Jaime Elio Quintero García

Déjeme y le Platico de un Libro

DR. FRANCISCO VAZQUEZ GOMEZ.

El doctor Francisco Vázquez Gómez, ilustre revolucionario tamaulipeco, fue sin duda alguna y por evidentes méritos, un hombre de la historia política de este país.

Lamentablemente no son pocos los que desconocen su fructífera y ejemplar vida pública, y el inmenso mérito que conlleva haber superado carencias y grandes limitaciones económicas y sociales para conseguir, primero, la profesión de médico y después, destacar en las filas del maderismo revolucionario.

Dados los méritos referidos y en virtud de que hasta la fecha, no existe un intento serio por biografiar la vida y obra de este ilustre personaje producto de la cultura del esfuerzo, y además, en congruencia con los propósitos de promover el sentimiento de orgullo por la región tamaulipeca, me propongo recomendarle, amigo lector, leer el texto que contiene las memorias del doctor Francisco Vázquez Gómez, distinguido tulteco, nacido en 1860, en el duro y a veces inhóspito altiplano tamaulipeco.

El texto fue publicado en el marco de la celebración del bicentenario de la independencia y centenario de la revolución, por el gobierno de Tamaulipas y contiene, un importante número de apartados históricos vividos y narrados por el propio Dr. Vázquez Gómez, con gran sencillez y honestidad, haciendo a un lado las pasiones y sentimientos que pudieran desvirtuar la realidad de la histórica etapa del México de 1909 a 1913.

En la narrativa, el Dr. Vázquez Gómez, comparte con el lector de manera generosa sus vivencias, triunfos y sin sabores políticos y administrativos de esa época llena de aciagos acontecimientos e intervenciones del extranjero, que obligaron y torturaron las circunstancias hasta moldearlas o encausarlas, por rumbos no siempre sanos y auténticos.

La descripción de hechos se inicia, con las pláticas y conferencias del autor con los generales Porfirio Díaz y Bernardo Reyes.

El primero como titular del gobierno federal y el segundo en calidad de amigo de confianza del presidente Díaz, al igual que, el Licenciado Joaquín Baranda y Don Teodoro Dehesa, quienes gozaban de igual privilegio.

No obstante la indiscutible influencia de esta triada de personajes, tenían que convivir y combatir con el poderoso grupo conocido como los científicos, que rodeaban y abusaban para beneficio propio, de la avanzada edad del mandatario y el deplorable estado mental del presidente, con el único fin de heredar el poder en cuanto el dictador muriera o se le declarara mentalmente incapaz de conducir los destinos de la nación.

Los negocios e intereses internacionales que los científicos protegían y de los que formaban parte, trascendieron y fueron vistos por la sociedad de aquel tiempo, como algo intolerable y deshonesto, lo que provocó la creciente mala fama del grupo de los científicos.

Este estado de cosas, desembocó en las elecciones de 1910, en dos candidaturas a la vicepresidencia de la república, uno por parte de los científicos en la persona de don Ramón Corral y otro independiente o contrario, don Bernardo Reyes.

En torno a esa candidatura, se inicia la corriente política del reyismo, a la que se suma el Dr. Vázquez Gómez, a invitación del Licenciado José López Portillo y Rojas, Alfredo Rodríguez y Heriberto Barrón.

La lucha política fue tan intensa debido a la pasión que los mexicanos le sabemos imponer a los procesos electorales, que no tardó en fraguarse al poco tiempo la inevitable rebelión.

La popularidad de don Bernardo Reyes creció rápidamente, tenía fama de hombre honesto, capaz y preparado, de lo que daban testimonio los regiomontanos que lo admiraban por el buen trabajo hecho al frente del gobierno de Nuevo León.

En fin, amigo lector, lo invito a que lea éste interesante documento histórico, que lo comparta con amigos y la familia.

Créame que resulta ser excelente tema de conversación, dado los acontecimientos y circunstancias por las que vuelven a pasar las naciones de manera cíclica e inevitable.

Vale entonces, la pena, ser curioso observador histórico para comparar y analizar con buen tino, el pasado, futuro y presente de la vida nacional.

GRACIAS POR SU TIEMPO.



¿Sabía usted?
Mr. Kuinkelly

En gran parte del mundo, el final del año viene marcado con campanadas a modo de cuenta atrás para el ingreso en una nueva época, siempre acompañado de fuegos artificiales que iluminan el cielo de las ciudades con vivos colores.

Lo importante, no es la forma de cómo festeja sino el gozar de buena salud, compartir con nuestra familia el buen inicio de un año pleno de éxitos.

Y usted amigo lector cómo festeja el fin del año?
Porque en España la tradición es tomar las doce uvas con los últimos segundos del año, siempre al compás de las campanadas de La Puerta del Sol en Madrid.

Esta tradición se remonta a finales del siglo XIX cuando un excedente en la producción de este alimento tuvo este original aprovechamiento.

En Japón, al igual que en China, se celebra el 'Sushuharai', una preparación del hogar a través de una limpieza general en la que deben participar todos los miembros de la familia.

También se da en los templos budistas, lugar en el que se reunirán los habitantes para rendir culto a su fe.

En nuestro país además de comer las doce uvas, también se acostumbra comer lentejas se dice que para llamar la fortuna y la prosperidad.

Se aconseja comerlas antes de iniciar a devorar el menú de la noche.


¡Si no lo sabía usted, créalo por que es cierto!