Desde que el Tribunal Supremo de EE.UU. reinstauró la pena de muerte en 1976, Nebraska tan solo ha ejecutado a tres presos (1994, 1996 y 1997), siendo uno de los estados que menos ha aplicado este castigo. EFE/Archivo

El gobernador de Nebraska (EE.UU.), el republicano Pete Ricketts, reiteró hoy su intención de vetar la ley aprobada esta semana en la Legislatura estatal y que prohíbe la pena de muerte.
"La Legislatura está desconectada de los ciudadanos de Nebraska con su decisión de abolir la pena de muerte", dijo Ricketts en un comunicado en el que agregó que la "inmensa mayoría" sigue a favor de ese castigo, al ser "una herramienta importante para la seguridad".
Ahora, el gobernador tiene hasta el próximo miércoles para vetar la norma, que espera encima de su mesa.
Pese a que Ricketts tiene el poder para vetar leyes aprobadas por la Legislatura, una votación de 30 congresistas de los 49 que constituyen la Cámara también puede anular un veto del gobernador.
Es por eso que si Ricketts no quiere que Nebraska se convierta en el decimonoveno estado en abolir la pena de muerte en Estados Unidos, tendrá que convencer a por lo menos tres congresistas para que cambien el sentido de su voto, ya que la norma fue aprobada con 32 apoyos.
"Trabajaré con los senadores para mantener mi veto una vez lo expida", agregó el gobernador, quien pidió a los ciudadanos que presionen a los congresistas adscritos a sus zonas para que cambien su decisión.
Desde que el Tribunal Supremo de EE.UU.

reinstauró la pena de muerte en 1976, Nebraska tan solo ha ejecutado a tres presos (1994, 1996 y 1997), siendo uno de los estados que menos ha aplicado este castigo.
En el corredor de la muerte de Nebraska hay actualmente once reos a los que no beneficiaría la nueva norma en caso de ser finalmente promulgada, ya que no tiene carácter retroactivo.
La pena capital ya ha sido abolida en 18 de los 50 estados y en otra decena rigen moratorias, por lo que no se aplican ejecuciones.
Una ley parecida a la de Nebraska fue rechazada la semana pasada por la Legislatura de Delaware, pese a que tenía el apoyo de su gobernador, Jack Markell.