REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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A FE TOTAL, GRACIA COMPLETA

domingo, 25 de enero de 2015
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…”Pero el Centurión replico diciendo: Señor, yo no soy digno de que entres bajo mi techo, mas solamente dilo con una palabra y quedará sano mi siervo”… (Mt 8, 8)

La fe cumple el objetivo de arraigar el alma para amar y servir a Dios Creador de ella, haciendo suya la gracia, de la que dice Santo Tomás;…”El Don de la gracia excede a todos los dones que una criatura puede recibir”…Por eso, la gracia siendo Don de Dios, eleva el alma a conservar por las buenas obras, la presencia del Señor en ella, y esta disponga con empeño conservar mientras tenga vida, que su corazón sea morada del Señor.

El alma que lo ha logrado, ha llegado al culmen de la fe y de la gracia, en ella la vista de Dios se complace, la elogia con todo su amor sin apartar su vista de ella.

Ninguno debe dejarse tentar al conocer este don en otras personas, tampoco sentirse menospreciado o despreciado por Dios al no estar en el nivel bajo de espiritualidad, al contrario, muchas almas desde años se han mantenido en este estado y no hacen alarde de ello, su vida es íntima en el Señor, pero hay otras almas que se han elevado del estercolero en que padecían, y ahora brilla en ellas la limpieza de su alma, eso quiere decir que la pregunta; ¿Podré llegar a lo mismo? ¡Claro que sí! Mas para llegar a ello, primero es la fe en Dios como virtud primordial, cultivarla para obtenerla, de otra forma, se caerá en la actitud conformista del incrédulo y apático, o en la dejadez e indolencia de la gente del mundo; “Yo, como soy malo, jamás llegaré a ser como ellos”, otro dirá; “Yo soy del mundo, en este se vive la constante maldad y la lucha de intereses, y en el que estoy inmerso”; otro piensa, “Creo que ni obtendré la gracia, y menos conservarla” Muchas las interrogantes para justificar las son posturas falsas, porque no son razones; para obtener la gracia, para ello lo primero es tener fe en Dios, y no poner como causa las cosas del mundo a las que se tienen que vencer; la fe es determinante: ¡o se tiene o no se tiene!, sin ella nada es posible para la salvación del alma, sin ella todo camino para llegar a Dios, queda trunco y sin efecto, sin ella se caminara en medio mares borrascosos, que solo la fe en Dios sostendrá, la fe en Cristo esclarece dudas, la fe en su Santísima Trinidad ilumina el camino de la vida para mantenerse en la línea de salvación.

Continua Santo Tomás su enseñanza, mostrando que la consecuencia de la fe es la gracia;…”Cada acto de amor hecho por esas almas (En gracia) merece la vida eterna.
Jesús vino al mundo a cumplir con celo amoroso el deseo de su amado Padre: salvar del pecado a las almas de todos los siglos, su labor incesante fue sembrar la palabra de Dios en el alma y corazón de todo ser humano sin excepción, dejando entendido al sanedrín e Israel cuando dijo;…”Yo no he venido para abolir sino para dar cumplimiento”…Para ello, su predicación fija que la línea de salvación esta en el cumplimiento de su Doctrina y sus mandamientos, porque siendo estos obra de la misericordiosa voluntad de Dios, toda alma creada por Él, los habrá de seguir y cumplir, mas nada de ello será posible con solo querer o adoptarlos como norma de conducta para vivir bien, es el recurso inútil de la evasiva que se acostumbra para apartarse de la responsabilidad espiritual; ¿Dicen “tener fe”? pero prefieren llevar su vida como mejor les parece.

El alma apegada a la fe en Dios, obra con caridad, rogando al Señor de corazón por la salvación de almas en malas condiciones, porque su cerrazón no sea un muro de acero que impida entender que vive en el error, la realidad esta que su fe es un cero a la izquierda, porque carecer de fe, es no aceptar la voluntad de Dios, no creer que Jesús es el Hijo de Dios vivo hecho hombre, no creer que Jesús fue crucificado en el Calvario para salvación de las almas, y no aceptar su triunfo glorioso de la resurrección.
Jesús mostro a las almas creadas por Dios, su paternal misericordia, su justicia, benignidad, caridad, amparo, clemencia, entre otros muchos medios que las almas podrán obtener bajo una sola condición: Tener fe en Jesús, porque ello es reconocer su divinidad.

Conocido del Señor es la incredulidad que encuentra en Israel, la gente del templo y el sanedrín, razón de su labor: despertar, cultivar y acrecentar la fe, siendo reconocido por su palabra, obras y prodigios ser Él, el Hijo de Dios vivo, el Mesías prometido por Dios su Padre para la salvación de su alma, la tenacidad de Jesús ante la rebeldía y obstinación que Él enfrento el sanedrín, cundo descubre sus errores, y mostro que la fe no existe en sus almas.

Jesús siendo Dios, ve lo profundo de las almas, y califica el nivel de fe en ellas, acercándose pocas almas de fe viva, en las que su convencimiento fue en aumento.

De la vida pública de Jesús se toman pasajes, cuya realidad continua padeciendo la humanidad, lo que en el tiempo de Jesús era problema, continúan con mayor insidia los del alma.

Hagamos propia la divisa de salvación por la que se debe luchar sin tregua: tener fe en la palabra de Jesús, y no en las cosas del mundo. Primer acto de fe obligado a todo cristiano bautizado es:…”Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, con toda tu alma, y con todo tu espíritu”…Mandamiento, de donde surge y se afianza la fe en todo hijo creado por Dios, camino a obtener la gracia.

Avanza Jesús sobre el mar agitado y tempestuoso, Pedro pide al Señor ir a Él, en efecto, empieza a caminar, mas llega el miedo, el temor, la duda, y en el acto se hunde y grita;…” ¡Señor sálvame! Al punto Jesús tendió la mano, y asió de él diciéndole: Hombre de poca fe ¿Por qué has dudado?”…La enseñanza que Jesús nos entrega en este hecho, esta diciendo; en las tribulaciones de la vida, cuando todo parece perdido y a punto del fracaso y el extravío, la fe arraigada hace prevalecer, sosteniendo y salvando, por eso, quien no cree y duda, es porque su fe es débil, y lo hace temeroso, hundiéndose más, aún así, Jesús espera que la fe aflore de su interior, lo exprese en pensamiento o en palabra durante la crisis, y él intervendrá misericordioso.

Cuando la fe está en el nivel deseado por Jesús, Él obra de acuerdo a ello, así lo conocemos en la curación de la hemorroisa, cuando dijo;…”Confianza, Hija, tu fe te ha salvado.

Y quedó sana desde aquella hora”…De igual forma ha sido cuando dio la vista a los ciegos;…”Entonces les tocó los ojos diciendo: os sea hecho según vuestra fe”…Jesús nos hace ver, que la fe anima, aviva y dispone el alma, de donde podemos entender el desafío de las almas que no encuentran forma de acercarse a Jesús, impedidos por sus pecados y por la intervención del demonio que evita todo acercamiento que encienda la luz de la fe ante el trance que se padece.

No veamos los hechos del evangelio como actos históricos, sino el deseo de Jesús porque obtengamos de ellos bienes espirituales de salvación, ahondando en su palabra se encontrarán, y serán la inspiración que vencerá las adversidades, que originan los pecados cuando no existe fe de salvación y menos la gracia que viene de Jesús, únicos caminos por los que se puede obtener los bienes que en todo momento necesita el alma, donde tu y yo nos encontramos.

La fe es el bien infinito, que para obtenerlo es necesario superar y vencer toda tentación que aparta, al logrado se conserva, por eso no dudar en rogar al Señor, encienda en el interior del alma la fe como Él nos ha enseñado a través de la oración cuando dijo;…”Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; golpead y se os abrirá”…Así se avivara en el alma la fe en Cristo.
Ninguna alma es excluida por Jesús para que se salve.

Su generosidad despierta la motivación en las muchedumbres, que animadas lo siguen porque su deseo es no dejar de escuchar de Él, palabras de esperanza a la vida eterna, algo que se considera lejano y exclusivo de los sacerdotes, escribas y fariseos.

Jesús desea que entre esas multitudes surjan almas de fe, que reconozcan su divinidad, dice el evangelista;…” Cuando bajó de la montaña, le fueron siguiendo grandes muchedumbres”…Jesús no esta perdido de la vista de esta inmensa cantidad de personas, sus pasos, su mirada y movimientos observados por todos, entonces sucede lo que el Señor espera;…” Y he aquí que un leproso se aproximó, se prosternó delante de Él y le dijo: Señor, si Tú quieres, puedes limpiarme”… Su enfermedad es el pecado que agobia.

Ha escuchado de otros la palabra de Jesús, que convencido, ve que su obrar no era como la de los hombres, su enfermedad a pesar de la asistencia de los curanderos, era a mas mal que bien, por eso cuando escucho de Jesús despertó aún mas la fe y diría en sus adentros:…algún día el Señor me concederá el favor… por eso al pasar cerca de él, a pesar de tener prohibido al leproso acercarse al hombre sano, fue y se arrodillo reconociendo su divinidad y dijo; “Señor” Jesús aprecia en sus palabras el arrepentimiento del alma en un hombre de fe, que solicita el favor a quien todo lo puede;…” Y Él tendiéndole la mano, lo tocó y le dijo: Quiero, queda limpio, y al punto fue sanado de su lepra”… Al momento la muchedumbre escucho la voz imperativa de Jesús que manda y ordena, vio cambio en el leproso.

Al estar ante Jesús en él Sagrario, hacerlo con fe igual a la de este leproso, y Él dará el mismo poder para curar la lepra de nuestras almas.

Observemos, el leproso fue a Jesús, y pide ser tocado, pero Él paciente;. …” Díjole entonces Jesús: Mira, no lo digas a nadie, sino ve a mostrarte al sacerdote y presenta la ofrenda prescrita por Moisés, para que le sirva de testimonio”…La Ley prohíbe tocar leprosos, Jesús siendo el arbitro de la Ley, por su santidad y pureza, no solo quedo impuro, sino que ha purificado al impuro, desea que las muchedumbres y la humanidad atiendan su doctrina, mas que a sus milagros.
…” Cuando hubo entrado en Cafarnaúm, se le aproximo un Centurión y le suplicó”…Por lo que conoceremos, este Centurión es jefe de 100 hombres, que equivale en nuestro ejercito a una Compañía, era un hombre de guerra romano, a las ordenes de Herodes Antipas, tetrarca de la Galilea, pero como Jefe seguía la instrucción de Roma, cuyas tropas mantiene estacionadas en los dominios imperiales.

No es de dudar que de alguna forma escucho hablar de Jesús, lo que mas le cautivaría fue su palabra, la que guardo, y fue en él seguir en su vida diaria la doctrina y mandamientos en lo intimo que ha conocido, escucho a las gentes de la sinagoga hablar de Dios, y sin entender bien las cosas, creyó que eran hombres como Jesús, pues dice San Lucas, los ancianos presumían de haberles construido el templo de la ciudad, de todas formas es un hombre al que los judíos temen su poder, a su solicitud se acercan a Él con docilidad y consideración, en estas condiciones el Centurión Jesús suplica un favor;…”Señor, mi criado está en casa, postrado, paralitico, y sufre terriblemente”… Solicita a Jesús un bien que no es para él, sino para su siervo, vemos el espíritu de caridad del Centurión, que no era muy propio entre los militares romanos, y mas hacia su servidumbre, este Centurión muestra humildad en su solicitud, la mente nos lleva a situaciones donde los patrones maltratan a los empleados, no los protegen, y hasta les quitan lo poco que les dan, o de plano nada les dan, aunque el siervo tenga causa, motivo y razón de recibir, en sus necesidades como este Centurión, debían como Él, ir en favor de sus necesidades y esquivar la ayuda, pero la codicia no solo del dinero, sino de la caridad de una ayuda es negada y criticada.

Jesús, siempre ve lo profundo del corazón, ha encontrado algo muy especial en este hombre y al instante se dispone;…” Y Él (Jesús) le dijo; Yo iré y lo sanaré”…El corazón del Centurión se exalta, conmovido por la disposición de su Señor, se humilla, se somete, se achica y se mortifica, movido por la fe que guarda de Él, dice el evangelista;…” Pero el Centurión replico diciendo: Señor, yo no soy digno de que entres bajo mi techo, mas solamente dilo con una palabra y quedará sano mi criado”…A la fe del Centurión que Jesús ha descubierto, le da mas para que se encienda su sentimiento de amor al manifestarle su divinidad, dice a su corazón;…Crees en Mí que soy Dios, he aquí que quedará en tu corazón grabada mi esencia divina, puesto que te lo has ganado…Oculto el Señor a los mortales, se descubre a los mortales de fe, que en el Centurión sin saber era ya un hombre, que era en él la gracia merecida, los cristianos de los siglos mucho tenemos que aprender del Centurión, cuando Dios da, da a manos llenas, inspira a nuestra Santa Madre Iglesia estas palabras, que las ha Instituido, cuando todo cristiano recibe el cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo en la Sagrada Comunión, se pronuncian las palabras del Centurión, en verdad un Honor y Gloria para un hombre de Guerra, que su fe lo llevó a un triunfo que jamás imagino, superior a todas las victorias que con sus hombres había logrado, donde el reconocimiento de sus superiores quedo empequeñecido con en reconocimiento Eterno.

Y para confirmar su fe al Señor, dice;…” Porque también yo, que soy un subordinado, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: Ve y él va; a aquel: Ven, y viene; y a mí criado: haz esto, y lo hace”…Ha dicho el Centurión a Jesús:… Yo me reconozco subordinado, tengo jefes que me mandan y obedezco, eso mismo hago con los míos, no los sigo para confirmar si cumplen mis ordenes, mando y ellos obedecen, nuestro estatuto es obedecer; Tu Señor que eres Dios, dueño y soberano del mundo, puedes desde aquí decir que mi siervo se alivie y la enfermedad se someterá a tu voluntad… Ante las palabras del Centurión y lo que Jesús conoce en su corazón, es evidente el gozo que vivió el Hijo de Dios y en los cielos el beneplácito de que una alma en esas condiciones reconoce plenamente la divinidad de su Creador hecho hombre, dice el evangelista;…” Jesús se admiró al oírlo, y dijo a los que lo seguían: En verdad, os digo, en ninguno de Israel he hallado tanta fe”…Al tiempo, Santiago Apóstol, de un pincelazo muestra la fe del Centurión, cuando dice;…”La fe sin las obras es muerta”…Con ello nos interroga; ¡Di la verdad y muestra, si puedes, tú fe sin obras!
hefelira@yahoo.com.

 

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