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Esclerosis múltiple, nuevas alternativas para su tratamiento

A la esclerosis múltiple se le ha llamado la enfermedad de las mil caras porque sus síntomas son diversos: dificultades para caminar y para enfocar la vista, visión doble
miércoles, 19 de septiembre de 2018
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(Agencia Informativa Conacyt)
A la esclerosis múltiple se le ha llamado la enfermedad de las mil caras porque sus síntomas son diversos: dificultades para caminar y para enfocar la vista, visión doble, alteración de la sensibilidad en brazos o piernas (hormigueo, entumecimiento o calambres), complicaciones para controlar la orina o las evacuaciones, disfunción sexual y fatiga que se manifiesta como falta de energía que lleva a las personas a no poder levantarse de la cama o disminuir sus actividades, señala un reporte emitido por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en mayo de 2017.
De acuerdo con la neuróloga de la Facultad de Medicina de la UNAM, Irene Treviño Frank, la esclerosis múltiple es un padecimiento del sistema nervioso central, en el cual se forman cicatrices por inflamación; esto es secundario a una respuesta anormal del sistema inmune, que ataca estructuras propias del organismo en lugar de combatir, por ejemplo, infecciones, como debe ser su función.

Dicha reacción deteriora no solo la estructura, sino la función del SNC; entonces el paciente presenta síntomas variados, que dependerán de la zona donde se formen las placas, agregó la neuróloga.
El reporte de la institución educativa, registrado bajo el número UNAM-DGCS-375, indica que la esclerosis múltiple se vincula con cuestiones genéticas, pero también con factores del ambiente, como una menor exposición a la radiación solar, deficiencia de vitamina D, tabaquismo, exceso en el consumo de sal, antecedentes de infecciones por virus, sobre todo mononucleosis infecciosa y otros del grupo herpes.
Hasta ahora no se ha determinado una causa aislada para la esclerosis múltiple, sino una combinación de elementos, por eso se dice que es una enfermedad multifactorial.

A nivel mundial, este padecimiento es más común en mujeres, con una proporción de dos por cada tres casos; afecta a adultos de entre 20 y 40 años de edad, es crónica e incurable.

La expectativa de vida se reduce en promedio siete años, “de ahí que haya adultos mayores con esclerosis múltiple que la adquirieron alrededor de los 20 años de edad”, precisó la especialista.
Además, tiene gran impacto porque afecta a población económicamente activa, y si no se controla a tiempo, puede generar discapacidad.

Recientemente se ha visto que algunos pacientes presentan problemas de la función cerebral cognitiva, dificultad para concentrarse y en la velocidad con que procesan la información.
Al referirse a las alternativas de tratamiento, Irene Treviño Frank refirió que algunos pacientes han establecido estrategias de ahorro de energía para realizar sus actividades cotidianas: “Llevan una agenda, organizan su tiempo, evitan estar en la calle cuando hace calor, porque esto empeora los síntomas, y procuran no deshidratarse”.

Además, deben estar al tanto de sus citas, de sus medicamentos y del surgimiento de nuevos síntomas; en suma, tener un autocuidado, además de mantenerse activos laboral y físicamente.
En el aspecto clínico, el tratamiento se divide en tres partes: “Uno se utiliza cuando aparecen síntomas nuevos, nosotros les llamamos brotes, y se tratan con medicamentos que desinflaman rápidamente el cerebro.

Otro es para controlar el sistema inmune con el fin de que no aparezcan tantas placas, a esto le llamamos terapia modificadora del curso de la enfermedad”.
Una tercera parte es el tratamiento de los síntomas y aquí se incluyen medicamentos que pueden ayudar a disminuir los problemas ocasionados por la esclerosis múltiple, así como a mitigar la fatiga, angustia, calambres, ardores o piquetes.

Todo esto va acompañado de rehabilitación.
El tratamiento en el cual se hace más énfasis es el modificador de la enfermedad, que busca mantenerla controlada; se inicia después de establecer el diagnóstico y lo ideal es mantenerlo en el curso de la afección, destacó.
Tratamiento a base de nanopartículas
Con el propósito de encontrar alternativas para mejorar la calidad de vida de los pacientes con enfermedades crónico degenerativas, especialmente la esclerosis múltiple, científicos de la Universidad de Colima (Ucol) y de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) trabajan en un proyecto conjunto encaminado a desarrollar un tratamiento a base de nanopartículas.
El doctor Óscar González Pérez, coordinador del proyecto, explica que se trata de un estudio multidisciplinario que involucra a cinco académicos de ambas instituciones, a través del Laboratorio de Neurociencias de la Facultad de Psicología de la Ucol y el Instituto de Química Sustentable, campus Toluca de la UAEM, quienes buscan lograr que un desarrollo biotecnológico, como la síntesis de nanopartículas, sea probado en modelos animales con vistas a su uso en el humano.
Dentro de este proceso, los especialistas de la universidad mexiquense se encargan de hacer la síntesis de nanopartículas, llamados nanodispositivos, y los académicos de la Ucol los prueban aplicándolos directamente a tejidos orgánicos.
González Pérez, quien es profesor investigador de la Facultad de Psicología de la Ucol, detalla que las nanopartículas son microesferas de oro, pero a esa escala nanométrica pierden sus propiedades, cambian completamente, el oro deja de ser amarillo y se torna rojizo y magnético, por lo que a esas nanoesferas se les puede fijar algún medicamento de diversa índole y ver si se pueden depositar en ciertos tejidos.
“En el cerebro ocurren padecimientos incurables, como el cáncer cerebral, que es una enfermedad devastadora por la que en un año o año y medio muere el paciente; las terapias son agresivas y la cirugía también, entonces queremos pensar que a estas nanopartículas se les pudiera pegar algún medicamento anticanceroso que al extraer el tumor, el neurocirujano pueda depositar dentro del cerebro, para que haga efecto de manera local sin afectar otros órganos como actualmente lo hace la quimioterapia por vía sanguínea, porque no solo daña el tumor sino también el riñón, el pulmón, el hígado y el intestino.

Una quimio enfocada sería idónea”.
Otro tipo de enfermedades que están siendo consideradas son las desmielinizantes, hay enfermedades, explica, donde unos aislantes llamados mielina se pierden, son como cables, y al perderse se hace una especie de cortos circuitos dentro del cerebro y se generan muchísimos problemas, son totalmente discapacitantes, no hay cura.

Entre esas enfermedades se encuentran la esclerosis múltiple, encefalomielitis aguda diseminada, esclerosis concéntrica de Baló, neuromielitis óptica y mielitis transversa persistente.


A juicio del doctor Óscar González Pérez, lo idóneo sería usar las nanopartículas como un vehículo farmacológico, que se les pueda pegar una sustancia que favorezca la regeneración de la mielina, depositarla en el cerebro y que esté toda la vida haciendo ese efecto, porque actualmente esas enfermedades son degenerativas, crónicas e irreversibles.
“Estamos en etapa muy preliminar —refiere—, ya tenemos nanopartículas, ya podemos pegarles sustancias y estamos viendo si el cuerpo del ratón las rechaza o acepta.

Primero hay que descartar que sean tóxicas. Los resultados hasta ahora van bastante bien. Eso nos abre un panorama muy amplio porque si estos resultados son correctos, y estamos prácticamente seguros de que así va a ser, eso nos permitiría dar el siguiente paso, que es tener un modelo de ratón con una enfermedad y darle las nanopartículas con la sustancia regenerativa y ver si empieza a mejorar”.
Indica que “idealmente, queremos que el cáncer se pueda curar o al menos convertirlo en enfermedad crónica tipo diabetes, que la persona muera con su cáncer, pero no a causa de él”.
El proyecto busca incidir inicialmente en los circuitos más simples, en la parte motora de la enfermedad, pues “una de las cosas que pierden primero los pacientes es la coordinación, no pueden escribir, empiezan a perder capacidades motoras, la movilidad fina, esos circuitos son delicados (…) Después, la enfermedad ataca toda la función cerebral: la vista, el oído, la capacidad de concentración, esas funciones son muy complejas y serían el siguiente nivel”.
Actualmente, dice el investigador, hay medicamentos que hacen que la enfermedad se retrase: mejoran los pacientes pero no se curan; eventualmente van a terminar con daño, porque lo que se hace ahora es prolongar el tiempo en el cual la persona va a tener discapacidad permanente.
A juicio del especialista, si las nanopartículas funcionan bien con el medicamento, se proveería al cerebro de la capacidad para que se autorregenere de manera continua, y quizá al combinar las nanopartículas con el medicamento convencional, la persona todavía puede prolongar más su periodo de discapacidad permanente o simple y que muera con su enfermedad desmielinizante, no a causa de ella.

 

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