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Hijo de nicaragüense condenado a muerte en Texas se siente dolido y frustrado

Lidia Tercero, madre de Bernardo Tercero, condenado a muerte en EE.UU, asiste a una ceremonia religiosa en la iglesia Ríos de agua viva, en Managua (Nicaragua). (EFE)
Bernardo Tercero ha pasado los últimos 15 años de su vida en el corredor de la muerte de Texas, ubicado en la cárcel de Polunsky
jueves, 27 de agosto de 2015
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Managua, 26

Agencia/EFE.-

Franklin Aban Tercero, hijo del nicaragüense Bernardo Tercero, condenado a muerte en EE.UU., se declaró hoy "dolido" por la situación de su padre, un caso que calificó de "duro" y "frustrante", y confió en que Dios está dando serenidad a la familia de la víctima.

Franklin Aban dijo en conversación con Efe que no ha tenido comunicación con la hija de la víctima de su padre, quien, según la acusación que causó la condena de Tercero, presenció el crimen cuando tenía 3 años en 1997.

"Pues yo, como hijo, me he centrado en la situación de mi papá. Ha sido algo bastante frustrante y pues la verdad, no", puntualizó, desde una iglesia cristiana en Managua, donde celebraron un culto de ayuno y acción de gracias por la suspensión de la ejecución de Bernardo Tercero, prevista para hoy en Texas.

El hijo del sentenciado a muerte dijo tener la certeza en su corazón, y que la hija del profesor asesinado lo sabe, al igual que Dios, de "que estamos muy dolidos con esto y Dios está dando serenidad a esa familia, igual" a la de ellos.

Los magistrados del Tribunal de Apelaciones Penales de Texas suspendieron este martes la ejecución después de que una de las personas que testificó contra Bernardo Tercero reconoció ahora que mintió durante el juicio, celebrado en 2000.

La mujer que cometió falso testimonio, Sylvia Cotera, confesó que la movieron sentimientos como la "furia", el "dolor" y el "miedo" a meterse en problemas, según la nueva declaración presentada por los abogados de Tercero ante la corte.

El 31 de marzo de 1997, Bernardo Tercero y un cómplice irrumpieron en una lavandería con el propósito de atracarla cuando el nicaragüense se enzarzó en una pelea con un cliente del establecimiento, Robert Berger, al que le disparó y causó la muerte.

Franklin Aban, quien vive en el municipio de Posoltega, departamento de Chinandega (noroeste de Nicaragua), aseguró que han afrontado el caso "con la valentía que Dios nos ha dado", porque ha sido duro.

Contó que entre sus planes está ir a ver a su padre a Estados Unidos y sostuvo que de una manera u otra lo intentará nuevamente, a pesar de que la embajada estadounidense en Nicaragua le ha negado la visa de ingreso anteriormente.

"Hace 15 años (no lo veo), apenas iba a cumplir 5 años y Dios me ha dado la memoria para recordar todos aquellos momentos", afirmó. En su memoria, según Franklin Aban, se mantienen los momentos en que padre e hijo jugaban juntos, salían a pasear, comían en la mesa, miraban televisión o celebraban su cumpleaños.

"Son estas cosas que me ha hecho que no pierda el amor de hijo a padre en todos estos años", relató. La comunicación con su padre, desde que fue sentenciado, ha sido a través de cartas y "muy pocas" por los "reglamentos bastantes estrictos" en Estados Unidos, según dijo.

Si Estados Unidos le concede la visa humanitaria para ir a ver a su padre, Franklin Aban dijo que lo primero que haría es decirle que lo ama y que lo ha extrañado.

También que "seamos fuertes y tengamos fe en Dios, que es el que tiene la última palabra", añadió. El hijo del nicaragüense, que se mantiene aferrado a Dios por la vida de su padre, reconoció que la "lucha no ha terminado" y aseguró que continuará orando, ayunando y manteniendo su fe en Jesucristo.

 

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