REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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La paternidad amorosa de Cristo

…“Tengo compasión de la muchedumbre, porque hace ya tres días que no se aparta de Mí, y no tiene nada que comer”… (Mc. 8,3)
domingo, 1 de julio de 2018
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Se reza en los Hechos de los Apóstoles la predicción del Patriarca David; …“Habló proféticamente de la resurrección de Cristo[.]Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mí diestra” … Las profecías inspiradas por el Espíritu Santo que son el constante reconocimiento de la omnipotencia de Dios, revela a la posteridad de los siglos el haber hecho todo de la nada, creador de todo lo que existe del mundo en que vivimos y del universo, continuará su obra salvadora en favor de las almas trascendiendo los siglos, pues dijo; …“El cielo y la tierra pasarán, pero las palabras mías no pasarán”… Es el atributo divino de Él, por Él y para Él, pero la falta de fe y espiritualidad en el incrédulo, no le da la oportunidad de comprender, que los medios de salvación es deseo de Dios concederlos, y ser recibido en el alma del pecador, convertirla en morada, la inmensa mayoría se niega corresponder, al no hacer de lado su soberbia maligna, de aceptar con humildad que en nada somos omnipotentes.

Creer que el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios, no son más que un solo y único Dios. Siendo el Padre el Creador, el Hijo redentor y el Espíritu Santo Santificador, son una sola y misma divinidad.

El Padre envía a su Hijo amado a redimir al mundo del pecado, de donde es imperioso al cristiano católico aceptar con fe del Padre, que su enviado Cristo Nuestro Señor es su Hijo unigénito, este al confirmarlo, los cielos se gozan escuchar su palabra; …“Soy Yo el camino, y la verdad, y la vida; nadie va al Padre, sino por Mí ”…De donde la posteridad de los siglos por la fe comprende; Dios Padre es la meta, Jesús el camino para llegar a Él, quien carece de fe, al menos por las palabras entiende lo que esta leyendo, su problema es que para discernir lo que el Señor nos está diciendo en su palabra, es empeñarse arraigarlo en su corazón para que brote la fe crea en su palabra.
Cuantos hay que van a la Iglesia, escuchan el sermón del sacerdote y dicen; que bonito habló, muy bien dicho, me puso a pensar, tiene toda la razón, y ahí se quedan, pasó lo mismo a las muchedumbres que escuchaban de Jesús su enseñanza, escuchaban conmovidos, veían impresionados sus prodigios milagrosos, perturbados y turbados de sus pecados, pero todo ahí quedaba, a la hora de reconocer su divinidad y aceptar su doctrina y mandamientos retrocedían, lo criticaban burlándose, estas y más actitudes.

¿Qué confuso es el mundo de todos los tiempos, incrédulo, pervertido y malicioso? En estos tiempos de modernidad con engañadoras teorías se empeña demostrar que estamos escuchando el grito rebelde de Luzbel: …“No serviré” … La razón de esta desobediencia, es la actitud humana de maldad, que sabiendo que Dios concede la vida, se alza airoso y dice “No necesito que me ayuden” lo que no puede es quitarse de su corazón la soberbia maligna.

La verdad es que sólo Dios dispone a su voluntad entregar la vida o tomarla; …“Nadie me la puede quitar, sino que Yo mismo la pongo. Tengo el poder de ponerla, y tengo el poder de recobrarla.

Tal es el mandamiento que recibí de mi Padre”… Y para que no quede duda en la posteridad de los tiempos, Cristo Nuestro Señor muestra su paternidad amorosa, cuando llega a la casa de la viuda de Naím, su hijo ha fallecido, su madre y sus parientes lloran su muerte, el Señor movido por el dolor que padecen, dijo: no ha muerto, duerme, la gente no escucho la palabra consoladora de Jesús, se reía burlonamente de ella, entra el Señor a la casa y va a donde está el cuerpo sin vida y dijo; …“Levántate! Y él (que había estado) muerto se incorporó y se puso hablar.

Y lo devolvió a su madre”… ¿Qué discernir de lo mucho que nos da en esta palabra? Nos enseña a que no podemos ni debemos perder la revelación que nos da al conocer su compasión, clemencia y ternura, que vienen a Él del Padre al cristiano católico.

El bien por excelencia está al alcance del alma pecadora, a retractarse, dolerse y afligirse, resolviendo tomarla, sembrarla y arraigarla al interior, modificar la conducta de una vida pecaminosa, retornar su alma a Dios, quien nunca cesa de entregar bienes que despojen de la soberbia maligna la ceguera, no dejará pasar desapercibido el momento que mas los necesitamos.

Dios entrega la vida al cuerpo humano creado por Él, deposita el alma para que está predomine sobre las inclinaciones del cuerpo y supere la prueba de fidelidad en su paso por el mundo.

El Señor conoce las falacias, engaños y mentiras como la perversidad del mundo, su paternidad amorosa le hizo llevar su divino Hijo enseñarnos a vencer el mundo, instituye el medio eficaz para obtener y sostenerse en gracia: la Sagrada Eucaristía.
Es bien hacer un alto a nuestra existencia, para pensar en la bondad de Cristo Nuestro Señor, pensar en los actos y realizaciones que en mi persona ha realizado durante el transcurso de la vida, se teme hacerlo; eso sí, se va con decisión por el mundo buscando metas de las que decimos propias, son impropias, creemos haber venido al mundo para ellas, cuando en realidad es que no hemos venido a eso al mundo, estamos en él para salvar nuestra alma, de no recapacitar podemos perder la verdadera dirección de nuestra vida, sabemos en conciencia que esas metas de las cuales afirmamos entusiastas son fruto de nuestra inteligencia, van al fin de la inclinación que queremos: no es vivir con lo necesario, sino vivir y gozar a placer lo que el mundo ofrece, a ello se va, es como ascender un monte rodeado de frondosos árboles, al ascender se mira continuamente a la cúspide que se quiere llegar, la vista esta fija en ella para no perder la dirección; así son las metas y objetivos que nos proponemos en las cosas del mundo, se fija en la mente ese propósito, que hacemos cada vez más importante, y todo acto gira en torno a ello, al surgir un imprevisto irreversible, la persona explota molesto, abatido se desanima, no por el problema, sino porque sabe que va a perder el paso que lo lleva a su fin, pero la enfermedad de alguien de sus padres o hermanos, la gravedad que padece va acercando al enfermo a la agonía, la familia se avoca en estar con él, las cosas cambian al anunciarse que será una enfermedad larga, el agotamiento del enfermo será gradual hasta morir.

El afectado muestra disposición, pero en su interior molestia, hace las cosas sin dar a notar su indisposición, tendrá que esperar más tiempo, desesperado maldice las cosas que iban por buen camino, su pensamiento está en el retraso de su objetivo, no viene en su mente suplicar a Dios su benevolencia en favor de la salud ya no del cuerpo, sino del alma, sea para su padre, madre o hermanos o sus abuelos, son más importantes sus cosas, se pregunta; ¿Por qué ahora, si todo estaba bien? Un alma así muestra nula su falta de fe en Dios, carece de confianza en Él, nada hay en su corazón compasión, hay egoísmo, los alcances de una oración en favor del pariente enfermo nunca la recibirá de él, las gracias que de Dios por su ruego podría obtener para salvación de su alma nunca llegarán, por su soberbia maligna.
Mucho tiene la fe y la gracia santificante que nos hace comprender la paternidad amorosa de Cristo.

En cierta ocasión, un jovencito, al vivir la enfermedad dolorosa que iba en aumento de su abuela, angustiado pregunto; ¿Por qué mi abuela, una mujer buena y entregada a sus hijos y nietos, preocupada por el bienestar de la familia, apegada a la Iglesia católica, de oración, cada vez que iba a misa comulgaba y mas cosas que la vi realizar, dispuesta en todo momento ayudarnos en nuestras enfermedades y problemas, Dios no la conserva a nuestro lado? ¿La veo que cada día sufre mucho y va a morir? ¿Por qué? Se le pidió recapacitar; Dios Nuestro Señor es dueño de nuestras almas, todas somos suyas, nos dio la vida, y Él, cuando así lo disponga la va a tomar.

En el caso de tu abuela, hace unos años por los problemas de familia cayó en gravedad, y todos pidieron a Dios la conservara, y Dios escuchó sus oraciones; tiempo después volvió a caer en gravedad, la familia pide a Dios se salve, y Dios escuchó sus oraciones; volvió otra vez a los mismos males, y como veía que las cosas no cambiaban Dios dijo: … He correspondido a su oración cada vez que me lo solicitaron para que ella esté con ustedes, concedí a está alma lo que los suyos me solicitaron, pero como no hubo cambió en su proceder, la tomo porque es mía, me gozó verla en el mundo sufrir por Mí, empeñada en ganarse estar a mi lado, los agobios que ha padecido, lo ha hecho por mi pasión, crucifixión y muerte, llegó al punto de hablar a su corazón; hija mía deseo que ya vengas a Mí para gozarme y te goces en Mí…Así obra la paternidad amorosa de Dios Nuestro Señor, atraído el corazón del cristiano católico, que la vida de Cristo Nuestro Señor debe siempre ser el ejemplo a imitar, Él ordenara la nuestra, para llevarla ha Dios su Padre, si Él no viene en nuestra ayuda ¿Quién nos revelará la fuerza para sostenernos en está vida para llegar a Él para toda la eternidad?
En la primera multiplicación de los panes, Cristo Nuestro Señor dio un avance a la institución de la Eucaristía, va al cumplimiento de su promesa que dio a conocer en cuatro ocasiones: la vida del alma y la resurrección del cuerpo, al decir; “El que de Mí come la carne y de Mí bebe la sangre, en Mí permanece y Yo en él[ ]Este es el pan bajado del cielo” …El cristiano católico comprende Jesús hizo una promesa a todo el que cree en su divinidad de Hijo de Dios, luego lo confirma al hablar de la comunión eucarística.

En la primera ocasión, los discípulos toman la iniciativa, para dar de comer a la muchedumbre, proponen la compra de pan, y Jesús la alimenta al atardecer del día en que empezaron a seguirlo; en esta segunda, Cristo Nuestro Señor, sabe que llevan tres días sin probar alimento.

Reza el evangelista; …“En aquel tiempo, como hubiese de nuevo una gran muchedumbre, y que no tenía que comer, llamó a sus discípulos”… No hubo necesidad que alguien o personas vinieran a decir a Jesús que no había alimento entre esa gente, recordemos, la omnipotencia de Jesús, siendo Dios conoce la situación de cada persona de la multitud, y si no tenían que comer, fue porque Él quiso que así fuera para mostrarnos el prodigio a realizar, y ahondar en la razón de tres días estuvieron en ayuno.

Cuando hay ánimo y deseo de escuchar los bienes del alma, se atiende la enseñanza impartida por Cristo Nuestro Señor, conforta y tranquiliza, eso mismo fue en la muchedumbre, que paso de la curiosidad al gusto, sube su disposición ae escucharlo que llego al olvido de las cosas del mundo, y las necesidades del cuerpo pasaron a un segundo lugar, entre más escuchaban a Jesús, mas era su deseo de conocer, absorta su alma en la contemplación de su doctrina, ninguno abandono su compañía, permaneció en el aprendizaje, la elevación de su alma llega a tal grado que el tiempo paso veloz, no hubo preocupación de cómo era el lugar donde estaban, el Señor realiza un retiro para que las almas conocieran la situación de su alma, la necesidad de su salvación y ganar el premio eterno, cumplió un ayuno de tres días, terminada la Catedra del divino Maestro, agradecida la multitud de los favores recibidos del Señor, no lo dejaron, permanecieron esperando, parecen no tener prisa, quizá hasta entonces se enteraron que su bastimento lo habían consumido, por eso dijo Jesús;…“Tengo compasión de la muchedumbre, porque hace ya tres días que no se aparta de Mí, y no tienen nada qué comer.

Sí los despido en ayunas a sus casas, les van faltar las fuerzas en el camino; porque los hay que han venido de lejos”… Hace este comentario a sus discípulos, los reúne para analizar la situación, no porque no sepa que hacer, sino para atraer su atención y dejar en su interior el prodigio que obrará, a la vez mostrarles la paternidad amorosa de su Señor, será la misma que habrán de entregar al evangelizar el mundo, y sea este ejemplo a seguir entre hermanos.

…“La compasión que tengo de estas gentes” … Palabras embargadas de ternura y suavidad, muestran el sentimiento de su amor, conmovido revela la delicadeza de su corazón por las almas, enardecido porque han agotado sus alimentos, sabe que al volver a sus casas podrían fallecer porque faltará vigor para caminar, por lo que habrá de alimentarles antes de partir; …” Dijeronle sus discípulos: ¿Cómo será posible aquí, en un desierto, saciarlos con pan? “… El Señor paso por alto la respuesta de su indecisión o apatía de hacer algo o decir algo que no se atreven o pensar si digo algo tendré que hacerlo, esto y mas conoció de ellos, no reprendió su negligencia y poca fe, lo hizo para enseñarnos a no molestarnos con los que tienen escasa inteligencia y su actitud cerrada se molestan por la pregunta que no saben contestar, nos enseña a ponernos al nivel de ellos explicando lo que no entienden con atención, caridad y amor, poniendo empeño en desmenuzar lo que no comprenden, sin que se sientan mal, si nosotros tenemos algo de inteligencia, habrá otros más inteligentes que pueden llamarnos la atención cuando confundidos en lo que se nos dice no entendemos.
Como no encontraron solución y se declarasen imposibilitados para alimentar esa multitud, Jesús; …“Les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Respondieron: Siete”… Realiza el prodigio semejante al anterior, ahora pide que la gente se recueste sobre la tierra, la vez anterior fue sobre la hierba, lo que prueba de que están en lugar diferente, y la bendición ya no será juntos el pan y el pez, sino que será bendecir cada uno en forma separada; …“Y mandó que la gente se sentase en el suelo; tomó, entonces, los siete panes, dio gracias, los partió y los dio a sus discípulos, para que ellos los sirviesen; y los sirvieron a la gente”… San Beda ilustra este prodigio del Señor; …“La división de los panes, representa la apertura de las fuentes de la gracia, que son los siete sacramentos”… Dio a los discípulos los panes a distribuirlos, así queda entendido la gracia y la ciencia de la gracia, para que jamás falte a las almas el alimento de la vida espiritual.

Concebimos en esta segunda multiplicación de los panes, Jesús a dado un gran paso adelante en la institución de la Eucaristía.
…“Tenían también algunos pececillos; los bendijo, y dijo que los sirviesen también.

Comieron hasta saciarse, y recogieron siete canastos de pedazos que sobraron. Eran alrededor de cuatro mil. Y los despidió”…A todos llega la gracia de Dios, no desea, ni quiere, ni es su propósito que ninguno perezca eternamente.

Sabe que viven en el desierto de la vida, pero en el se va encontrar siempre la abundancia del pan del espíritu que el Padre proveerá del tesoro de su misericordia y de su poder, mostrando al cristiano católico la paternidad amorosa de Cristo.
hefelira@yahoo.com

 

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