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Navidad, tiempo de resaca

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El alcohol, en mayor concentración, causa confusión y pérdida de coordinación.
El principal consejo de los expertos es la moderación en el consumo, pero por si acaso, he aquí algunos trucos por si llega a sufrirla.
jueves, 25 de diciembre de 2014
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En la época decembrina es común que más de uno, por no decir todos, se deje llevar por la emoción de las fiestas y acompañe las comidas con más de una buena copa de vino y celebre la llegada del nuevo año con varios brindis de champán o vino espumoso.

No obstante, para que los excesos no nos pasen factura al día siguiente, amargándonos la alegría de estas fiestas, es necesario conocer cómo el alcohol influye en nuestro organismo y, de esa forma, actuar de manera más responsable en el momento de festejar.

“En general, el alcohol funciona como un sedante. En pequeñas cantidades, causa una euforia ligera, una sensación de bienestar; en mayor concentración, produce confusión y pérdida de coordinación”.

En el caso de un consumo excesivo, puede conducir a un coma etílico e incluso a la muerte”, explica a EFE Rich O’Brien, médico de emergencia y portavoz del Colegio Americano de Médicos de Emergencia (ACEP, por sus siglas en inglés).

A largo plazo, un consumo excesivo de alcohol puede producir el aumento de la presión arterial e incluso ocasionar daños en el corazón.

Aquellos que tengan problemas cardíacos pueden exponerse si beben o comen de forma abusiva durante las festividades.

De hecho, “algunas personas pueden llegar a verse afectadas por una enfermedad denominada ‘síndrome cardíaco de los días de fiesta’, caracterizado por un ritmo cardíaco irregular que puede producirse principalmente por un consumo excesivo de alcohol en personas con un buen estado de salud”, detalla la ACEP.

ALIVIANDO EL MALESTAR

Entre los consejos que la Fundación Británica de Nutrición (BNF, por sus siglas en inglés) sugiere que para no sufrir una resaca, “no se deben consumir bebidas alcohólicas con el estómago vacío, ya que la presencia de comida retarda la absorción de alcohol en la sangre y evita emborracharse rápidamente”.

Otras recomendaciones consisten en alternar las bebidas alcohólicas con refrescos o agua para limitar el consumo del alcohol; en no llenar la copa hasta que no se haya acabado su contenido para así tener una idea de cuánto ha ingerido o en beber grandes cantidades de agua antes de ir a la cama para rehidratarse, lo que ayuda a reducir los efectos de la resaca.

El consumo responsable de alcohol disminuye la posibilidad de que se produzca una resaca; de ahí que sea importante limitar el mismo a no más de tres o cuatro bebidas alcohólicas por día, en las fechas naviedeñas, aunque esta cantidad obviamente variará de una persona a otra.

No obstante, si los excesos ocurren y no queda otra opción más que tratar una resaca, existen varios remedios, unos más lógicos que otros, tales como “descansar bien e ingerir muchos líquidos”, sugiere O’Brien.

Uno de los peores efectos de la resaca es la deshidratación, y como apunta O’Brien, la ingesta de líquidos es vital, “aunque las bebidas que contienen cafeína deben evitarse, ya que causan deshidratación y sensación de irritabilidad y tensión”, especifica la BNF.

La fundación británica también considera esencial "aumentar los niveles de azúcar en la sangre con la ingesta de jugos o batidos de frutas.

Es más, un batido a base de leche o yogur puede ayudar a componer el estómago y neutralizar cualquier reflujo de ácidos”.

Por otra parte, evitar comidas saladas, grasosas o picantes que pudieran irritar el estómago también resulta una buena alternativa para paliar los molestos efectos de la resaca.

Por Karina Gómez Pernas.

EFE-REPORTAJES.

 

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