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Las enfermedades después de Semana Santa

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Adalberto Yáñez Leal, coordinador de la Coepris en Reynosa.
-Las más frecuentes son las enfermedades de la piel y las intoxicaciones por consumo de alimentos en mal estado. -Autoridades ponen en marcha un operativo que disminuye riesgos sanitarios.
lunes, 17 de abril de 2017
Por: Alejandra Chavana
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A pesar de los esfuerzos por las autoridades, mantener limpios los centros recreativos y espacios públicos, durante la Semana Mayor, es casi imposible.

Basura por doquier, exposición a los rayos solares, la contaminación del río Bravo, el exceso de cloro y orina en los balnearios, los alimentos contaminados y otros factores son los que contribuyen a la proliferación de padecimientos.

Las enfermedades más frecuentes que surgen luego de las vacaciones, son las dermatológicas, infecciosas y las respiratorias; pueden ser contraídas por la contaminación del agua, por la exposición al sol y por alimentos contaminados.

En ese sentido, las autoridades de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) pusieron en marcha el Operativo Vacacional 2017, desde el 01 de marzo del presente año, “con la presentación del trabajo que se iba a realizar en las diferentes cámaras y los representantes”, explicó Adalberto Yáñez Leal, coordinador de la dependencia.

En total, la Coepris realizó 260 verificaciones sanitarias a restaurantes, hoteles, centros recreativos y gasolineras.

Operativo Vacacional 2017

Desde el 01 de marzo, la Coepris inició el Operativo Vacacional 2017, en conjunto con la presentación en la presidencia de la Sociedad de Hoteles, Restaurantes y Moteles; al igual que con las autoridades de Protección Civil y Bomberos, Cruz Roja Mexicana y la Presidencia Municipal.

Asimismo, se realizó en conjunto con las diferentes instituciones de la Salud de la ciudad, como el Hospital Materno y el Hospital General.

La coordinación del proyecto se llevó a cabo para que los dueños de los negocios, comercios y servicios “no se sintieran hostigados”, aseguró Yáñez Leal.

En total, se realizaron 260 verificaciones sanitarias a restaurantes, hoteles, centros recreativos y gasolineras, “para que, sobre todo, tuvieran los baños limpios y que estuvieran permanentemente abiertos”, expresó el coordinador de la Coepris.

De igual forma, se visitó a los restaurantes para el adecuado manejo de los alimentos, “que estén bien refrigerados, que estén en buenas condiciones”, por lo que se revisó principalmente el manejo de los mariscos.

Al igual que también se supervisó un total de siete lugares recreativos de la ciudad, para que las albercas cumplan con los requisitos de sanidad, “que el agua esté clorada, que tenga los niveles adecuados”, indicó Adalberto.

Los centros recreativos y lugares de diversión familiar optaron por instalar baños portátiles para el uso de la comunidad, por ejemplo en La Playita; “porque los baños que tienen ellos ahí los destruyen”, indicó.

Intoxicación con pescados y mariscos.

La intoxicación al ingerir pescados y mariscos suele suceder principalmente cuando éstos no están bien cocidos; un claro ejemplo es al comer ceviche, un plato que se prepara con pescado crudo cortado en pequeños trozos y preparado con limón, cebolla, cilantro, tomate y chile.

“Nosotros lo que hacemos es evitar intoxicación por medio de los mariscos. (…) los mariscos deben de consumirse en forma bien guisada; que cuando vayan a comprar un marisco, comprar un pescado que tenga la piel brillante, la escama bien fija, los ojos con tono…”, compartió Yáñez Leal.

Si, por lo contrario, durante esta Semana Santa el pescado que las familias consumieron no contaba con esas características, podría haber intoxicación.

Otra característica importante es la higiene al momento de la preparación, “deben usar dos tablas, una para limpiarlo y otro para que, si lo hacen filete, pues tengan una tabla más limpia”, indicó.

Durante el Operativo Vacacional 2017, se decomisó a un restaurante una gran cantidad de ostión, misma que no está permitido debido a las posibles enfermedades que causa su consumo.

“Podría causar una intoxicación alimenticia”, reiteró el coordinador de la Coepris.

Los síntomas de una intoxicación pueden ser cólicos, diarrea, náuseas y vómitos; en caso de presentarlos, es importante acudir a un médico.

Enfermedades dermatológicas

Al ingresar en albercas con exceso de cloro, con otras personas que estén enfermas o con personas que hagan del baño en el agua, podrían presentarse enfermedades de la piel.

Es por eso que la Coepris realizó una supervisión a las aguas de los siete balnearios de la ciudad, así como también a las aguas del río Bravo, por lo que determinó que “no hay problemas de bacterias”.

No obstante, es imposible tratar de controlar las enfermedades infecciosas y de la piel, sobre todo en lugares públicos.

“Hemos hecho los recorridos y todas las albercas han cumplido con la clorificación del agua”, aseguró Yáñez Leal, al explicar que los balnearios cumplen con las normas de sanidad y que eso “evita el problema de alguna enfermedad”.

Asimismo, aseguró que “también el cloro, si se pasara, te puede producir una dermatitis química”, por lo cual no es recomendable que los balnearios excedan el uso del cloro.

Por otra parte, la exposición prolongada ante los rayos solare puede provocar lesiones en la piel, sobre todo en las personas que olvidaron usar bloqueador.

En lo que respecta al río Bravo, y a su evidente contaminación, la Coepris dio a conocer que no hay riesgo de enfermedades y que “se puede usar para bañarse”.

 

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