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Leguminosas: Frijoles, alubias, lentejas, entre otras, son leguminosas populares por sus grandes beneficios, pero también por producir gases debido a que contienen algunos hidratos de carbono que el sistema digestivo no puede absorber, así que se van al intestino grueso donde la fermentación bacteriana produce flatulencias.
Brócoli: Es rica en compuestos que contienen azufre, lo que aumenta los niveles de sulfuro de hidrógeno causantes de flatulencias; comer despacio esta verdura y masticarla bien ayuda al organismo a limitar la cantidad de azufre que ingresa al intestino grueso.
Manzana: ¡Sorpresa! Si bien es un alimento sano, también incluye sorbitol y fructosa, los cuales son difíciles de digerir por el sistema digestivo.
Consume moderadamente esta fruta; sus beneficios son mayores.
Pera: Igual que las manzanas, las peras contienen sorbitol, un alcohol de azúcar que dificulta su digestión causando hinchazón y gases.
Papa: Al organismo se le dificulta procesar el almidón que contienen algunos alimentos como las papas, debido a que carece de enzimas para deshacer esta sustancia, por lo que el intestino grueso tiene que encargarse de eliminarlo liberando hidrógeno y algunas veces metano.
Lácteos: Con el paso del tiempo, el organismo produce cada vez menos lactasa, la cual se encarga de procesar la lactosa, ésta última viene en los productos lácteos, por lo que aparece la intolerancia a los lácteos, la hinchazón y los gases.
No se debe olvidar que el régimen alimenticio también influye; por ejemplo, llevar una alimentación llena de alimentos refinados y fritos causa una digestión pesada, hinchazón y gases, al igual que el beber en exceso refrescos.