Rogelio Rodríguez Mendoza

Confidencial

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Juegan con fuego

viernes, 24 de octubre de 2014
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El temor se confirmó: la elección en la Unidad Académica de Derecho y Ciencias Sociales de la UAT, terminó ensuciada al negársele al doctor en derecho, Rafael Torres Hinojosa, su registro como candidato a la dirección del plantel.
Bajo las condiciones imperantes en otras entidades del país, como Guerrero y el Distrito Federal, donde movimientos estudiantiles representan actualmente un foco rojo para la paz social de la nación, resulta hasta cierto punto imprudente que se aviven aquí eventuales brotes de manifestaciones similares.
Imprudente e irresponsable, porque para evitar cualquier situación de inconformidad como la hay en estos momentos entre los alumnos y maestros, hubiera sido tan simple como dejar que la elección se desarrollara normalmente, y que fuera en las urnas donde se definiera al director de la escuela.
Al final de cuentas, los dos candidatos existentes, Torres Hinojosa y Enrique Alfaro Dávila, tienen los atributos necesarios para ejercer un digno papel en la conducción de la histórica Facultad de Derecho, por lo que el triunfo de cualquiera habría encontrado absoluta aceptación.
Pero no. Hubo quienes tuvieron temor (fundado), de que su candidato no ganara y prefirieron buscar un argumento para inhabilitar a Torres Hinojosa, generando con ello un potencial peligro de que la Unidad Académica de Derecho se vea envuelta de pronto en un escenario de protestas estudiantiles.
Ahora el riesgo ahí estará latente, porque la validez de la elección quedará en el aire luego de que Torres Hinojosa acuda, en vía de amparo, ante un tribunal de la justicia federal para defender sus derechos violentados.
No vamos a entrar en detalles de los argumentos esgrimidos por el Consejo Electoral para negar el registro del decano de la facultad, pero a los ojos de varios juristas consultados, la resolución no soportará el mínimo examen de legalidad.
Aquí se dijo y hoy lo reiteramos: no existe la intención de inducir el voto o preferencias por ninguno de los candidatos.

La aspiración era solo a que la elección en Derecho fuera absolutamente transparente y confiable.
La demanda era que en una escuela de Derecho la elección de su director se decidiera en un escenario de absoluta legalidad , en las urnas, con la voluntad de los estudiantes y sus maestros.
Cualquiera que ganara sería bienvenido por la población estudiantil y los catedráticos, pero bajo las condiciones en que se dio ayer la elección, seguramente la Facultad se colocará en una especie de olla de presión.
Algo, que como le decía al inicio, no tenía razón de ser.

Es de locos estar jugando con fuego cuando hay otras entidades del país que están “ardiendo” por los conflictos estudiantiles.
ASI ANDAN LAS COSAS.
roger_rogelio@hotmail.com

 

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