En los últimos dos años ha venido a la baja el comercio establecido en Villa de Nuevo Progreso, ante la adversidad de crisis y sicósis que a propiciado a cerrar sus negocios los comerciantes y tener que irse a buscar generar fuentes de empleo a otros lugares de esta frontera o el vecino país.

CD. RIO BRAVO, TAM.-

La adversidad de crisis que aqueja a Villa de Nuevo Progreso, ha llevado a la quiebra a comercios establecidos, grandes y medianos y cada día la zona turística comercial refleja una imagen de soledad ante la poca afluencia de turistas que visitan esta frontera.

A decír de algunos comerciantes establecidos y ambulantes, durante los últimos dos años esta villa ha sido muy golpeada por la crisis; el comercio y mas la psicósis frecuente que han vivido los residentes ya no pudieron sobrevivir sus comercios y les obligó a cerrar sus puertas y muchos de éllos tuvieron que alejarse al vecino país en busca de mejores horizontes.

La crisis y la adversidad provocaron la quiebra de establecimientos, desde grandes medianos y pequeños y se acabó aquella vigilancia que se tenía de policía bilingües que auxiliaban al turista a orientarlo cuando venía de compras a esta comunidad turística.

Dicen, hoy es mínima la fluencia de turistas visitantes del extranjero que llegan entre semana a esta Villa, no quien venir, pues se sienten inseguros y no duran mucho tiempo de compras, sino regresan al vecino país lo mas pronto posible.

En las colonias y el corredor comercial centro falta vigilancia y solo como visita de doctor en caravana la policía militar de Río Bravo pasan por la Villa y regresan y se requiere de vigilancia permanente de corporaciones policiacas a fin de frenar a los ladrones que propician los hurtos mas comúnes, ya que la ciudadanía no sabe ante quien exponer una denuncia.

La principal avenida Juárez del corredor comercial turístico, refleja el rostro de soledad y son muy pocos los comerciantes ambulantes o organizados que transitan en ofrecer su mercancía de artesanía al poco turismo que viene a la villa y se acabó aquella riqueza de mercancía que años atrás a los mismos comerciantes establecidos colocaban sobre las banquetas frente a sus negocios y hoy son muy contados quienes acostumbran sacar las curiosidades a la vía pública.