REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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Fe y confianza en la Providencia Divina

…“Buscad, pues, primero el reino de Dios y su justicia, y todo eso se os dará por añadidura” … ( Mt 6, 33)
domingo, 26 de agosto de 2018
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Expone a los siglos San Bernardo; …“Dios no mira lo que hacéis, sino con que voluntad lo hacéis”…Refiriéndose nuestro Doctor de la Iglesia a la recta intención con que deben conducirse las almas, tener el convencimiento de que Dios tiene a su vista el interior de cada una; que conoce sus deseos y pretensiones del corazón; que conoce las necesidades espirituales y temporales; conoce la intención que induce a la razón distinguir lo verdadero de lo falso, surge la intención de una pasión propia de la enseñanza del divino Maestro, dará frutos por las obras, también puede la intención llevar a la ambición que responde al deseo ardiente de conseguir el poder que se ambiciona, al tiempo se reflejan las riquezas obtenidas por el celo de una fortuna mal obtenida.

Dios permite al que vive con pasión, la luz de la divina gracia que viene de Jesús su único Hijo; al enfangado en las tinieblas, dijo Cristo Nuestro Señor; …“Sí la luz que hay en ti es tiniebla, ¿Las tinieblas mismas cuán grandes serán?”…
Del corazón nacen los impulsos del alma y el cuerpo, al ser tocada el alma por ese impulso, actúa para bien, pero en muchas ocasiones la rebeldía del cuerpo se retrae a ese impulso, ¿Puede mas el alma que el cuerpo? Enseña Santo Tomás; …“Los actos de las facultades intelectuales son operaciones producidas únicamente por el alma y que no puede producirlas el cuerpo; y así, el alma continua viviendo y produciendo actos espirituales después de muerto el cuerpo” … Dios Nuestro Señor ha dotado al ser humano de bienes, gracias y dones, siendo las potencias del alma: memoria, entendimiento y voluntad, en toda persona pueda discernir lo bueno de lo malo, conocer y definir lo que no le pierde y lo que le pierde, siendo tendencia de la naturaleza humana ir a la caridad, puede ser compasivo, bondadoso y piadoso vivirá la tranquilidad del alma; pero cuando se esconde y guarda la inclinación ambiciosa, pérfida y perversa, esa persona está constantemente en una vida agitada y temerosa, su conciencia insiste y persiste en el reclamo a su mal proceder, pero por la gracia santificante, el alma hará crecer.

A con la frecuencia de sacramentos tendrá el fortalecimiento espiritual, llevando al cuerpo a cumplir lo que el corazón desea; pero cuando es todo lo contrario, es porque ese pecador carece de la gracia, y el alma por mas esfuerzo que haga por apartar del pecado al cuerpo humano, -obra perfecta creada por Dios- posee de su parte el libre albedrio o la libertad de actuar para hacer el bien o el mal, pero si está escaso de bienes espirituales, despierta los deseos contrarios que saltan debido a su miseria, debilidad y flaqueza humana, satisfaciéndose en las cosas del mundo, pero el alma maniatada, recibe la ayuda de Dios para modificar la conducta del cuerpo, que no cesa de ser provocado y seducido con obstinada sagacidad para que a sí misma el alma se pierda, comprendiendo que por las propias fuerzas será imposible quitarse las cadenas de esclavitud del pecado.

Esta lucha no pasa desapercibida en ninguna persona, quien diga eso no es cierto, ¡Miente! vive en todo momento de la vida terrena está lucha, lo que ocurre en ellas y en toda persona, es la agresión sutil y veleidosa del demonio por dominar sus actos, a la vez, que presentar los bienes espirituales como una carga muy pesada, no deja que se abrigue en ellos, se convierte el alma en un combatiente atrincherado, que espera y sufre el asalto del enemigo, es cuando las potencias del alma luchan para alejar el alma del deseo de encontrar en el mundo la satisfacción, los destellos de la gracia se reviven en el alma caída, así el que iba perdido recapacita y corrige, porque Dios no lo abandona, lo asiste, va a su corazón y a los sentidos, como Padre amoroso penetra su alma y dirá; ¡Hijo mío, Detente! Pero el maligno ahonda en la miseria humana, empecinado a no perder lo conquistando grita a imponerse; … ¿Por qué te detienes? ¡Sigue, no te detengas! …Como en las corridas de toros, al lidiar el toro bravo, llega al momento donde el torero da la estocada en el corazón, los novilleros pasean sus capotes a que pierda noción de su realidad, no poder defenderse hasta que muere.
El ser humano es poseedor de bienes en exceso, como también de males en igual condición, es sabedor de ello, su conducta la inclina en el plato de la balanza según su actitud, lo lleva a un lado y a otro, cuando le conviene va al bien o al mal, el problema es que lo hace consiente, juega al hoy sí y mañana al no, la realidad es que está conducta no le dará frutos de salvación, pero si de condenación, o sea que maneja los bienes de salvación como si fueran asuntos o negocios como se hacen en el mundo, donde se intenta y se manipula a las personas o a la autoridad en lo que se quiere obtener, se argumentan razones exageradas y falsas, pero hacer eso a Dios, creer poder manejar los actos buenos y malos de igual forma o pretender esconderlos de su vista es un grave error, porque a Dios no se le puede engañar, ve y conoce la actuación de ese vaivén convenenciero, cicatero y timorato; ve y conoce, que ese afán es una farsa y una falsedad, que lo hace esa persona es servir a dos señores al mismo tiempo, en este caso al bien y al mal, llegará el momento en que esos engaños en las cosas del mundo, originaran en esa alma problemas molestos con uno de los señores, a los que cree puede engañar, y las consecuencias de este juego es que no se necesita mucha imaginación entender su resultado al ser descubierto, se le demostrará a toda claridad su engaño, esta actitud hoy es frecuente, el costumbrismo de ir a uno y dos lados, y según la audacia hasta veces tres, creyendo engañar al que cree sirve, se dice; …la voy librando…con esa misma facilidad se obra en la relación con Dios, que no admite este proceder, lo condena, Dios Padre es celoso, quiere justamente todo para Él porque es su derecho, quien en su entendimiento dice; …hoy hago bien a Dios… al rato se presenta la ocasión de obrar contra la voluntad de Dios, se justifica: …Nomás por ahora, mañana me confieso… Consiente obra mal, eso Dios no lo acepta, dice Santo Tomás; …“El primer fruto del Evangelio es el crecimiento de la fe, o sea en el conocimiento de los atractivos de Dios, y el segundo, consecuencia del anterior, está el desprecio del mundo, tal como lo promete Jesús”… Si se quiere ganar el bien del alma, la salvación, es ir por la vereda que va a la puerta de entrada con gozo del deber cumplido.


Ilustra San Juan Crisóstomo; …“El uno de estos señores, te manda que robes bienes ajenos: el otro, que des los tuyos. El uno quiere que seas casto: y el otro, que te entregues a la disolución.

El uno te conduce a la glotonería, y el otro te ordena la abstinencia. El uno te inspira el amor de las cosas presentes, y el otro te manda que las desprecies, ¿Cómo podrás unir dos cosas tan opuestas?”…Cuando los esposos se engañan por la relación con otra persona, creyendo que ninguno se entera, es acto de adulterio, la consecuencia de este es el engaño, vienen los problemas por no atender lo que es responsabilidad, al descubrirse, la vida conyugal se convierte en una cena de negros, surge el coraje, la ira y todas las consecuencias conocidas; un mercenario vende su servicios al mejor postor, viene otro postor con una paga más atractiva, deja al primero, y se vende al segundo enemigo del primero, apoyará el mercenario al segundo en peligro del primero; un empleado o un obrero, que por el trabajo que le encomiendan, continuamente pide permiso diciendo tener un problema personal para irse a cumplir otro trabajo, al hacerlo de continuo, los superiores descubren la mentira y surgen los problemas, cuya sanción es perder el trabajo; el alcohólico, pierde la autoridad en su familia, porque en vez de servir a ella o vivir para ella, vive para su vicio de alcohólico, drogadicto, y demás perversidades, sirve a ese Dios, un amo al que por él lleva al empeño bienes del hogar o ajenos, roba, miente constantemente, llegándose a quitarse la vida o de sus padres, esposa, esposo e hijos, estos intentando hacerle un bien al cerrar los caminos a su deficiencia, desesperado por la ansiedad que no puede contener al no poder satisfacer el vicio que lo ahoga, arrebata la vida, por eso, para alcanzar la mayor eficiencia, es no servir a dos señores, sino servir al que por derecho le corresponde, y Dios Nuestro Señor lo tiene.

Comprendamos, al ser humano se le puede engañar, pero a Dios no se le puede engañar, para con Él las cosas tienen que ser como nos enseña su doctrina y mandamiento, legisló para que la humanidad de todos los tiempos no ponga en duda ni olvide su mandato, sino el tenerlo siempre presente en los actos de su existencia, ya que el ser humano es ave de paso; …“Nadie puede servir a dos señores; porque odiará al uno y amará al otro; o se adherirá al uno y despreciará al otro.

Vosotros no podéis servir a Dios y al demonio”… Atendida la legislación de Cristo Nuestro Señor, aborda uno de los grandes males que ha ido saltando en las personas de todos los siglos sin excepción, y en este que vivimos es como la conclusión donde lo lógico sería decir es la terminación, más bien parece fuera el retorno de un tsunami, o de un huracán con mayor violencia y crueldad, ha caído sobre la humanidad, y ante la excesiva necesidad de tener y poseer cosas materiales, alimento, vestido y comodidades, despierta la codicia a un deseo sin límite, de un apetito ansioso de bienes y riquezas; en nada se compara ese empuje con el servicio obligado de toda alma a Dios su Padre que le ha creado, la ingratitud llega a su punto culminante, pues la humanidad en este proceder ansiosa está al servicio idolátrico de la abundancia y entonces su afán es atesorar, dijo Jesús;…“Por eso os digo; no os preocupéis por vuestra vida: qué comeréis o que beberéis; ni por vuestro cuerpo, con qué vestiréis.

¿No vale más la vida que el alimento? ¿y el cuerpo mas que el vestido?”… Es necesario prever el razonable ahorro, la preocupación de satisfacer las necesidades, mejorar las condiciones de vida, y otra el exceso, se dice: …todo exceso es malo …obtener dinero por el trabajo, es el premio a ese esfuerzo, se repite, mal es la ansiedad de poseer, de tener y apoderarse.

En muchos causa impresión o ríe, cuando llegan esos días”de ofertas“en que las cosas bajan de precio, multitudes se agolpan a las puertas de los negocios, al abrir sus puertas entran todos en tropel para que no les ganen el objeto que buscan; en los restaurantes donde se sirve comida bufet, la gente se amontona alrededor del lugar donde está la comida, mirando con coraje al que se está sirviendo, ansiosos de tomar la cuchara para servirse como si se fuera a terminar la comida.

Esa ansiedad es un estado de temor y angustia de que no me ganen, es injuriosa, pide el Señor reaccionemos ante estas actitudes, pide que recapacitemos, Dios es quien ha dado existencia a nuestra alma y cuerpo por amor, por eso, al traernos al mundo no fue para abandonarnos, sino darnos los medios de pasar por él la prueba que nos llevará a retornar a su presencia, ve en el mundo nuestras necesidades, proporciona los medios para obtener comida y vestido, lo ha mostrado cuando en la multiplicación de los panes, la multitud que había estado con el tres días dijo; …“Tengo compasión de la muchedumbre, porque hace ya tres días que no se aparta de Mí, y no tienen nada qué comer”… Aquí es dejar explicado, el Señor durante el tiempo que impartió su Catedra, no vino la multitud a decirle: … Señor no tenemos alimento… ¡no! El conoce, como Dios está enterado de todos los seres humanos sus necesidades espirituales y temporales, que nos entrega un ejemplo para entrar en razón sobre su paternidad; …“Mira las aves del cielo, que no siembran ni siegan, ni juntan en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta.

¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”… ¡Claro! Para Dios el alma es de mayor valor que el cuerpo.
Con ejemplos de la naturaleza afirma; …“¿Y quién de vosotros puede, por mucho que se afane, añadir un codo a su estatura?”…Bueno es pensar, nadie crecerá en estatura o alarge su existencia el tiempo que quisiera, se vivirá el tiempo que Dios quiere, por más que se tomen alimentos balanceados, complementos vitamínicos, dietas, ejercicios, y todo lo que el mundo ofrece para vivir mas saludable, es bueno en la medida que cuidemos nuestro cuerpo, porque somos responsables de él, otra es cuidarse de violentar la voluntad de Dios, triste esfuerzo de tanta gente en el excesivo deseo que convierte en preocupación el mantener su salud por vanidad, sin pensar que esa misma tenacidad en lo pasajero es aplicarlo a las necesidades del alma que se tiene abandonada.


Jesús ahonda en lo que la humanidad se envuelve: a la insensata e irreflexiva impetuosidad que cae en la vanidad y ostentación; …“Y por el vestido, ¿por qué preocuparos? Aprended de los lirios del campo: cómo crecen; no trabajan, ni hilan”…Observando la belleza de las flores, lo frondoso de los árboles y el fruto delicioso que satisfacen las necesidades alimenticias, ni ellas ni las siembras, necesitan del ser humano, solas dan el esplendor de su flor y fruto, se obliga a la tierra produzca más flores, más árboles, más cosechas, es permitido por Dios para los bienes e intereses del ser humano.
Todas esas plantas conservan la elegancia que Dios les ha dado, no trabajan, es espontáneo su esplendidez, en las flores su estética combina con toda perfección sus colores, aroma y atractivo, es obra de Dios para el deleite humano, y da un ejemplo a esos tiempos: el prestigio de Salomón era muy comentado por la finesa, suntuosidad y ostentación en el vestir, el Señor habla del más fastuoso de los reyes de Israel, pues ni él ni ninguno de ellos en el pasado y en el siglo que vivimos tampoco la industria humana por más empeño, jamás llegará alcanzar la belleza de una flor, o un fruto; …“ Mas Yo os digo, que ni Salomón, en toda su magnificencia, se vistió como uno de ellos”…
Ahora mostrará la generosidad de su divina Providencia; …“Sí, pues, la hierba del campo, que aparece y mañana es echada al horno, Dios así la engalana ¿no (hará Él) mucho más a vosotros, hombres de poca fe?”…La palabra de Nuestro Señor Jesucristo, es como para guardar silencio frente al espejo, teniéndola presente, aceptar que damos más interés a la excesiva atención a los bienes temporales, dejando de lado los espirituales, por ello, tocando alma y corazón razonamos, donde está mi fe que siempre Jesús ha buscado, ve que la posteridad de los siglos la pierde con facilidad; …“Nos os preocupéis, por consiguiente, diciendo: ¿Qué tendremos para comer? ¿Qué tendremos para beber? ¿Qué tendremos para vestirnos? Porque todas estas cosas las codician los paganos.

Vuestro Padre celestial ya sabe que tenéis necesidad de todo eso”…Jesús misericordioso extiende generoso la invitación, a descubrir la esperanza del corazón de Dios, Padre amoroso que conoce nuestras necesidades; …“Buscad, pues, primero el reino de Dios y su justicia, y todo eso se os dará por añadidura”... Sólo fe y confianza en la providencia divina.
hefelira@yahoo.com

 

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