que rechaza como ellos cumplir el mandamiento de Dios.

Recapacitando en la benevolencia del Señor que ha tenido en el pasado y la tiene en el presente, y lo tendrá en todo momento, es invitar a las almas creadas por Él a su festín, tristemente muchos se niegan a participar negando la invitación de palabra, obra y pensamiento, cuando que ir al Señor es el bien por el que tenemos oportunidad de conservar las gracias que entrega como resultado de su sacrificio en la Cruz, lo inexplicable es el empecinado desprecio al bien único de salvación por el pecador, es como el que pone la mano en el fuego, sabe que le causara quemaduras y puede perder su mano, entonces porque insistir en meterla, y esos infelices, aburridos con su dialéctica no van a perder la mano, perderán lo más valioso que poseen: su alma.

¿Razón? Esos pecados enquistados en lo profundo de su corazón, infunden temor a la sentencia del Señor, en vez de arrepentirse venciendo ese temor y poner orden en su alma, no se hace, su palabra sentencia; …” Ellos no quisieron venir” …Pero su misericordia reza; …” Venid a Mí benditos de mi Padre.
…” Entonces envió a otros siervos, a los cuales dijo: Decid a los convidados: Tengo preparado mi banquete, mis toros y animales cebados han sido sacrificados ya, y todo está a punto, venid a las bodas” …En vista de haber rechazado desde siglos a sus siervos, tiene el Señor otros siervos, su misericordia despliega su invitación de nueva cuenta al festín.

Anuncia los preparativos del gran banquete de las Bodas del Hijo de Dios humanado para la redención y santificación de la humanidad.
El Padre ha instituido los sacramentos y las fuentes de la gracia a los siervos de Dios, que instruyen al cristiano católico reconocer el momento de recibir el cuerpo y sangre de Cristo Nuestro Señor, recibe a Dios, recibe su divinidad, ¿Cómo es posible negarse a recibir el bien preparado por el Señor? Pocos asisten en la Iglesia a participar de las bodas del banquete celestial, los muchos se quedan no de rodillas como debiera ser pues se está en la presencia del Señor, plácidamente sentados excluidos por voluntad; ¿Habrá preocupación por participar en el Banquete sublime de la Eucaristía? Solo él y Dios conocen su realidad, para Él lo deseable es que ninguno se excluyera de su invitación.

Pero “los muchos” dan más interés a las conquistas materiales, otros en los deleites e intenciones banales se pierden porque no les interesa este llamado, hacen oídos sordos a su benevolente invitación, el Señor insiste, catequizan sus siervos el beneficio gratuito de salvación y su asistencia a las bodas del Padre, pero viviendo en la fantasía de su vida no escuchan, dice la parábola de Jesús;…”Pero, sin hacerle caso, se fueron el uno a su granja, el otro a sus negocios”…El disimulo es una justificación injustificable, es hacerse ignorante de la realidad y pasarla por alto, la incredulidad y el vació de fe mantiene inmóvil, la conducta indigna rehúye el amable ofrecimiento preparado por el Padre, la insolencia estimula su soberbia maligna que incita a la molestia, procediendo como si se hiciera un favor al Señor aceptar su invitación, se prefiere dar paso a las preferencias del mundo y los placeres, que un día lo llevarán a reflexionar este cuadro de su vida reconocerá su desacato, menosprecio e irreverencia a Dios, que bueno será recapacitar hoy y no mañana cuando la vida llega a su fin, vendrá a la mente los instantes en que se dio una justificación mentirosa para no asistir a la Santa Misa, criticar a quien recibía la Sagrada Eucaristía, haber dejado de lado las oraciones de la mañana y de la noche, el aspaviento de molestia cuando alguien del hogar pide rezar el rosario, rechazando con exageración la piadosa intención, cuando callaba o disimulaba, cuando se decía estar ocupado, en toda actitud de falsa negación, y cuando se fue contento al antro, al partido de futbol, a la fiesta, al goce y disfrute del cuerpo, alejando por sí mismo su alma del creador, en verdad las vanidades de este mundo, si nos descuidamos nos atan.

Los que asediaron la magnanimidad de Jesús y sus siervos, obrando con perversidad se revelaron contra su Señor, y más al hacer a sus enviados victimas de injusta acción al arrebatarles la vida; …” Y los restantes agarraron a los siervos, los ultrajaron y los mataron” …Fueron los judíos de la primera generación cristiana los que hicieron victimas de su persecución a Esteban, Santiago el Mayor y Santiago el Menor.

Al escuchar la parábola los sacerdotes del templo, fariseos, escribas y ancianos a no dudar que se burlaron de la palabra de Jesús, en realidad profética; …” El rey, encolerizado, envió sus soldados, hizo perecer a aquellos homicidas, y quemo su ciudad” …Los invitados convertidos en criminales, Dios fulmina tremenda sentencia, consecuencia de su justa ira divina que había contenido con la esperanza de ser aceptada su invitación.

Jesús predice la ruina del pueblo, su aniquilamiento y destrucción por haber llevado su divino Hijo a muerte de Cruz, despreciando de Él las múltiples invitaciones al banquete celestial.

Jesús profetizo el caos que vivió la ciudad de Jerusalén y sus habitantes por el ejercito de Dios, esto es el ejercito romano de Tito y Vespasiano instrumento de Dios, ya que Él puede disponer lo que ha creado para reconocer al bueno y castigar al malo, dijo la profecía de Cristo;…”No quedará piedra sobre piedra”…Y así fue, ejecuta al pie de la letra el ejercito de Roma la desolación y muerte efecto a las ofensas y ultrajes cometidos a sus siervos enviados para bien de Israel.

En su paganismo, el emperador Tito atribuye que todo lo sucedido es obra de la divinidad, sin tener certeza de quien era esa divinidad, decía; …algo me empujaba a seguir adelante y no dejaba detenerme hasta el final … Así fue el hecho histórico y verdadero del que podemos profundizar y relacionar con nuestra vida; ¿He cumplido mis obligaciones para con Dios? Siendo honestos descubrimos que nuestra efímera realidad nos muestra la transparencia de los actos buenos y malos, intenciones, engaños, robos, ofensas y lo que bien sabemos hemos hecho, preocupados viene a la memoria lo que está escondido en el corazón, la conciencia ayuda para eso Dios la ha depositado en cada alma a que saque lo oculto que disimulamos porque se teme pensar en lo que está a la vista del corazón, pero el Señor va con su perdón tras lo hecho y lo dicho.

En verdad cuando se medita en todo lo que no se debió hacer, estando a solas el cuerpo empieza a sudar, la respiración se acelera repasar la maldad, engaños, indolencia, creímos escapar pero no hubo escapatoria, Cristo Nuestro Señor anima a tomar la resolución, es cuando el pecador se detiene y pone en orden su alma, aun así la apatía mental da sobaditas en la espalda, diciendo;…espera, mañana lo haces hoy tienes cosas importantes; no exageres llévala calmada…Lo mejor es que esta actitud ayude aceptar la invitación que el Señor persevera repetir: …ven a la boda de mi Hijo... Acostumbrados a rechazar y la comodidad de estar alejado borra del corazón la necesidad del alma, la invitación;…”Entonces dijo a sus siervos: Las bodas están preparadas, mas los convidados no eran dignos”…
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