En la opinión
Pbro Miqueas Cantú Garza
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La Semana Santa está centrado en Cristo y su realización redentora en la cruz del calvario; los cuatros evangelios Mateo, Marcos, Lucas y Juan, son el fundamento escritural.
Conocer a Jesús, es conocer bien la verdad histórica; verdad que ha sido aceptada e instruida a través de los siglos Lucas 1:14. El conocimiento de Cristo es exigente, se inicia la fe en el creer en él como dicen las escrituras.
El conocimiento de Cristo es elemental. El apóstol, en los principios de la iglesia, persuade a un compromiso continuo… Antes bien, crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo 2 Pedro 3:18; con un conocimiento evidentemente activo, así lo manifiesta Pedro en su segunda carta en el capítulo 1 versículo 5 ...Ustedes también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadir a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; al afecto fraternal, amor.
Si estas cosas están en ustedes y abundan, no los dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de Nuestro Señor Jesucristo.
La Semana Santa, sus acontecimientos, principios y memoria de las verdades eternas; no solamente ha disminuido el conocimiento, sino también las intenciones de fe, que deben de permanecer y abundar para no caer en el peligro de estar ociosos ni sin fruto; porque al disminuir el conocimiento, hay consecuencias desastrosas en la familia que repercute en la sociedad que vive en un desinterés por Cristo.
Familia ausente en la iglesia, es familia desviada, sin principios, gobernada por el mal, por el narcicismo, por la desintegración y crisis matrimonial hacia una destrucción de familia y sociedad.
La mesa de diálogo y talleres para hablar de los problemas que hunde a la familia es ineficaz para obtener paz interior; se requiere la sangre de Cristo en la cruz para afrontar, corregir, solucionar y dirigir a la familia a dar lo mejor de sí mismos.
En 1983 en Colina, converse con una señora muy elegante; y le pregunte algo sobre semana santa...Contestó, a mi hábleme de mi perro; indudablemente mostró no sólo ignorancia; sino rechazo absoluto cerrando la puerta al conocimiento de Cristo.
Quiera Dios que en usted y su familia, abunde el conocimiento sólo de Cristo cada día más.
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