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La modelo Gisele Buendchen luce una creación de Karl Lagerfed para Coco Chanel.
El punto se sube esta temporada a la pasarela y demuestra que no es una técnica de otro tiempo, sino que puede resurgir y marcar el ritmo de las tendencias.
miércoles, 24 de diciembre de 2014
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El auge de los clubes de tejedores y el empeño de los diseñadores en volver a las técnicas tradicionales, ha convertido al punto en el blanco de todas las tendencias.

Ya sea en forma de cálida bufanda o de sensual vestido de noche, el armario clama esta temporada: "¡Desempolva tus agujas!".

El punto es un método milenario para tejer lana, aunque también puede realizarse con otros materiales (hilo de algodón), aunque los materiales que más fama han acumulado estos últimos años ha sido la lana de merino, la alpaca o el "cashmere".

Hace un siglo que se subió a la pasarela, y desde entonces, su versatilidad ha conseguido que rara vez desaparezca de las biblias de tendencias. Pero ahora, el punto vive una nueva juventud aupado por el auge del movimiento "hipster", la revalorización del trabajo artesanal y los clubes de tejedores, una nueva moda importada de la ciudad de Nueva York que cosecha cada vez más adictos.

Una de las principales impulsoras del punto como tendencia de moda fue Coco Chanel, una diseñadora que rescató esta técnica en la década de "Los felices veinte" -hasta entonces relegada a la ropa interior- para realizar chaquetas, jerséis, faldas y vestidos.

El propósito de la dama de la moda francesa fue desencorsetar a la mujer y vestirla con ropas cómodas que abrazaran su silueta, y en esta labor, el punto jugó un papel protagonista.

Uno de los "looks" con más éxito de la época fue el tándem vestido hasta la rodilla y cárdigan a juego, una combinación que cautivó a mujeres que buscaban un toque chic informal, propio de la "belle epoque" y la era del jazz.

TEJIENDO LA MODA

Casas con décadas de historia como Missoni han convertido el punto en el "leitmotiv" de su universo creativo, mientras que firmas como Chanel lo abrazan cada temporada con más fuerza en homenaje a su fundadora, y los estadounidenses Marc Jacobs, Alexander Wang y Calvin Klein, le ceden cada vez más protagonismo en sus colecciones.

El punto ya no es cosa de abuelas; adecuadamente combinado puede formar parte del más sofisticado "look". Olivia Palermo, la "it-girl" del Upper East Side neoyorquino por excelencia, eligió como traje de novia, un suéter en blanco roto y una falda a juego en tul, demostrando que sofisticación y punto no tiene por qué estar reñidos.

Y es que el arte de anudar lana e hilos se adapta a un variado espectro de estilos y prendas, y por eso, esta técnica tradicional milenaria no debe faltar en el fondo de armario de esta temporada.

UNA BUENA MADEJA DE PRENDAS

Los dos imprescindibles de esta temporada son el jersey y la chaqueta, dos prendas con un ADN inseparable del punto, que nunca, nunca, deben faltar como básicos en el fondo de armario.

Esta temporada, el imaginario folk trae consigo el regreso del "pullover", con siluetas de ochos, y el "blazer" de punto fino y acabado liso, que concede un al "look" punto informal.

Para sorpresa de muchos, Karl Lagerfeld otorgó parte del protagonismo a estas dos prendas en su última colección para Chanel. Con rayas de aire marinero y en tonos lisos azul claro y rosa bebé, el diseñador alemán propone chaquetas de manga ancha, y jerséis de cuello alto y holgado.

Siguiendo la estela dejada por el "kaiser", el vestido de punto se ha subido a la pasarela esta temporada como una prenda versátil que, combinada con los accesorios adecuados, sirve para un look de oficina y un cóctel desenfadado.

La tendencia marca, silueta "oversize" y tejidos suaves, "cashmere", alpaca y merino.

La firma Calvin Klein, con un ADN que camina entre la sofisticación y el desenfado, ha propuesto para esta temporada una serie de sinuosos vestidos que, en esta línea, visten a la mujer a todas las horas del día, en binomio blanco y negro.

Tampoco deben faltar accesorios tan tradicionales como bufanda, guantes y gorro, a la elección de cada estilo, aunque sin perder el pulso de la modernidad, con lanas gordas y de vivos colores en tonos magenta, rojo carmesí y divertidas opciones de tonos neón.

Por Celia Sierra.

EFE-Reportajes.

 

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