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Disfruta de un cuerpo imperfectamente perfecto

Es hora de cambiar y empezar a querer al cuerpo, sin complejos, aceptando sus virtudes y sus defectos como algo natural y diferenciador.
lunes, 29 de agosto de 2016
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Michelines, celulitis, estrías, pechos pequeños… son algunos complejos que preocupan a mujeres de todo el mundo, quienes se sienten a disgusto frente al espejo por no ajustarse a unos “cánones de belleza” socialmente establecidos por campañas publicitarias, “photoshop” o firmas de moda.

Rechazar, ocultar o camuflar partes del cuerpo genera inseguridad, falta de confianza o baja autoestima.

Rechazar, ocultar o camuflar partes del cuerpo, ya sea por la educación recibida, por los modelos impuestos por la sociedad o por alguna influencia de algún vínculo dañino -como motes en la infancia-, solo genera inseguridad, falta de confianza o baja autoestima, que, según la sexóloga clínica, Diana M. Resnicoff, “impiden desarrollar una vida social normal”, así que ¿Por qué no romper con ello y ser feliz con uno mismo y los demás?

Reconciliarse con uno mismo

En la mayoría de los casos los complejos se pueden vencer sin ayuda o terapia, como la flacidez o pelo sin brillo, “aceptarlos y aprender a vivir con ellos es la mejor manera de llegar a superarlos”, apuntan los expertos.

Hay algunos defectos con los que se tendrá que aprender a convivir, orejas picudas o nariz aguileña, son algunos de ellos. Para ello, “Happy Body” (Planeta) insta a “aprender a quererse y aceptarse” mediante ejercicios como dedicar un tiempo a contemplar el cuerpo en su totalidad para no focalizar la atención siempre en esos “puntos defectuosos”.

Es necesario reconocer las propias limitaciones con naturalidad y buscar todo lo positivo para reforzarlo y mostrarlo a los demás, pues “eres lo que muestras”, apunta el libro de Anne-Charlotte Fraisee.

El siguiente paso para una vida “libre de complejos y plena” es “asumir las riendas de tú vida”, explica Olivia Toja en su libro “La reina eres tú” (Planeta), donde expone siete decretos “clave” para conseguirlo”, me acepto por entero”, “me concedo el título de ‘persona hermosa'” o “me libro de mis grilletes” son tres de ellos.

La química del cuerpo feliz

Sentirse bien por dentro es fundamental para hacerlo por fuera, guardar momento para uno mismo o instalar un espacio interior propio son estrategias que pueden ayudar a reconciliarse con el “yo interior” para posteriormente hacerlo con el “yo exterior”, como apunta la bloguera Anabel Ávila experta en crossfit y fitness.

Llevar una vida sedentaria, por ejemplo, no ayuda mucho a sentirse mejor física o mentalmente, todo lo contrario, moverse o hacer ejercicio, como andar o correr dos horas a la semana, desencadena una multitud de reacciones físicas en el cuerpo, como la absorción de nutrientes o la oxigenación de la sangre, que influyen de forma positiva en el estado de ánimo, así como, a mantenerse en forma.

Comer bien y disfrutar comiendo también es “esencial” para sentirse bien, apunta la profesora de Nutrición y Ciencias de los Alimentos de la Universitad de Barcelona, María Izquierdo.

El cuerpo es sabio, sabe lo que le gusta y lo que no, y pedirá lo que necesita en todo momento, por lo que hay que “escucharlo”.

Para tener un cuerpo “feliz” hay algunos “trucos” que mantienen la química, comenzar el día con música, reír, relajarse bebiendo una copa de vino, tener contacto físico -besos, caricias o abrazos- o amar, aunque sea a una mascota, son algunos de los que apunta el psicólogo David Pearson.

 

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