REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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LA SABIDURÍA DE JESÚS ALTERA LA MALDAD

..."Entonces les dijo: (Jesús) Dad, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios"... (Mt 22, 21)
domingo, 23 de octubre de 2016
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La conciencia no teme a las obras buenas, antes las confiesa y aplaude, a las malas desdeña, debiera temer el cristiano no hacer el bien al prójimo, ya que pudiendo hacerlo se niega; es de temer, que el enfermo, el desvalido menospreciado, burlado y humillado por la maldad de otros, se deja abandonado a su atribulada suerte; es de temer que el cristiano no tienda la mano caritativa del perdón y del amor al prójimo cuando este angustiado y afligido por las tribulaciones que lo agobian y abruman, viéndolo o sabiendo de otros su padecimiento, se finge una falsa e hipócrita preocupación.

Cristo Nuestro Señor animado en el deseo de que hagamos obras buenas y no malas, deposita en la conciencia del cristiano dos alternativas de existir fe en él, se decida realizar una acertada reflexión de la palabra de Jesús cuando dijo;..."En verdad, o digo; en cuanto habéis dejado de hacerlo (el bien) a uno de éstos, los más pequeños, tampoco a Mí lo hicisteis"...La palabra de Dios, sale al paso de la conciencia del cristiano ante el desinterés, apatía y duda de cumplir el mandamiento: amar a Dios y al prójimo, el cual por sus malicias niega y quiere olvidar, pero entre mas lo rehúye, mas se afianza el remordimiento que no da lugar a dejarla, siempre aparece en la mente, pero la miseria humana convierte al cristiano en infiel a Cristo, alejándolo de su Creador, al principio su indolencia crea en él una inquietud, al tiempo la soberbia forja una coraza que le impulsa a decir "a mí no me importan lo de los demás" El Señor misericordioso, se adelanta e inspira el alma a recapacitar su error, ya que como cristiano bautizado en la Iglesia fundada por Cristo, ha recibido los sacramentos, razón por la que se empeñe en buscar la voluntad del Señor, obteniendo su misericordia para él y él prójimo, cuando dijo;..."En verdad os digo en cuanto lo hicistéis a uno solo, el más pequeño de estos mis hermanos a Mí me lo hicisteis"...A pesar de que la condición humana está perdida por su inmoralidad pecadora, injusticias y los males del alma, volvemos a la misericordia de Jesús, siempre está y estará latente y puntual, para cuando el pecador arrepentido de corazón lo manifieste al Señor por la confesión, entonces obrará con el pecador como lo enseña en la parábola del buen Samaritano, donde expone la falta de caridad y amor al prójimo, empezando por el disimulo del sacerdote sanedríta, el temor del levita y al último el samaritano que socorre al hombre que está herido en el desierto; pregunta Jesús al fariseo del sanedrín;..."¿Cuál de estos te parece haber sido el prójimo de aquel que cayó en manos de los bandoleros? Respondió: Él que se apiado más de él"... Jesús es el samaritano, nos ha revelado donde está el punto clave de la salvación del alma: en su misericordia, pero quien abusa de ella, como de su bondadosa caridad, creyendo que el Señor no sabe su mala intención, obra con hipocresía, una cosa es la que dice a Dios, y otra la que hace, creyendo que el Señor se quedo con lo primero, grave error, Dios conoce lo que guarda cada persona en su interior, y se confía en su mala conducta:...Al fin nadie me ve...caerá en contradicción evidente no ante los hombres, sino ante Dios.

Cuando esta actitud contradictoria sucede en los padres de familia, cuando por una tibieza se pierde la credibilidad de los hijos, y más al tratar de justificar, dice Voltaire;...Algo queda...Solo en la justicia de Dios nada queda, se perdona y se reinicia la vida espiritual.

De las miserias humanas la mas pérfida es la hipocresía siempre odiosa; el hipócrita es un labioso adulador, seduce con halagos, presenta con sinceridad la mentira a la que da veracidad, no dando lugar a duda, finge y engaña al prójimo de un sentir que no siente, esto, porque no es suyo ni le interesa lo ajeno, va a lo suyo, simulando se adorna con poses de inocencia e ignorancia de ser desconocedor, eso sí, dispuesto a consumar su traición; la hipocresía contagia a quien carece de principios espirituales, ya que las actitudes engañadoras contagian y traicionan, dejando de lado los deberes para con Dios, adecuando sus actos al gusto del mundo y la humanidad mentirosa.
El hipócrita es como el malabarista, sostiene sus intrigas, mentiras, engaños e infidelidades, como botellas encimadas en cada mano y sobre la cabeza, baila con ellas, gira de a un lado, y a otro, corriendo el peligro de que por un descuido caiga una botella al suelo y enseguida las demás porque no las pudo controlar; el hipócrita se muestra celoso cuando en realidad finge y engaña, mas vendrá al instante en que un error le traerá consecuencias al descubrirse que todo ha sido causa de su hipocresía.

La hipocresía es la maligna contradicción del ser humano, cuando sale a la luz la telaraña de las intrigas que fue tejiendo su verborrea, encuentra con agilidad mental otro camino que lo aleje de la reacción del o los engañados; existe multitud de personas que adosan su palabrería con razones lógicas, envuelven y dan confianza a la persona, obrando con doblez de la que tienen por costumbre proceder, haciéndose simpáticos, graciosos y seductores de la confianza, cuando en realidad su corazón esta posesionado por la hipocresía, que como toque de campana anuncian las proféticas palabras del santo profeta David;..."¡Oh Dios! Defiende mi causa de la gente malvada; líbrame del hombre (y mujer) inicuo(a) y engañador (a)"... El fiel cristiano que ha hecho de las palabras proféticas el bien espiritual que fortalece espiritualmente su alma cumplir con la doctrina y mandamientos, como fue en vida y obra del Divino Maestro, es el ejemplo a imitar.

San Agustín suplica al Señor, conocedor de las virtudes y la miseria humana en los descendientes de Adán, los anima a ganar la misericordia de los cielos;..." Hay de la vida del hombre aunque parezca digna de alabanzas, si Tú ¡Oh Señor! La examinas con exactitud dejando de lado tu misericordia"...Ruega a Dios ahonde en las almas su derecho, el Obispo de Hipona suplica porque nuestra causa sea vista por Dios nuestro juez y abogado defensor, nos aparte de la humanidad inicua y engañadora, sea siempre su ayuda en las acechanzas del demonio que surgen en el camino de la vida, convencidos de que un descuido de esa tentación, consecuencia de la debilidad humana hace perder el alma.

La hipocresía significa engañar, infidelidad y traición para quien se confía de la actitud mala entraña, cuando se relaciona para un asunto, que la labia del engañador despierta su codicia, la persona de buena fe pierde como dicen "piso" y sueña, hecho presa de sus pérfidas intenciones.

El demonio busca instrumentos, esto es almas pecadoras, como dijo un empresario, dinero llama a dinero, así el demonio padre del pecado, llama los pecadores a más pecado, incita ir a los caminos de la conducta pecaminosa y adultera, perversa e inmoral.

Todo ello es una afirmación de la realidad nada exagerada, no se puede tapar el sol con un dedo, así de real es el mundo en que estamos, viendo a los tiempos, Cristo Nuestro Señor previene las almas de todos los tiempos en su legislación sobre la cuestión del tributo.



Los enemigos de Jesús es la gente del sanedrín, estos empeñados en que no predomine en ellos su enseñanza, la rechazan, se esfuerzan porque no se exceda en el pueblo la autoridad moral de Jesús; vuelven a la carga, han hecho conspiración contra el Señor, lo que les dio gusto creer que sería exitosa, a no dudar que frotaron las manos y empuñarla hacia arriba en señal de la victoria que esperaban, creyendo haber encontrado los argumentos para que Jesús siendo Dios cayera en contradicción: gravísimo error.

Decididos se acercan a proponerle "su duda" esperando que la respuesta será motivo para acusarle de sedicioso. Es un artificioso engaño por el que abordan el problema de orden constitucional y político que se percibe en Israel, o sea, era la inquietud del momento, que el sanedrín aprovecha para preguntar; es licito pagar el tributo a la nación romana, fundan su pregunta para no hacerlo en las promesas de Dios y en su constitución, esconden su intención los sacerdotes, escribas y fariseos mal interpretando el sentido de la Ley.

Ello nos da luz clara: la doctrina de Jesús predicada al pueblo judío, es la nuestra plasmada en los Santos Evangelios y en los libros sagrados, pues bien, estos no tienen ni razón ni causa de ser modificada la palabra de Dios, hacerlo sería una ilógica contradicción, pues en ellos la gracia nos descubre la misericordia y benevolencia de Dios, porque es en Él, el amor por las almas, su empeño en que todas se salven, encontramos que su enseñanza va el camino de salvación, orienta, guía e inflama el corazón; ¿Si se modifica, entonces qué razón tiene la palabra de predicada Dios en su venida al mundo? Ello fue para que por nuestra voluntad la conquistemos y sea nuestro camino, porque no hay otro, por eso de adaptarse a cosas ilógicas de la espiritualidad, como la supersticiones, la santería, y todas esas cosas que se dicen ser sobrenaturales, cuando en realidad es una forma engañosa de estafa la fe de Cristo, dejando el alma en peligro de condenación, bueno es pedir ayuda a razonar en los bienes del alma que nos conducen a definir no por nosotros sino por obra del Espíritu Santo.
Como siempre fue, la gente del sanedrín ha recibió de Jesús siempre la dura lección de la verdad que el Divino Maestro nunca dejo de dar a conocer, y que nosotros tenemos en los Santos Evangelios, cada enseñanza de su palabra es una manifestación de su misericordia, que hizo prevalecer, pero el desprecio y la negación a su palabra, no permite calar en el corazón para aceptarla, seguirla y cumplirla, Lo que bula en las entrañas de sus enemigos es darle muerte, no pueden hacerlo porque el pueblo se levantaría en su contra, el Señor es admirado y respetado por el pueblo, nada más.

Dice el Evangelista;..."Entonces los fariseos se fueron y deliberaron cómo le sorprenderían en alguna palabra"... Le enviaron pues, sus discípulos juntos con lo herodianos a decirle; Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con verdad, sin miedo a nadie, porque no miras a la persona de los hombres"...Unidos los fariseos al partido de los herodianos, favorables a Herodes, Jesús era súbdito de él, por ser Galileo.

Obvio que el Señor conoce sus pensamientos, paciente escucha, y ve que han adoptado una actitud de hipócrita sumisión, actitudes de falso respeto debido al temor, los hace actuar de esta forma, temen a su palabra, siguiendo su plan paso a paso hasta llegar a la cuestión que vienen a proponerle.

Su falsedad les hace decir lo que no sienten; le dicen "Maestro" eso es cuando el alumno reconoce de su Mentor la ciencia que recibe, pero estos no quieren recibir nada, es solo pose y nada de fondo, nada que aceptar de Él, el intentar halagar a Dios por enseñar la verdad que es el camino de Dios, mirar a los hombres por igual, son las actitudes y palabras de sus enemigos, que nos recuerda la parábola;..."Lobos con piel de oveja"...El acercarse de esta forma a Jesús, es consecuencia de cómo estudiaban sus predicaciones y comportamiento de Jesús, sus virtudes que entre ellos comentaban, buscando el punto para rebatirlo.

Jesús conoce la actitud la razón por la que traman en su contra, dice San Juan Crisóstomo;..."La primera forma de engañar que los hipócritas tienen, es que alaban con sencillez los secretos de su corazón, como queriendo tenerlos por discípulos.

Evitemos la hipocresía aduladora"... Después de una actitud zalamera, en la que Jesús repaso la cerrazón de su corazón, espero, el acecho;..." Dinos, pues, lo que piensas: ¿Es licito pagar tributo al César o no?"...Tajante pregunta, atrevida osadía interrogar a Dios;..." ¿Qué piensas?"...la maldad está en la pregunta infamante.

Su interrogante guarda dos preguntas; en orden al ciudadano y el religioso en que se apoyaban. El César es un intruso en el gobierno del pueblo, y su deseo es que no se tenga más rey que a Dios, pagar el tributo es ofenderlo.

Ahondando en las palabras de los fariseos y herodianos, se aprecia la maldad de hacer perder a Jesús en lo que creían la mayor gloria: la independencia.

Jesús ha permanecido en silencio, escuchando, viendo sus actitudes y sus intenciones perversas, ahora el Señor va a mostrar al pueblo, dice el evangelista;..." Mas Jesús, conociendo su malicia, repuso: Hipócritas, ¿Por qué me tentáis?"...Ha definido la actitud que priva en el corazón de los que han vendido asediarlo y continúan asediándolo, debieron valorar que Jesús ha revelado su conspiración, pero cegados por su soberbia se desentienden ante la verdad revelada.

Para demostrar que no hay necesidad de mas respuestas, y no había porque no dar contestación a su pregunta, la respuesta esperada guarda en su mente el espíritu cicatero y engañoso, dijo Jesús;..." Mostradme la moneda del Tribuno.

Y le presentaron un denario"... Al instante recibe en sus manos un denario con la efigie del César.
..."Pregúntales: ¿De quién es esta figura y la leyenda?"...Con falsa solemnidad y aparente admiración, hasta inclinando su cabeza en señal de respeto, responden por si solos, pero la ansiedad de escuchar la contestación que esperan, a sabiendas de que enseñaba en el templo.

La moneda que circulaba en el pueblo de una nación, indicaba el príncipe dominante. Dice el Evangelista;..."Le respondieron: ¡Del César! Entonces dijo: Dad, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios"...Dice San Hilario;..."Paguemos a Dios lo que de Dios es: el cuerpo, el alma, la voluntad; somos la moneda de Dios, que llevamos grabado su efigie, y a Dios nos debemos.

Pero el oro, que lleva la efigie del César, démoslo al César, en la justa medida que lo reclame. Al César las riquezas; pero a Dios la conciencia, que es la máxima de las riquezas"...El Señor dio su respuesta no a las palabras con que lo han interrogado, ¡No! Jesús dio contestación a sus pensamientos, a la inquina de su corazón, respondido a la intención que esconden, que bien entendieron, es como cuando algo grave nos pasa, recurrimos con fe, fervor y disposición del alma al Señor, hay un instante en que se aviva el corazón ante lo sobrenatural, entendemos, siendo nobles de corazón damos gracias por el bien recibido, pero cuando se obra mal, al conocer el pecado la conciencia reclama; ¿Por qué lo hiciste? Viene un silencio profundo sin saber que decir, ni que comentar, un nudo en la garganta lo impide, no aparece a ese momento en nuestros labios la sublime palabra de amor a Dios;...¡Señor perdón!...
..." Oyendo esto, quedaron maravillados, y dejándolo se fueron"...Lo esperado por Jesús era ser escuchado, se conmovió su corazón y creyeron, no fue así, se maravillaron porque no esperaban su respuesta plena de sabiduría, lo dejaron porque temieron al pueblo, pero en el camino de escape, su mente iba cargando más odio, negación y desprecio.

Dice san Pablo;..."Es inútil toda la luz de pensamiento, si la voluntad no se pliega a la gracia de Dios"...Sea pues lección de fe y confianza en la sabiduría de Jesús, que altera la maldad.
hefelira@yahoo.com

 

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