En medio del frenesí de actividades, idas y venidas, y multitud de conversaciones, que implican las Fiestas de Fin de Año, seguramente pensará que no le quedará ni un minuto para hacer gimnasia, ya casi no que le sobra tiempo ¡ni para respirar!

En realidad, sucede lo contrario, porque, aunque pasen inadvertidas todas las tareas físicas, hasta las más insignificantes y cotidianas ayudan a quemar calorías y ejercitar los músculos.

El único requisito para aprovecharlas al máximo consiste en tomar conciencia de esta “gimnasia invisible” y hacerla lo mejor posible.

Desde que se levanta hasta que se acuesta, las intensas jornadas que transcurren durante las semanas de las Fiestas ponen a su disposición un sinfín de ocasiones para poner su cuerpo en forma, sin necesidad de enfundarse en una prenda deportiva.

Muchos de estos “ejercicios festivos”, incluso pueden llegar a ser estimulantes y gratificantes:

- Manténgase de pie: Cuando tenga que permanecer quieto o hacer una pausa en sus actividades, quemará más energía si permanece de pie, que sentado.

Ello se debe a que la cantidad de calorías que consume el organismo se relaciona con el peso total del cuerpo, que hay que sostener o desplazar. Después de montar el arbolito navideño, quédese unos minutos de pie, hablando por teléfono, en vez de tumbarse en el sofá

- Olvídese del ascensor y las escaleras mecánicas: Una de las primeras medidas para ejercitarse consiste en utilizar las escaleras fijas de cemento todas las veces que le sea posible.

Una vez que se haya acostumbrado puede aumentar el grado de esfuerzo, subiendo los escalones a pares o de tres en tres.

- Ordene sus armarios: Poner en orden los armarios, alacenas y bibliotecas, además de ayudar a encontrar todas las cosas que se buscan frenéticamente durante las Fiestas, es un excelente ejercicio para los brazos y piernas y una buena forma de gastar energía.

Lo mismo puede afirmarse de ordenar los cajones o recolocar los trastos en el desván o trastero. ¡Año nuevo, orden nuevo!

- Juegue con los niños: Da igual si se trata de sus propios hijos, sus sobrinos o los pequeños del vecino. Lo único que importa es moverse.

Seguir el ritmo de los niños más pequeños, que no se quedan quietos ni un instante, es una buena gimnasia, igual que compartir un partido de tenis o andar en bicicleta con los adolescentes.

Estas fechas son especialmente adecuadas para compartir momentos lúdicos con los más jóvenes.

- Haga gimnasia mientras compra: Mientras sujeta las bolsas de la compra –las cuales no deben pesar más de dos o tres kilos- junte sus brazos a su cuerpo, bajándolos y subiéndolos alternativamente, con la muñeca recta.

Cuando camine, reparta el peso de las bolsas entre ambos brazos. Además, siempre que pueda utilice un carro de compra, o en su defecto una mochila, para guardar y transportar sus adquisiciones navideñas, hasta su domicilio, cuando retorne del supermercado o la tienda.

- Camine de puntillas: Cuando permanezca en su casa, entre adorno y adorno navideño, entre plato y plato festivo, ande sobre las puntas de sus pies, con la espalda bien recta.

A la vez que lo hace, contraiga los glúteos y los abdominales, para dar firmeza a estos músculos.